"Jimena, soy yo." Desde el otro lado del teléfono, una voz masculina resonó.
Jimena, sintiendo un calor repentino en su cabeza, estaba a punto de soltar una palabrota cuando, de repente, reconoció la voz. ¡Era Orson!
¿Qué pasa? ¿Los estafadores ahora saben imitar voces?
¿Sabían acerca de su conexión con Orson y ahora imitaban su voz?
Jimena giró sus pensamientos rápidamente, tragó su ira y preguntó con calma: "¿Orson?"
"Sí, tu amigo Orson Salcedo. Él dijo que tú podrías liberarlo." La voz del policía retomó la conversación desde el otro lado.
Jimena se quedó atónita, parpadeando varias veces antes de darse cuenta. ¿Así que la llamada no era de un estafador, sino de un verdadero policía?e2
"Si no puedes venir, entonces lo dejamos encerrado según la ley." Mientras Jimena dudaba, la voz del policía volvió a sonar, listo para colgar.
Jimena interrumpió rápidamente: "Espera, espera, no he dicho que no voy a ir. Solo quiero saber, ¿qué hizo?"
"Él estaba en un club nocturno buscando compañía no adecuada y tuvo una pelea con ella, causándole heridas graves y al final tuvieron que hospitalizar. Lo acusan por disputas financieras así como físicas causadas por la pelea." El policía explicó concisamente los problemas de Orson.
Jimena quedó boquiabierta.
Ir a un club nocturno en busca de compañía no adecuada, pelearse con ella, y tener problemas tanto de dinero como físicos.
Cada una de esas frases era grave y daba una clara idea de lo que había ocurrido.
El corazón de Jimena se hundió, decepcionada al extremo.
Esbozó una sonrisa irónica y colgó el teléfono.
Saliendo de la estación de policía, el frío viento de otoño soplaba con fuerza, causando un dolor punzante en la piel y haciéndola estremecerse.
Jimena no pudo evitar abrazarse a sí misma. En ese momento de frío, se encontró con una chaqueta sobre sus hombros, que aún conservaba el calor del cuerpo de un hombre y su fragancia.
Era el suave aroma de menta que Jimena una vez había adorado locamente.
Cuando la chaqueta cayó sobre ella, su corazón se contrajo instintivamente. Agitada, dejó caer la chaqueta al suelo y se volvió con enojo hacia Orson: "¡No te acerques a mí!"
Con eso, se alejó rápidamente.
Orson se sintió herido por el rechazo y la repulsión en los ojos de Jimena. Su expresión se oscureció, y sin seguirla, le gritó a su espalda: "Jimena, ¿qué significan esos ojos?"
"Tú sabes bien las cosas sucias que has hecho, venir a pagarte la fianza ya es demasiado generoso de mi parte. ¡Orson, han pasado tres años, pensé que habías cambiado, pero sigues siendo el mismo! Estoy tan decepcionada de ti, desde ahora, mejor no nos veamos más."
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: ¡Domestícame! Mi pequeña y gran Elia
excelente cada capítulo es mejor amo esta historia...
suban mas capitulos por favor es excelente la historia...
Suban más por favor 🙏🏼 muy buena historia 💝...
Suban más capítulos 🙏🏼...