Antes de que Jacinta pudiera decir algo, Jimena dejó su cuenco y cuchara, y miró fijamente a Orson con seriedad y firmeza.
"Orson, hay cosas que no puedes decidir solo. ¡No es tan simple!"
Ya había un niño entre él y Priscila, y las dos familias también estaban entrelazadas por intereses.
Orson no quería casarse con Priscila, pero sus mayores estaba muy interesados en que Priscila se casara con él, ya que ella podría apoyar la carrera de Orson.
Si no hubiera un niño entre Priscila y Orson, Jimena podría engañarse a sí misma pensando que, dejando el pasado atrás, podría tener un futuro hermoso con Orson.
Pero ahora, el niño de Priscila no solo representaba el pasado de Orson, sino que también estaba atado a su futuro.
Jimena no quería pasar su vida atada a esos lazos.e2
Con solo pensar en las disputas futuras, Jimena sentía dolor de cabeza.
Jimena dejó clara su posición: no había futuro para ella y Orson, no podía aceptar que Orson tuviera un hijo con otra mujer.
Orson, que había querido explicarle seriamente a Jacinta, se descompuso al oír las palabras de Jimena; esos ojos coquetos y encantadores ahora estaban cargados de tristeza.
Su voz se debilitó y dijo: "Jimena, ¿ni siquiera me darás una oportunidad?"
Aunque solo habían intercambiado unas pocas frases, Jacinta ya había captado la esencia del conflicto entre ellos.
Esta vez, Jimena no estaba exagerando ni acusando injustamente a Orson.
"No necesitas preocuparte por los niños. Son mis nietos, yo me encargaré de ellos." Jacinta no le dio a Orson la oportunidad de discutir sus derechos.
Orson no dijo nada más, se dirigió a la puerta y con la mirada indicó a Jimena que debía seguirlo.
Jimena miró hacia atrás a Jacinta, pensando en convencerla de cambiar de opinión y quedarse, pero Jacinta le hizo un gesto con la mano, indicándole que se fuera rápido.
Sabiendo que su madre quería que hablara a solas con Orson, Jimena no luchó más y se dio la vuelta para salir.
Abajo, Jimena caminaba rápido, Orson la seguía de cerca y le dijo al oído: "¿A qué restaurante vamos a comer? Conoces bien esta área, así que tú decides."
Jimena le lanzó una mirada de desdén y dijo con impaciencia: "Si quieres comer vas solo, yo no voy. Mejor encontremos un lugar para sentarnos y hablemos claro."
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: ¡Domestícame! Mi pequeña y gran Elia
excelente cada capítulo es mejor amo esta historia...
suban mas capitulos por favor es excelente la historia...
Suban más por favor 🙏🏼 muy buena historia 💝...
Suban más capítulos 🙏🏼...