Eran casi las 4 de la tarde cuando Dave y Amaris llegaron a la anodina casita de Minerva. Amaris llamó a la puerta y le sonrió tranquilizadoramente a Dave mientras este miraba dudoso a su alrededor.
'¿Estás nervioso?' Amaris preguntó, con lo que esperaba fuera una sonrisa tranquilizadora.
'No' respondió él, un poco demasiado rápido. Amaris apretó su mano suavemente.
Dave suspiró profundamente y volvió a pasarse la mano por el pelo.
'De acuerdo, tal vez un poco nervioso. Siento que nos han obligado a esto…' Comenzó vacilante, antes de que la puerta se abriera de golpe y el rostro radiante de Minerva apareciera en la entrada.
'¡Amiga mía!' Gritó, rodeando a Amaris con sus brazos y guiñando un ojo en dirección a Dave. 'Dios, se siente como si hubiera pasado una eternidad desde la última vez que estuviste aquí. Y mírate ahora, trayendo a un hombre ardiente contigo'. Suspiro dramáticamente y colocó una mano sobre su pecho. 'Estoy muy orgullosa de ti Amaris'
Le dio un manotazo en el brazo de manera juguetona, y rio mientras se sonrojaba un poco.
'¡Compórtate! Lo asustarás antes de que hayamos comenzado siquiera'.
Dave cambió ligeramente de posición y le ofreció su mano, con una expresión seria en el rostro.
Minerva miró de su mano a su cara y resopló ruidosamente, al tiempo que lo empujaba hacia adelante y lo rodeaba en un abrazo aplastante.
'En esta casa, no nos damos la mano. Aquí nos abrazamos, niño lobo'. Ella se rio entre dientes mientras él, de mala gana, le daba unas palmaditas torpes en la espalda.
'De acuerdo, vayamos adentro y preparémonos para el viaje, Minerva les condujo a través del pequeño pasillo de entrada, que luego se abría a una acogedora sala de estar. Estaba decorada con buen gusto, con colores cálidos, y lograba conservar un ambiente acogedor y hogareño a pesar de la estética moderna.
'Les ofrecería una bebida, pero todavía recuerdo la primera vez que usé un portal'. Minerva hizo una mueca.
'¿Así de mal?' Preguntó Amaris, con un ligero toque de incertidumbre en su voz, mientras Dave caminaba ligeramente detrás de ellas.
Todavía no estaba completamente convencido de que todo esto no fuera un plan urdido para debilitarlo y arrebatarle su manada, y estaba escaneando la habitación en busca de algo que se viera fuera de lugar.
Amaris y Minerva se sentaron en un sofá y se pusieron a charlar alegremente mientras él paseaba lentamente alrededor de la habitación.
'Relájate, bola de pelo, nadie está esperando para atacarte. Ambos están bastante seguros aquí'. Minerva resopló divertida.
'Dave, ven y siéntate' dijo Amaris tranquilizadoramente al ver la feroz mirada que él había dirigido hacia su mejor amiga.
Se acercó a regañadientes y se sentó tentativamente en el sillón de la esquina. Se sentía más seguro con la pared a sus espaldas, porque de ese modo solo había una dirección desde la que pudiera venir un posible ataque.
Amaris suspiró y se estiró para palmear su mano, tranquilizándolo.
'Dave, te prometo que todo estará bien. No te habría traído aquí si no confiara en ella por completo'.
Pero también podía entender el punto de vista de su padre, invitando a un Alfa desconocido a su casa para fingir un vínculo de apareamiento, a pedido de su hija. Se estaba dejando potencialmente expuesto a un ataque desde el interior.
'Tiene sentido. Puedo asegurarte que lo único que deseo es evitar las sospechas dentro de mi manada. Sin embargo, hay otros asuntos en juego aquí, que todavía no me siento cómodo discutiendo. Por ejemplo, la razón detrás de mi necesidad de una pareja contratada'.
Una sonrisa se extendió lentamente por el rostro de Minerva, cuyo significado Dave no pudo descifrar.
'Oh, dulce e inocente cachorrito'. Ella canturreó. '¿Te das cuenta de que no puedes esconder nada de mi padre... o de mí?'
Dave se puso rígido de repente, y Amaris frunció el ceño hacia su amiga. Sus ojos inusuales de repente brillaron levemente, el rojo luminiscente en sus iris negros, creando un efecto aterrador.
'No hay nada que se le pueda ocultar a un demonio, cariño. Ver el alma de otra persona es parte de nuestra naturaleza. Sin que lo sepas, podemos ver tus miedos más oscuros, tus recuerdos más preciados, y las dimensiones de tu alma' dijo Minerva, con una voz casi etérea, cuando de pronto el aire en el centro de la habitación comenzó a distorsionarse Dave se puso de pie abruptamente y agarró a Amaris, jalándola hacia el mientras Minerva se reía.
'Dave, por favor... está bien...' Dijo Amaris mientras luchaba contra el agarre de sus manos, y él gruñó en respuesta.
Minerva sonrió, y el aire pareció condensarse a su alrededor, explotando para convertirse en un óvalo plateado y reluciente, casi como un espejo.
'No te preocupes, Alfa. Si no pensara que tienes buenas intenciones, tanto hacia Amaris como hacia mi padre, entonces no habría ofrecido una solución. Puedo ver la oscuridad que se aferra al alma de ambos, tú y tu lobo, y mi padre también lo hará... aunque estoy segura de que él podrá darte más respuestas que yo. No tienes nada que temer de nosotros'.
Cuando terminó de hablar, dos figuras atravesaron el portal que había aparecido en su sala de estar, y el rostro de Dave se congeló en una máscara de sorpresa.
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