La calidez y belleza de esos momentos de paz y tranquilidad hicieron que Asier sonriera sin darse cuenta.
No importa cuán frío sea el mundo exterior, cuán despiadada sea la lucha en los negocios, al volver a casa y encontrar a alguien esperándote, sentir el calor y la comodidad hogareña, cualquier inquietud en tu corazón se calma y se vuelve tranquila y cálida.
En ese momento, Asier comprendió verdaderamente el significado del amor.
El amor es tener un pilar en el corazón, alguien en quien confiar, alguien que te permite enfrentar cualquier tormenta con calma y resolver las cosas serenamente.
Incluso si el mundo está lleno de tormentas, contigo soy siempre feliz.
Asier miró a Elia y su corazón se suavizó. Tomó la manta que estaba al lado y la colocó suavemente sobre Elia, temiendo que ella se enfriara.
Pero, cuando la manta tocó a Elia, ella se sobresaltó y se despertó de repente.e2
En el primer segundo después de despertar, su mirada estaba llena de confusión y miedo: "No quise quedarme dormida, empezaré a trabajar ahora mismo..."
Ella se levantó apresuradamente y dio un par de pasos antes de darse cuenta de algo. Se detuvo, se volvió y al ver a Asier frente a ella, finalmente regresó a la realidad y sonrió cálidamente: "Asier, ya volviste. Acabo de soñar que estaba trabajando en la fábrica, estaba tan cansada que me quedé dormida y el jefe me pilló. Me asusté mucho, así que me levanté rápido para ir a trabajar. Jeje, hace tiempo que dejé de trabajar en la fábrica y aún sueño con esos días en que no comía bien ni dormía bien. ¿Soy tonta, verdad?"
Los oscuros ojos de Asier la miraban con seriedad y profundidad. Al ver su sonrisa avergonzada, Asier solo sentía compasión.
Asier sabía que los años en los que Elia estuvo embarazada, dio a luz y cuidó a los niños fueron los más difíciles de su vida.
Sin educación formal, solo podía hacer el trabajo más básico para mantener a su familia.
Tener cuatro hijos, cuatro bocas que alimentar, todos dependían de Elia. La vida en la clase baja no era fácil, requería de una fuerte voluntad y resistencia para superar las dificultades.
En esos años, por muy duros que fueran, nunca pensó en rendirse y les dio todo su amor maternal a sus cuatro hijos.
Su aliento cálido y resonante le hacía cosquillas en las orejas, un cosquilleo cálido.
Elia se sobresaltó, dándose cuenta de lo que él quería decir, se relajó en sus brazos y sonrió diciendo: "No pasa nada, no es para tanto."
De repente, ella recordó algo y preguntó: "¿Es cierto que abriste una compañía de joyería?"
"Sí, ¿cómo lo sabes?" respondió Asier.
"Hoy Natalia me fue a ver, vino a ajustar cuentas conmigo, diciendo que yo te incité a hacer eso, es totalmente absurdo, ni siquiera sabía de qué estaba hablando." Elia se quejaba con un puchero.
Asier la soltó y la miró a los ojos, diciendo: "Te has esforzado mucho."
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: ¡Domestícame! Mi pequeña y gran Elia
excelente cada capítulo es mejor amo esta historia...
suban mas capitulos por favor es excelente la historia...
Suban más por favor 🙏🏼 muy buena historia 💝...
Suban más capítulos 🙏🏼...