El despertar del Dragón romance Capítulo 128

Mientras tanto, Hilda también pudo adivinar a qué se dedicaba. De ahí que se callara y no supiera cómo responder.

—¿Y quién es él? ¿Es tu novio? —preguntó en un intento de relajar la situación.

—No, es mi amigo —explicó sonrojada.

Jaime se levantó y le ofreció su mano para saludarla.

—Hola, soy Jaime.

—Hola, soy Yolanda. Fui compañera de clase y de dormitorio de Hilda —respondió estrechando su mano.

Pudo ver en la expresión de Hilda que claramente sentía algo por él, solo que dudaba en dejar las cosas claras.

Cuando Jaime la invitó a unirse a ellos, ella aceptó de inmediato.

—Hilda, mañana hay una reunión de la escuela. ¿Vas a ir? —preguntó tras sentarse.

—¿Una reunión de la clase? ¿Quién lo organizó?

Aunque se habían graduado hacía unos tres años, nadie había organizado una reunión de clase antes. Por lo tanto, se sorprendió al oírlo.

—¿Oh? ¿Nadie te dijo? —se sorprendió.

Hilda negó con la cabeza.

—No es una sorpresa ya que la organizó Michelle. Ahora está con Leonardo —suspiró.

En el momento en que escuchó el nombre, el cuerpo de Hilda se estremeció mientras su rostro se enrojecía de ira.

Al notar el cambio en su expresión, Jaime preguntó:

—Hilda, ¿por qué no quieres ir? ¿No es una magnífica oportunidad para demostrarle a esa basura lo bien que te va? —le aconsejó Jaime.

—¿Qué quieres decir? —Hilda le dirigió una mirada de desconcierto, pues no tenía ni idea de lo que estaba pensando.

—Voy a ir contigo. Además, es una oportunidad de disfrutar de comida gratis —explicó con una sonrisa.

La sorpresa momentánea de Hilda se convirtió pronto en deleite.

—Hilda, tu novio tiene razón. Vayamos juntos mañana y demostrémosle al imbécil la gran vida que tienes ahora —la incitó Yolanda.

Esta vez, Hilda no se opuso y asintió con la cabeza.

Justo cuando los tres estaban bebiendo y charlando, se acercó un hombre gordo que llevaba una cadena de oro. Sin decir una palabra, le dio a Yolanda una fuerte bofetada.