CAPITULO 34
Romeo le da ese beso suave y pasional, deseaba absorber ese nectar que fue suyo y que había perdido, Aurora lo tomó de la espalda y lo acercó más a ella, era claro que lo amaba.
Recordó la humillación, la manera en la que él no le dió tiempo de defenderse, como la echo de la manada y la dejo en ridículo, nunca podría olvidar algo así.
Le dió un empujón y una fuerte cachetada, se limpio los labios y lo miró con los ojos llenos de lágrimas pero con dignidad de reina, tanta que no derramaria una lágrima más por el.
— Vete de aquí, voy a llamar a los guardias para que te saquen y no me sentiré responsable si te llevan a las celdas del calabozo — Aurora se aleja un poco mientras lo mira decepcionada, llena de rabia y aunque no quiera con un amor infinito por el que no quiere desaparecer de su pecho, el sigue siendo el dueño de sus pensamientos.
— Tenía mucha información en tu contra, me ocultaste información¿Que querias que pensara?— Romeo le recrima su falta de confianza en el, quizas si ella hubiera Sido sincera con el desde el primer momento, los dos hoy estarían juntos.
— No te dije nada para protegerte, para que no cometieras una locura, estábamos en los terrenos de Victor, y el último día me demostro que no estaba loca, y que si pudiste matarlo — Aurora suspira, le duele ver cómo la relación se llenó de ideas y secretos que no quisieron aclarar.
—¿Para protegerlo a el? Es obvio que aún te importa, que solo querías que el señorito de alta sociedad estuviera bien — Romeo gruñe celoso, imaginar que Aurora solo lo quiso cuidar a Victor y evitar que lo matara con sus manos es claro para su mente imaginativa.
—¡A ti! Ese día salimos de la manada porque Florencia se apiadó de nosotros, pero tenían todo el derecho de meterte en la cárcel, atacaste a Victor en su propia manada, y solo con la mitad de la información que Florencia te invento — Aurora suspira.
— Lo se, pero todo encajaba, estaba celoso, Victor siempre fue tu amor y quizás cediste — Romeo frunce el ceño, se siente culpable de sentir lo que siente.
— Y tu con mi hermana, los encontré en el baño arreglándose la ropa, agitados — Responde Aurora con seguridad.
— Pero no pasó nada, yo te explique lo que sucedió — Romeo la toma de la mano mientras ve sus ojos empapados en lágrimas , ella está sufriendo y es su culpa.
— Y te crei, deje que me explicarás, no caí en la trampa de Florencia y me entregué a ti, jamás dude de tu palabra, pero tú si, y no importa si eres macho, lo importante es que yo si creo en ti — Aurora se suelta, le pide de nuevo que se vaya — El concejo tomara la decisión de nuestra relación, son ellos quienes deben darnos las órdenes, yo acataré su decisión y espero que hagas lo mismo — suspira.
Romeo se arrodilla delante de ella, la mira con los ojos llenos de lágrimas, no quiero perderla, y le pide que le dé su perdón.
Aurora suspira, solo puede ver cómo el imponente Alfa se arrodilla delante de ella, como se humilla por conseguir su perdón
— Fui un idiota y quiero que me perdones, que vuelvas a mi lado, cariño yo te amo — suspira sintiendo una daga en su pecho que no lo deja tranquilo y solo ella puede quitar con su amor.
—¿Crees que soy inocente?o ¿Aún tienes dudas de mi?— Aurora cuestiona esperando conseguir una respuesta que llene su corazón lastimado, las heridas que el dejo.
Romeo no responde, no puede decirle mentiras, aún cree que si pasa algo entre Victor y ella, aún cree que los dos pudieron estar juntos y llega inclusive a dudar de la paternidad de su hijo, pero prefiere guardar silencio, a veces el silencio responde lo que nuestra mente no sabe decir.
— Vete Romeo, esa es la respuesta que esperaba de ti, mi bebé, porque me queda claro que no crees que es tuyo, mi bebé y yo estaremos bien solos — Ella le da la espalda y le sugiere que esperen la decisión del concejo.
Romeo suspira, salta por la ventana con los ojos empapados en lágrimas que hacen difícil la visión, no puede sacarse la duda de su pecho y solo hay una persona que puede responder los interrogantes.
Romeo observa todo el lujo, el dinero y el poder de Alba de luna, es claro que esta lejos de ser lo que Aurora merece.
— Me alegró que te des cuenta de la gran diferencia que hay entre los dos, tu manada esta casi extinta — Victor sonríe, puede leer la expresión del rostro de Romeo y sentir un poco de alivio.
— Soy feliz con lo que tengo, mi manada es una familia y en medio de la humildad que nos dejó la maldad de tu padre y el padre de Aurora somos felices, y eso no lo comparo con tu fino estudio — Romeo dice la verdad, jamás le importo ser el Alfa más pobre de las manadas cercanas, solo puede alabar la fortaleza de su manada.
— Lo aplaudo, si te soy sincero hasta hace muy poco me enteré de lo que hizo mi padre, y me siento avergonzado y quizás celoso, se que de pasar eso en mi manada no se comportarían como tus lobos, me dejarían solo, pero hay una verdad que sabes, Aurora está acostumbrada a esta vida no a lo que tú puedes darle — Victor habla con sinceridad.
— Lo se, y por eso la ame, nunca se quejo y parecía disfrutar de los pequeños detalles sencillos, como si toda la vida hubiese sentido un hueco que no lleno con las joyas, eso creía hasta que pasó lo que pasó, es lo que me trae aquí — Romeo agarra un abre cartas y se corta, toma a Victor de la mano y lo corta haciendo un pacto de sangre — Por nuestra sangre alfa, quiero que me digas la verdad —.
Victor abre los ojos, el pacto de verdad de sangre alfa es el de los más respetados dentro de las manadas, después de esto no podra decir una sola mentira en este momento o la diosa Luna lo maldecira.
—¿Que quieres saber?— cuestiona Victor pero sabe que los interrogantes de Romeo solo tienen una meta.
—¿Tuviste una relación con Aurora?¿Es verdad que fueron amantes en nuestra estadía aquí?— cuestiona, necesita esa respuesta.
— No, ella te respeto, pero yo la seduje, me di cuenta que Amo a Aurora y que quiero conquistarla, pero en esa semana no pasó nada, ella me rechazó ¿Contento — responde Victor.
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