Jimena se esforzaba por contener la sonrisa mientras tragaba saliva y suavemente apartaba la mano de Orson que descansaba sobre su hombro.
"¿Qué pasa? ¿Acaso no te puedes aguantar unos minutos de sufrimiento después de que me hiciste pasarlo mal por tres años?" le dijo con un tono entre juguetón y reprochador.
Orson, con esos ojos encantadores que tenía, la miraba fijamente. Al principio quería contestar, pero luego de pensar en el significado de sus palabras, su expresión se congeló y una alegría desbordante se apoderó de su interior.
Con emoción, la abrazó tan fuerte como si estuviera sosteniendo el tesoro más preciado del mundo.
"Lo siento, Jimena, lo siento tanto. Fue mi error hacerte sufrir durante tres años," dijo con la barbilla apoyada en el hombro de ella, su voz se quebró ligeramente, y su aliento caliente rozó el delicado cuello de Jimena.
Cada pequeño detalle reflejaba el amor profundo y atento de un hombre hacia una mujer.
Solo en presencia de la mujer que se amaba, un hombre se dejaba llevar y mostraba una vulnerabilidad tan tierna.e2
Tomada por sorpresa por su abrazo, Jimena sentía el calor de su pecho a través de la fina tela, calidez que también se esparcía por todo su cuerpo.
Y sus palabras, eran como un bálsamo cálido en sus oídos.
Ella podía sentir todo el amor que Orson le tenía.
Y en ese momento, ella también abrió su corazón sin reservas, amándolo por completo.
Antes de encontrarse con Priscila ese día, aunque Jimena amaba a Orson, había algo que no podía superar, era como si estuviera a punto de probar su plato favorito, pero con una mosca en él.
La comida tocada por la mosca, aunque ya retirada, no impedía que esta estuviera arruinada.
No quería desechar ese plato, pero tampoco podía forzarse a comerlo con asco.
Esta sensación de apego y sufrimiento era realmente desagradable.
Pero al conocer la verdad de boca de Priscila, ese obstáculo en el corazón de Jimena se desvaneció completamente.
Porque se dio cuenta de que la mosca era falsa, hecha de plástico, no era real, no había contaminación.
Y al encontrarse con Priscila, Jimena ideó un plan para hacer que Priscila revelara la verdad por sí misma.
Después de tantos encuentros anteriores, Jimena sabía que Priscila era una mujer con más estilo que cerebro, y ya la había descifrado.
Conocer al enemigo y a sí mismo, esa es la clave de la victoria.
Jimena estaba preparada para aceptar cualquier posibilidad con serenidad.
Y resultó que la verdad era justo lo que ella esperaba, la segunda opción.
Los dos se abrazaron fuertemente durante un rato, hasta que el maquillador Dennis, con una sonrisa cortés, se acercó y preguntó: "Señor Orson, señorita hermosa, ¿van a seguir con el maquillaje?"
Orson frunció el ceño, recordando de pronto algo mucho más importante, soltó a Jimena y le dijo con entusiasmo y anticipación: "Rápido, termínate de maquillar. Si nos apuramos, tal vez aún lleguemos a tiempo para registrar el matrimonio."
Estaba tan feliz que casi olvida ese detalle tan importante como era formalizar su unión.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: ¡Domestícame! Mi pequeña y gran Elia
excelente cada capítulo es mejor amo esta historia...
suban mas capitulos por favor es excelente la historia...
Suban más por favor 🙏🏼 muy buena historia 💝...
Suban más capítulos 🙏🏼...