¡Domestícame! Mi pequeña y gran Elia romance Capítulo 74

"Está bien, no queda otra opción," respondió Elia.

Ambas volvieron al coche, el humor de Jimena había mejorado notablemente.

"¿Qué ocurrió entre Asier y tú en el Club Real Galaxy?" Jimena recordó lo que había dicho Orson y miró a Elia con una expresión de curiosidad, llena de interés.

Pensar en lo que Orson había mencionado sobre la relación cercana entre Elia y Asier la emocionaba, quería saber la verdad.

El rostro de Elia se puso rojo de vergüenza, "Concéntrate en la carretera, no chismorrees."

"Vamos, cuéntame. Somos mejores amigas, no pasa nada," la curiosidad de Jimena se había despertado, quería saber más sobre ellos.

Ella se sintió muy incómoda, no podía enfrentarlo, "Esa noche, estaba trabajando como camarera en el Club Real Galaxy, Asier y sus amigos pidieron servicio de acompañantes femeninas, me acerqué a servirles, Asier pensó que yo era una de las chicas, me pidió que me sentara a su lado, le expliqué que solo era camarera, no la clase de trabajadora que ellos pensaban y luego salí de la habitación. En realidad, no pasó nada entre nosotros."

Enfatizó especialmente la última frase.

"¿En serio no pasó nada? Entonces, ¿por qué Orson dijo que eras la mujer de Asier y él no lo negó?" Jimena analizaba rápidamente, como una detective.

Elia se quedó perpleja, también recordó la actitud de Asier.

No había negado que ella era su mujer, incluso había defendido su habilidad para conducir frente a Orson.

¿Por qué?

¿Será que Asier tenía sentimientos por ella?

¡Imposible!

¿Acaso Vania no era su novia?

Un hombre que tenía novia pero aún tenía sentimientos por otra mujer, era realmente irresponsable.

Al principio pareció leal, al decir que solo tenía a su exnovia en su corazón, pero resultó ser un infiel.

"Vale," Elia estuvo de acuerdo, ambas tenían tiempo y ella necesitaba comprar ropa para los niños.

Después de la tarde de compras, ya eran más de las ocho de la noche.

Elia había comprado ropa y leche en polvo para los niños, también un conjunto de ropa para Josefina y su madre. Ya casi no le quedaba nada de los ochocientos dólares que tenía.

El alquiler debía pagarse en pocos días, lo que le generaba una gran presión.

Se puso en contacto con el encargado del Club Real Galaxy, planeando trabajar allí como camarera de nuevo esa noche.

No tenía otra opción, sin dinero, la vida era muy difícil.

Debía trabajar incansablemente, aprovechando cada oportunidad para ganar dinero.

Cuando llegó al Club Real Galaxy, vio a su amiga y exclamó sorprendida, "¿Jimena, qué haces aquí?"

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