El despertar del Dragón romance Capítulo 67

—Líder de escuadrón, para ser sincero, mi empresa también tiene problemas. Si no puedo superar esta crisis, me temo que iré a la quiebra. Por lo tanto, solo estaría obstaculizando su carrera al contratarlo —confesó Francisco con un suspiro.

Sintiéndose avergonzado, Gustavo dijo:

—Francisco, siento haberte causado problemas. De todos modos, no te preocupes por Jaime. Dime, ¿a qué problemas se enfrenta tu empresa?

—¿Nuestros problemas? ¿Puedes resolverlos? —Frida se burló.

—Yo… —Gustavo se sonrojó humillado.

—¡Cállate! —Francisco fulminó con la mirada antes de disculparse—: Líder de escuadrón, ignora sus comentarios. Mi empresa tiene tratos con Diseños Glamorosos. Por desgracia, han dejado de suministrarnos productos, lo que ha provocado que nuestro flujo esté atascado, y no sé cuánto tiempo podré aguantar. En cuanto a encontrarle un trabajo a Jaime, le diré a María que lo compruebe con su empresa, ya que es un conglomerado y ofrece buenos beneficios. Jaime puede ir ascendiendo poco a poco desde abajo.

—Papá, no soy más que una vendedora, no tengo esa autoridad en absoluto. Será mejor que no me causes ningún problema —replicó María, molesta por las palabras de Francisco.

—Puede que no lo seas, pero ¿no es Santiago el director de ventas? ¿No puede contratar a una sola persona? —exigió Francisco.

—Él...

Antes de que María pudiera terminar, Francisco amenazó:

—¡Basta! Así es como va a ser. Si Santiago no tiene la capacidad de hacerlo, tendré que reconsiderar su compatibilidad contigo.

María guardó silencio. Lo único que pudo hacer fue un desplante de rabia.

—Francisco, a María le costó mucho esfuerzo unirse a esa empresa. ¿No le estás causando problemas innecesarios? Además, ¿acepta esa empresa a exconvictos? —espetó Frida tras lanzarle una mirada a Jaime.

A pesar de sentirse molesto por haber sido llamado exconvicto, Jaime mantuvo su temperamento bajo control. Después de todo, sentía que Francisco era un buen hombre.

—Papá, déjame ser sincera. Lo haré pasar por la puerta, pero que pueda o no pasar la entrevista dependerá de sus propias capacidades. —María puso los ojos en blanco antes de volver a su habitación.

Cuando Francisco acompañó a sus invitados a la salida, Frida se sentó en el sofá sin inmutarse.

—Señor Salcedo, ¿cómo se llama la empresa que le debe dinero? —preguntó Jaime en cuanto salió por la puerta.

—Se llama Diseños Glamorosos. ¿Conoce a alguien allí? —preguntó Francisco por curiosidad.

Jaime negó con la cabeza.

—No, pero intentaré recoger el dinero por ti.

—Te agradezco la idea, pero será mejor que no hagas nada ilegal después de haber sido recién liberado. En lugar de eso, cuida bien de tus padres. En cuanto a mis problemas, no tienes que preocuparte.

Pensando que Jaime era un tipo de mafioso, Francisco supuso que iba a cobrar la deuda por la fuerza. Después de todo, acababa de salir de prisión.

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