CAPITULO 5
Lucius busca a Bianca dentro de la mansión, la fiesta está por terminarse y quiere estar a su lado para despedirse de los invitados y sobre todo para que aquella insistente loba, la vea a su lado como su esposa.
Miranda que regreso a la casa y se camuflo entre los invitados, no entiende porque lo hizo, es verdad que su madre le inculco un gran odio hacia Darío y su hija perdida.
La madre de Miranda cuando le contó su historia en su lecho de muerte, le confesó que de no ser por esa niña perdida ella hubiera sido feliz al lado del lobo que amo, pues le recalco que nunca fue feliz al casarse con el Alfa de la manada a pesar de su amor inmenso.
Esas palabras llegaron al corazón de Miranda, que entendió el dolor guardado por años por su madre pero también vio una verdad en la que ella fue causante de una decepción amorosa
Cuando vio a Bianca, en la colina, con una vida que no fue perfecta pues todo el mundo sabía lo que había pasado y que Víctor se la llevo, pero si con amor, amor que le fue negado a su madre, amor que le dieron a ella falso, hizo que desquitara años de ese sentimiento.
No siente culpa, le gusta Lucius, siente que se puede quedar con el, se siente superior a Bianca y lo quiere demostrar quedándose con el trofeo que es el Alfa.
Lorenzo se dispone a retirarse, quería ver por una última vez a Bianca antes de marchar, su sonrisa y sus ojos luminosos le dan una especie de tranquilidad que nunca antes había sentido.
Giro antes de subirse a su caballo, y sintió algo que lo llamaba al precipicio de la colina, decidió bajar se y asomarse.
Se dio cuenta que al fondo había un cuerpo, decidió bajar con rapidez y se percató que era Bianca aún inconciente.
Lorenzo la tomo en sus brazos, le dio una caricia en el rostro, el golpe había sido extenso, no tenía aún fuerzas para despertar.
— Te voy a cuidar mi princesa.
La cargo y subió la colina hasta llegar a la mansión —¡Ayuda!— exclamó mientras entraba a la casa.
Lucius abrió los ojos furioso, se Abalanzó en contra de el pensando que le había hecho daño a Bianca.
Los guardias de inmediato decidieron apoyar a su Alfa y cuando Lucius cargo a Bianca en sus brazos, los guardias sacaron sus espadas y apuntaron a Lorenzo que atino a levantar las manos.
—¡¿que le hiciste a mi esposa?!— exclama furioso Lucius al ver el rostro lleno de raspones de Bianca.
— La salve idiota, me asome a la colina y ella estaba allí, no iba a permitir que por tus distracciones más importantes, dejaras a tu esposa en ese lugar — Lorenzo habla de manera retadora, culpando a Lucius de su mal comportamiento como esposo, acusándolo con la mirada.
Lucius le pide a Darío que suba a Bianca a la habitación, y le aclara a Lorenzo que no se irá de la mansión hasta que su esposa le expliqué lo que le pasó.
Sube tras ella y le pide a los invitados que dejen la mansión, quiere estar a solas con su familia.
— Bien, ya te puedes retirar — le dice el lobo que intenta regresar a su habitación y evitarla.
Miranda se acerca y le da un beso en la mejilla pero baja mucho más el beso y llega al cuello, sube sus labios y muerde el lóbulo de la oreja de Lucius, que d ha quedado inmóvil.
— Te recuerdo que debes ir en un par de días a mi manada, te tendré una bienvenida especial — la loba sonríe mordiendose el labio y tocando con su mano la entrepierna de Lucius.
El se alejó de inmediato
— Por supuesto, iré con mi esposa a tu manada, gracias por tu invitación — Lucius le deja claro que el irá con la luna de vida.
Miranda sonríe — Si llegas solo, es una señal de lo que quieres realmente, y créeme que te daré el mejor fin de semana de tu vida.
La loba se va de alli no sin antes intentar robarle un beso a Lucius que coloca la mejilla para evitar que ella toque los labios.
—¿Que es Lo que buscas Miranda?¿Una aventura?¿Un reto?— cuestiona Lucius que quiere parar con este juego patético que le hace sentir mal y debil por desear algo que no debe.
— Te quiero a ti, darte lo que mereces, una esposa trofeo, no una loba fracasada, los dos nos merecemos.
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