¡Domestícame! Mi pequeña y gran Elia romance Capítulo 186

Elia se puso muy erguida, con la cabeza en alto, no permitiendo que pareciera inferior a los demás. Salió rápidamente de la villa de la familia Griera.

Benjamín la observaba con su actitud arrogante, furioso hasta el punto de estallar, respirando pesadamente.

¡Esta mujer era increíblemente arrogante!

¡No se comportaba adecuadamente y aún tenía tal actitud!

¡Era incurable!

Benjamín gruñó fríamente y salió hacia el jardín de la villa.

Quería ver qué haría esta mujer al irse. La villa de la familia Griera estaba en la cima de la montaña, y era raro ver un taxi por aquí. Sin auto, ¿cómo iba a volver? ¿No tendría que volver a suplicarles que le mandaran un auto para llevarla montaña abajo?

Elia salió furiosa de la villa de la familia Griera. Pensando en lo que Benjamín había dicho, estaba llena de ira e indignación.

¡Era demasiado abuso!

Despreciaban su origen, pensaban que no era digna de Asier, y además la acusaban de utilizar medios indecentes para ascender.

Si no le gustaba, que lo dijera, ¿pero por qué buscar una excusa tan insultante para echarla?

¿Así era como se comportaba una familia adinerada?

Elia estaba tan enfadada que su respiración aceleró.

Al salir del patio de la villa, Elia se dio cuenta de que estaba en la cima de la montaña. El camino hacia abajo era sinuoso y parecía no tener fin.

¿Cuánto tiempo le llevaría caminar hasta abajo?

La ropa que llevaba era un vestido que Asier le había cambiado en la tienda de diseño la noche anterior. Era un diseño de sirena, con un escote en V, un poco revelador, pero afortunadamente, llevaba su abrigo, así que no era demasiado provocativo.

La noche anterior, se había puesto un pijama que su abuela Luisa le había preparado.

Cuando se levantó por la mañana, descubrió que no tenía ropa adecuada para ponerse, así que tuvo que ponerse la ropa del día anterior.

El conjunto era bonito, pero no era práctico para caminar.

Benjamín paseaba por el jardín, esperando que Elia volviera para pedir un auto.

Pero después de dos horas, cuando el día ya había amanecido completamente, Elia no había regresado.

¿Había bajado la montaña por sí misma?

Eso sí que le sorprendió.

Regresó a la casa, Asier se levantó y bajó las escaleras, su rostro era serio y preocupado, preguntó: "Abuelo, ¿dónde está Elia?"

La noche anterior, había estado trabajando en su estudio por un tiempo y se había quedado dormido en el sofá alrededor de las tres o cuatro de la mañana.

Cuando se levantó por la mañana, Asier fue a la habitación principal para despertar a Elia para que fueran juntos a trabajar desde la villa en la montaña.

Pero, para su sorpresa, la habitación principal estaba vacía.

Asier pensó que se habría levantado y estaría esperándolo abajo, pero no la encontró en ningún lado, y tampoco respondió a su llamada.

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