El despertar del Dragón romance Capítulo 129

—¡J*dete! Te pagué para que bebieras conmigo, no para que bebieras con otros. Ya me estaba preguntando dónde te habías metido —despotricó el gordo.

Ante la situación, Yolanda se puso de pie y se disculpó:

—Rino, solo estaba conversando con un amigo que me encontré. Ahora mismo voy contigo.

Mientras tanto, Hilda se levantó en cuanto vio que golpeaban a Yolanda. Con una expresión de disgusto, espetó:

—¿Por qué tienes que pegarle? ¿Y qué si le pagaste? Eso no significa que sea de tu propiedad.

Como ya había trabajado de dama de compañía, sabía cómo pensaban los hombres como ellos. Trataban a las chicas como de su propiedad solo porque pagaban por ellas.

La expresión de Rino se ensombreció en respuesta a las palabras de Hilda.

—Señora, tiene usted agallas para hablarme así. Teniendo en cuenta lo guapa que es, ¿por qué no pasas una noche conmigo? Puedo hacer un trío con las dos. —Mientras hablaba, alargó la mano para tocar a Hilda, ignorando la presencia de Jaime.

Deteniendo a Rino, Yolanda lo tranquilizó:

—Rino, es mi amiga, y no sabe nada de esto. Pasaré la noche contigo y me aseguraré de que te diviertas.

En ese momento, a Yolanda ya no le preocupaba revelar su trabajo a Jaime e Hilda.

—Hazte a un lado. Insisto en hacer un trío esta noche. Te mataré si intentas impedírmelo. —Rino empujó a Yolanda a un lado.

Sin embargo, Hilda se adelantó para atraparla y fijó su mirada en Rino.

Sabía que cuando se enfrentaba a un matón, no podía mostrar ningún miedo, ya que se aprovecharía de ello.

—Ya veo que tienes agallas.

Después de eso, Jaime miró a Hilda y a Yolanda como si no hubiera pasado nada. Luego sugirió:

—Vengan, sentémonos y continuemos con nuestra comida.

—¿Qué? Deberíamos irnos rápido. ¿Sabes quién es ese tipo? Toda esta calle es su territorio, y tiene más de diez matones trabajando para él. ¿Por qué lo golpeaste? Esto solo traerá más problemas.

Dado lo ansiosa que estaba Yolanda, ya no tenía apetito.

—No te preocupes, continuemos. No hay que alarmarse —la tranquilizó Jaime.

Al ver lo intrépido que era Jaime, Yolanda le preguntó a Hilda con curiosidad:

—Hilda, ¿qué hace tu novio? ¿Es alguien poderoso?

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: El despertar del Dragón