CAPITULO 21
La gente de la fiesta no entendía la actitud de su Alfa, Florencia decidió tomar el control.
— Lo siento, mi esposo necesitaba el carruaje y no pensó que el chófer le diera está confianza a Romeo, el líder de Luna azul, que sea nuestro invitado y querramos la paz, no significa que puede mandar en la manada — Florencia empezaba a hablar mal de Romeo con otros lobos, con el fin de alejarlo de su manada y de su secreto con ella.
— Disculpas, por favor disfruten de la fiesta — Victor fingió con una sonrisa que los celos no lo estaban matando, si ella se entregaba a el, perdería una parte de esa esencia que quería solo para el.
Aurora y su amor fue algo que tuvo y que dejó ir, solo quería recuperar algo que desde el inicio le perteneció ¿Era eso malo? Era la pregunta que se hacía una y otra vez justificando su manera de actuar y de lo sacarla de la cabeza.
—¡¿Porque te pusiste así?!— exclama Florencia, no puede dejar que Victor dañe su imagen y de paso la de ella.
— Están solos en el bosque, tus estúpidas manipulaciones no sirvieron, ellos deben estar juntos — Victor saco la mascada que guardo de Aurora en su bolsillo, desde esta mañana era su más grande tesoro.
Cubrió la herida que los cristales dejaron en su mano, mientras Florencia enojada caminaba de lado a lado.
— Búscalos, intenta que Aurora no lo haga, inventa una mentira, pero no lo permitas, yo me encargaré de la gente — Florencia le ordenó al Alfa y este en medio de su precipitacion no se daba cuenta que era el títere de su esposa.
Victor se subió a su caballo esperando llegar a tiempo, esperando poder decirle a Aurora en frente de Romeo que queria que ella fuera su esposa y estaba dispuesto a hacer lo que Romeo pidiera, inclusive darle la vida de Armando.
Ines se daba cuenta de la situación, en su cabeza llegaban los recuerdos de los años de juventud, le pedía a la diosa Luna que no cerrara el ciclo de esta historia de esa manera, que No se convirtiera de nuevo en una guerra por una mujer y que Aurora no sufriera.
Pero las cartas ya estaban echadas.
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La noche iluminaba los besos de aquellos amantes a los que la luna parecía favorecer con su brillante resplandor.
— ¡Ah!...Siii.. Asi— Aurora sonríe mientras ella está empapada después de recibir el trabajo de la lengua de Romeo en su feminidad que la hace temblar.
Aurora disfruta de los besos y tiene su primer orgasmo, en ese momento, sonríe mientras siente que su cuerpo se llena de una corriente que recorre toda su piel y muerde su labio.
— Estoy listo preciosa — Romeo siente que su garganta tiembla, es la primera en su vida que se siente más preocupado por el deseo de la loba que por el suyo, sabe que será glorioso es su primera vez haciendo el amor.
Aurora muerde su labio y asiente con la cabeza, el le baja el panty usando sus dos dedos índice de cada mano, con tanta suavidad que parece más una caricia.
Se siente ansiosa y nerviosa, pero lo desea, ha esperado ser suya desde hace mucho, sabe que esta experiencia los unirá más en el amor.
Romeo la besa mientras ella le baja la bragueta, el con una facilidad se quita los pantalones y los calzoncillos y los deja a un lado.
Ella observa como aquella virilidad que ya ha tenido en sus manos en otras oportunidades está a punto, como si supiera que este momento será más excitante.
El no permite que ella lo acaricie, está tan excitado, sabe que no aguantara mucho, solo quiere que Aurora este cómoda y no sienta dolor.
La besa y succiona sus senos, acaricia su rostro, quiere quitar la tensión de ese lugar, entra lentamente.
Aurora por reflejo aleja su cadera un poco mientras hace un gesto de dolor
— Lo siento suspira nerviosa mientras suelta una pequeña sonrisita—.
Romeo la besa, la sujeta de la cadera abriendo un poco más sus piernas para que no se aleje de nuevo y entra lentamente.
Siente aquella tela que divide su virtud de ser suya, Puede ver el rostro de Aurora, está confundida, nerviosa y siente un poco de dolor.
De nuevo la besa, quiere que este relajada y tranquila, que sienta demasiada excitación para que no sea doloroso y una experiencia difícil.
Romeo sonríe, con Florencia no fue tan delicado, fue tan pasional que solo pensó en tomarla, ella grito y lloro, pero el no pensó en ella un solo segundo y se siente mal y egoísta por eso.
— Quiero todo de ti— dice sintiendo como entierra sus uñas en la espalda de Romeo y su corazón late más rápido que nunca, como su feminidad de contrae y su cuerpo se relaja.
Romeo no soporta más, la sonrisa de Aurora llegando al climax y viniendose, es suficiente para que el lo haga en ella, y dejé su semilla.
Los dos caen en el suelo, cansados con la respiración agitada y sus corazones a mil por segundo..
— Queda embarazada de mi — le suplica Romeo mientras la besa y se acuesta en el pecho de Aurora hasta quedarse dormido junto a ella.
Victor estuvo toda la noche cabalgando por el bosque, buscando a la pareja de amantes para impedir que Aurora cometiera el peor error de su vida.
Vio a lo lejos aquella tienda de campaña con velos, y se acercó, se bajó de su caballo y observó por entre las telas de tan fina y delicada decoración.
Lo que vio helo su sangre, la rabia se sube en su cabeza y los celos nublan su pensamiento.
Aurora desnuda y acostado con su cabeza en el pecho de la chica, Romeo.
Era claro que había sucedido.
Victor se alejo, su rabia fue tan grande que le dió un puño a un árbol, agarró su espada y regreso, mataría a Romeo.
Pero reaccionó en medio de su rabia y celos, unos celos asesinos que le volvían loca la cabeza.
— Te odio y te juro que te voy a quitar todo como mi padre lo hizo con el tuyo — Victor hizo esa promesa en medio de la oscuridad de la luna.
Aurora abrió los ojos —¿Hay alguien ahí?— pregunto mientras se cubría con la sabana y Romeo giraba para colocar su cabeza en la almohada, se siente observada y mira a todas partes.
— Y tu vas a ser mía, es una promesa de sangre — Victor se cortó la mano y dejo aquella sangre cerca de los amantes, una promesa de un Alfa de sangre era una promesa que se debía cumplir sin importar el tiempo o los métodos.
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