CAPITULO 68
Romeo se levanta con los ojos abiertos, Laura sabe dónde está ella.
— Yo conozco a Ana, nos vimos en el bosque, tengo que hablar con ella — Romeo sentía que su pecho latía con imponencia, la idea de verla de nuevo es algo que lo sacará de las dudas de su cabeza.
—¿Eres el desconocido del bosque?— Laura abre los ojos sorprendida, jamás imagino que el lobo que movía el corazón del Alfa era Romeo.
— Necesito que me lleves a dónde vive, quiero hablar con ella desde hace días, pero lamentablemente por muchas cosas no he podido — Romeo le insiste a Laura que lo acerqué a Ana, la idea de perderla ahora que la tiene cerca es algo que no va a aceptar.
— No es el momento, Ana esta comprometida con un Alfa, y el la tiene vigilada — Laura no dice el nombre de Victor, no quiere que Romeo lo busque o que de alguna manera se aten cabos sobre lo que sucedió con ella y el accidente del arma.
— Yo iré cuando lo creas oportuno, no quiero que ella se meta en problemas, se que no puede ser hoy, entiendo que Ana este nerviosa por nuestro último encuentro — Romeo sonrie, cree que Laura le va a cambiar la vida.
— No lo haré, y si quiere echarme de su manada lo entenderé — Laura mira al Alfa, sus palabras son reales, no piensa acercarlos.
—¿Por qué? Es ella quien debe tomar la decisión de verme o no de nuevo — Romeo engruesa la voz, está algo enfadado por la manera en la que ella le dio un No tajante.
— Ana es una buena loba, ha sufrido y si bien es cierto no quiero que se case con su prometido pues este no le conviene, tampoco voy a dejar que usted juegue con ella, le recuerdo que su prometida llega está noche — Laura cruza los brazos sabe que después de desafiar la autoridad del alfa debe irse de allí.
Romeo la alcanza, la toma del brazo antes que ella llegue dónde Isabela para empacar sus cosas.
— Ana es alguien importante, se que no lo puedo demostrar pero quiero verla, solo te pido eso, seré sincero con ella — Romeo le suplica a Laura que le dé una oportunidad de hablar con ella, es lo único que le pide en medio de la confusión del momento.
Laura siente que Romeo habla con sinceridad, además recuerda la sonrisa de Aurora cuando regreso de aquel encuentro, era una loba diferente, distinta y que parecía estar llena de amor.
— Tengo que pensarlo, Ana es mi amiga y me cuido cuando nadie lo hizo, no quiero que sufra, le diré si puedo ayudarlo en el momento oportuno — Laura le da la mano al Alfa, Romeo solo puede aceptar, está tan cerca de verla que sencillamente debe tener paciencia, además entiende la amistad de Laura y Ana.
Victor visita de nuevo a Aurora, cree que si tiene más tiempo con ella lo que le dijo la anciana no se cumplirá, pues él está creando nuevos recuerdos en Ana.
— No sabía que ibas a venir, supuse que cuando mamá viajará tu te quedarías conmigo — Aurora se siente incómoda pero su comportamiento hacia Victor es menos hostil, quiere ser el orgullo de su madre pero a veces siente que no va a poder con la presión.
— No podré hacerlo, tengo que asistír a una reunión de suma urgencia, pero Noelia y yo creemos que mereces estar sola un tiempo, pensar y quizás tener recuerdos — Victor la besa con suavidad.
Victor debe viajar ese mismo fin de semana a la manada del concejo de lobos, la presencia de Ana es una incógnita al no existir, tuvo que pagar una alta suma de dinero a una manada pobre para que estos hicieran los documentos del nacimiento de ella allí, ahora debe pedir autorización del concejo para casarse con ella, cree que puede engañarlos, ahora que sabe que Romeo se casara y que su prometida está cerca, no quiere desaprovechar la oportunidad.
Aurora se siente aliviada con la repuesta de Victor, tenía miedo que este aprovechará la soledad y perdiera la razón como en aquella ocasión, si bien es cierto el es su novio y le han hecho cree que entre los dos existe intimidadad, no lo desea, aunque intenta ser más abierta a las posibilidades.
