CAPITULO 55
La noticia de la muerte de Armando de una manera tan poco honorable es algo que no puede pasar desapercibido por la manada, están en shock, es la mejor palabra para describir una situación absorbente.
—¿ Que pasará con el? El nombre de un Russo no debe quedarse en este fatal recuerdo — Florencia está preocupada por el que dirán, y no es para menos sabe que es una muerte reprochable entre lobos.
— Por favor, se que no fue el mejor padre, pero no quiero que su imagen se vea manchada por su muerte — Aurora le pide como favor personal a Víctor intervenir.
Victor decide aceptar solo por la petición de Aurora, pero finge que lo hace por solidaridad con su esposa, fingen que Armando sufrió un ataque al corazón debido al estrés sucedido.
Aurora sube a la habitación de Romeo, quiere contarle lo que acaba de pasar, mientras sus manos tiemblan llenas de miedo y pánico por lo vivido, a pesar de que Armando jamás le demostró ser un padre bueno, siempre lo vio como eso, un padre.
Al llegar ve que Inés se encarga del cuidado de Romeo, La loba se acerca a su hija, quiere abrazarla desconociendo lo que sucede.
— Vete, quiero estar sola con mi esposo — Aurora cruza los brazos, no quiere escuchar a Inés, han Sido muchas cosas en un solo día y siente que le quema el alma, su voz está quebrada y su cuerpo parece no poder resistir la adrenalina de su piel.
— Tenemos que hablar, Hija de que esto es difícil para ti, pero todo lo hice para cuidarte — Inés llora, tenía mucho miedo del desprecio de su hija y es precisamente lo que está pasando, Aurora no la quiere mirar a los ojos.
— No lo dude un solo segundo, se que me quieres y que lo harías por amor, pero no deja de ser doloroso — Aurora se limpia las lágrimas mientras le pide que la deje meditar.
Inés se da cuenta que las manos de su hija y parte de su ropa está manchada con sangre, abre los ojos llena de miedo.
—¿Que te paso?¿Que sucedió?— La voz de la loba tiembla, puede ver en los ojos de su hija que lo que sucedió no es nada bueno y está lejos de ser una buena noticia.
— Papá... Armando se disparó en la cabeza, acabamos de ver su cuerpo con Florencia — Aurora sabe que debe ser fuerte, pero Inés se rompe de inmediato y cae a los pies de su hija.
Rogelio entra a la habitación, al escuchar un grito de Inés, la abraza, el se acaba de enterar de lo sucedio, y quiere estar para ella como ese soporte que no le permitieron ser.
Romeo abre los ojos, no tiene buen color, intenta levantarse para abrazar a Aurora, pero cae en el suelo.
Aurora y Rogelio le ayudan a regresar a la cama, ella está muy preocupada, sabe que Romeo ha tenido la mejor atención médica de la manada Alba de luna, pero se nota débil y cansado.
— Debemos llevarlo a Luna azul — Rogelio quiere escapar de ese lugar, no quiere que la mala energía de quienes un día le hicieron daño siga gobernando su vida.
— No puedo hacerlo, Romeo no soportaría ese viaje, debemos esperar que recupere la sangre perdida en la herida — Aurora nunca lo habia visto tan enfermo, quería irse igual que Rogelio, pero no era el momento aunque ellos quisieran.
Rogelio tomó la mano de Aurora — Hija, nos quedaremos contigo.
Aurora miró los ojos de Rogelio, creía en sus palabras, pero no era el momento, aún no estaba lista y le pidió de manera fría y seca irse de la habitación.
Mientras tanto...
Florencia discutía con Víctor en la habitación, estaba furiosa pues ella sabía que el Alfa había Sido el último en hablar con su padre.
—¡¿Que le dijiste?!— pregunta llena de rabia, mientras le da golpes en el pecho, queria matar con sus manos a Victor pues estaba segura que el había Sido determinante para la decisión.
— La verdad, que ustedes me hicieron la vida añicos, y que si no se iba de la manada, te regresaría a ti todo lo que me has hecho, así que fue tu culpa querida, tu padre en su arrogancia prefirió morir antes de aceptar que yo lo había desterrado — Victor toma de los brazos a Florencia.
—¡¿Que le dijiste?! — repite alterada la pregunta Florencia, sabe que Victor no le está diciendo toda la verdad, que el miente en sus palabras.
— Está bien, le dije que debía autorizar que Inés se casara con Rogelio, quiero conquistar a mi querida Aurora y se que con este gesto ella estará en deuda conmigo — Victor la toma con fuerza de los brazos.
Florencia le da una fuerte cachetada
— ¡Todo por esa estúpida!— no puede creer que la vida de su padre este por debajo de la felicidad de una bastarda como Aurora, que de nuevo el nombre de su ex hermana sea el causante de sus pesadillas.
Victor le regresa el golpe a Florencia, la hace caer al suelo y está se golpea un poco en el vientre, pero no se da cuenta en medio de la adrenalina del momento.
El Alfa la agarra de los cabellos y la saca del estudio, no sin antes amenazarla, pues ella debe guardar sus secretos son sus deberes de esposa.
Florencia enfurece, detesta que Aurora no acepte lo que ella se ha metido en la cabeza.
—¡Te odio m*****a!— exclama mientras saca de la cinturilla de su vestido una daga.
Aurora lanza encima de Florencia la comida que llevaba para Romeo, e intenta subir las escaleras con rapidez al darse cuenta que la loba ha perdido la cordura.
Florencia esquiva la comida y sube tras su hermana, la agarra del cabello y la hace caer en medio de las escaleras.
Intenta clavar el cuchillo pero lo hace en su brazo, ya que Aurora coloca su brazo para evitar la herida fatal en la cabeza.
—¡Ayuda!— grita Aurora.
Romeo como puede se levanta de la cama, casi a rastras, para llegar con ella, Victor también escucha el grito y llega hasta las escaleras
—¡Déjala Florencia!— Exclama.
Florencia de nuevo levanta el cuchillo, la quiere ver muertaz necesita matar a Aurora y brillar, no vivir tras el brillo de ella.
Aurora saca fuerzas de dónde no tiene, levanta el pie y con fuerza empuja a Florencia colocando toda la fuerza en el vientre de la loba.
Florencia rueda por las escaleras hasta llegar al final de ellas inconsciente.
Aurora y Victor corren para ayudarla, Romeo observa con impotencia la escena desde la planta más alta sin poder bajar las escaleras por la debilidad de sus piernas.
Florencia empieza a sangrar de su parte íntima mientras Aurora tiembla desconcertada.
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