El Alfa romance Capítulo 43

Dave insistió en llevar a Amaris al trabajo y, al mirar su perfil mientras él se concentraba en la carretera, su corazón pareció dar un pequeño salto.

Aún no había encontrado el momento adecuado para discutir con él la oferta de Minerva y, tal y como iban las cosas, probablemente sería mejor abordar el tema cuanto antes.

Ambos podían llevar ropa de cuello alto hasta que la gente empezara a sospechar.

'Dave... puede que haya encontrado una opción a considerar respecto a la falta de marca de apareamiento'. Amaris comenzó vacilante.

'Has tenido más suerte que Ben y yo por lo menos. Donde quiera que mirábamos, no encontrábamos nada'. Frunció el ceño y continuó: 'Supongo que no hay realmente una buena razón para fingir una marca de apareamiento', dijo con una mueca.

Amaris se rio a pesar de su nerviosismo.

'Bueno, no estamos del todo seguros de que te guste la opción...'

'¿Quiénes?'. Dave interrumpió rápidamente, 'Esto no puede ir más lejos, Amaris. Si alguien se entera...'

'Relájate, Dave. Solo hablé con Minerva. Ella es una híbrida con un parentesco único que en realidad podría ser capaz de ayudarnos con esto'.

Él se quedó callado un rato antes de gruñir.

'De acuerdo. ¿Qué tipo de híbrida?'.

'Bueno, bruja y demonio', dijo Amaris mientras observaba cómo Dave agarraba con fuerza el volante.

'Tienes razón, no me gusta a dónde va esto...', gruñó.

Amaris le miró con el ceño fruncido y se cruzó de brazos a la defensiva.

'Mira, he crecido con Minerva. Ella nunca haría nada para hacerme daño. Así que, eso te incluye a ti también. Al menos escúchame'.

Dave la miró dubitativo cuando ella empezó a explicarle el plan que Minerva y su padre habían ideado.

Cuando terminó de explicárselo, Dave parecía querer hacer un agujero en el parabrisas.

'No. De ninguna manera', gruñó furioso mientras se detenían frente a la sede de la empresa de su padre.

Amaris suspiró mientras se desabrochaba el cinturón y le miraba con el ceño fruncido...

'Bueno, esa es tu opción, Alfa. Tómalo o déjalo. Pero recuerda, tú eres el que quería este matrimonio por contrato, yo simplemente me ofrecí como una opción. Si hay consecuencias porque te descubren, entonces las consecuencias recaerán sobre ti. Yo solo intentaba ayudar'.

'Prescindiré de tu ayuda, gracias, Luna', gruñó.

En cuanto se cerró la puerta del coche, pisó el acelerador y arrancó a toda velocidad.

Amaris se abrazó a sí misma mientras subía los escalones de la empresa y entraba en el vestíbulo. ¿Había hecho bien en hablar con Minerva?

'Lo sentimos, Luna, no sabíamos...' Se disculparon en cuanto estuvieron lo bastante cerca.

'No pasa nada. No es culpa suya. Me lo esperaba después de lo de anoche, sinceramente...' Ella sonrió con fuerza.

Esto era una locura.

'¡Señorita Anderson! Cuéntenos cómo se conocieron usted y Alfa Nocturne'.

'Señorita Anderson! ¿Cuál es la verdad detrás de su relación con Fernando?'.

'Princesa! ¿Tus intereses comerciales siguen alineados con los de tu padre?'. Amaris sonrió mientras esperaba a que se calmaran las preguntas y levantó la mano para indicarles que esperaran.

'Sí, es cierto lo de mi hermanastra y Fernando. Tomé la decisión de rechazar el vínculo de pareja basándome en el hecho de que si él no podía ser leal a su pareja, entonces ¿cómo podría ser leal a sus deberes como futuro rey Alfa?'.

La charla volvió a animarse y ella esperó a que se calmara.

'Mis intereses de negocios son exactamente eso, negocios. Lo que ocurra en mi vida personal o en el seno de mi familia no afectará nunca al funcionamiento diario de mi empresa. Si, actualmente sigo bajo el patrocinio de Anderson, pero eso puede cambiar en el futuro. ¿Quién sabe? En cualquier caso, tengo trabajo que atender. Si desean concertar una entrevista formal, pónganse en contacto con la oficina de prensa. Hasta entonces, por favor, acepten que este es un entorno de trabajo y su presencia aquí está interfiriendo en el sustento de la gente'.

Con eso, asintió a sus guardias y estos la acompañaron a su despacho.

Respiró aliviada cuando Eva la saludó con su entusiasmo habitual y le tendió un café. Caminó a su lado mientras se dirigían a su despacho, con los guardias siguiéndola a una respetuosa distancia.

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