— Pensé que dirías que me extrañarias, pero veo que sigo siendo un desconocido, no sabe cómo me duele — Victor agacha la mirada y llora, Aurora se siente perturbada por la manera en la que él expresa su amor hacia ella.
— No quiero hacerte sentir mal, es solo que no recuerdo — Aurora le da un abrazo.
Victor la besa y lentamente la acuesta en el sillón, ella intenta quitarlo de encima, pues se siente nerviosa y prisionera.
— Por favor, por el amor que te tengo, que puedes ver en mis ojos, solo te pido que me dejes amarte — Victor besa el cuello de Aurora — Cierra los ojos.
Le suplica mientras mete sus manos bajo la falda larga y de pliegues de la joven, Aurora obedece, cierra los ojos e intenta relajarse.
Si Victor será su esposo, cree que no debe tener miedo a la intimidad, además sus pensamientos pecaminosos con el desconocido le hacen creer que esos pensamientos deberían ser dirigidos a su esposo.
Toma un poco de aire, le gusta sentir los besos en el cuello, y con sus labios aún cerrados suelta un pequeño gemidito, Victor enloquece por esto, cree que ella lo desea.
Baja sus besos hasta los pechos de Aurora, ella susoira nerviosa al ver que Victor le empieza a quitar las tiras del corset, su cuerpo está tensionado y paralizado.
Victor levanta la falda de Aurora un poco y besa sus piernas, quiere delinear en su cabeza cada parte del cuerpo que desea.
La besa en la boca mientras con su mano derecha intenta abrir la bragueta de su pantalón lo que hace poner nerviosa a Aurora.
— No puedo... no quiero— Ella intenta levantarse del sillón, esto no le causa placer como con el desconocido , si no miedo y repulsión, pero Victor la empuja desde los hombros y la obliga a acostarse de nuevo, Aurora abre los ojos.
Victor ya no esa dispuesto a escuchar un No, está excitado y la tomara, ya no le importa si es de la manera adecuada.
— ¡Victor!— exclama Noelia que ingresa al salón.
—¿porque el alfa no está feliz con ella?— pregunta en la cocina mientras ayuda con los quehaceres para acelerar el proceso de atención de los padres de la novia.
— El Alfa Romeo ama a su esposa muertaz y es muchachita solo viene para ser su esposa sustituta, el alfa no quiere casarse pero el concejo de lobos quiere declarar bastardo a su hijo — le cuenta una de las Omegas que lidera la cocina.
Laura entiende que el Alfa es un lobo respetuoso, que tiene en claro sus prioridades y que quizás puede ayudar a Ana a volar de su jaula.
El padre de María Antonia se da cuenta que el Alfa no parece interesado en ella, tiene miedo que el compromiso no se realice, para el es de suma importancia, así que le pide una locura a su hija.
Romeo va a la cama, odia tener visitas y tener que fingir sonrisas de una situación que para nada le gusta.
María Antonia entra en su habitación con una pequeña lencería — Puede tomar mi virtud cuando lo desee, soy suya desde hoy.
María Antonia lo besa e intenta tocar la masculinidad del Alfa, pero Romeo de inmediato la aparta con delicadeza tomandola de los hombros.
— entre los dos no pasará nada, serás lo esposa y te daré tu lugar de reina, pero nunca compartirás mi lecho — Romeo quiere que ella entienda que la intimidad será nula
María Antonia abre los ojos, no puede creer que el la rechace —¿Usted sabe cuántos lobos me desean? No puedo creer que se de el lujo de rechazarme, ¡Soy la más hermosa!— exclama sintiendo furia en su corazón por el rechazó.
— Eres hermosa pero mi corazón tiene un candado y nadie lo va a quitar de su lugar — Romeo le pide que se vaya de la habitación.
María Antonia abre la puerta, Laura entraba con una jarra de agua y escucho la pelea, la loba la empuja y hace que el agua caiga encima de la loba.
Romeo se acerca para ayudarla
— lamento lo que pasó, creo que debo elegir mejor — Sonríe.
— Mañana es el viaje de la madre de Ana, estoy seguro que usted merece hablar con ella — Con esto Laura ve en Romeo lo que su amiga necesita.
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