EL ERROR QUE CAMBIÓ NUESTRAS VIDAS romance Capítulo 53

Un mes después

Conrado llegó a casa después de haber finalizado el juicio en contra de Imelda y de Ninibeth, apenas entró, Salomé salió a recibirlo.

—¿Cómo fue?

—Por fin terminó ese juicio, condenaron a Imelda y a Ninibeth, no puedo creer que por fin se haya hecho justicia —expresó Conrado—. El inspector Linares y su equipo de trabajo, pudieron lograr reunir todos los elementos para demostrar la culpabilidad de Imelda, fue ella quien de manera reiterada, le suministró a Laura dosis de esa sustancia a través de bebidas, para ir envenenándola lentamente, así se aseguraba que no pudiera tener más hijos, contaba que cuando llegara el momento poder alegar que Grecia no era hija de ella, para que no recibiera la herencia.

—No me explico ¡¡¿Cómo alguien puede ser tan malvado?!! Crio a Laura desde muy pequeña, ¿No logró surgir en ella ningún instinto protector? Me cuesta creer que haya personas de esa calaña —expresó Salomé con tristeza.

—Las hay, pero van a pagar todo el daño que hicieron, Imelda estará por muchos años en prisión y aunque Ninibeth no conspiró en contra de su hermana, por ser culpable de darte la sustancia que provocó la pérdida de nuestro hijo, estará en prisión de tres a cuatro años —señaló, sintiéndose más tranquilo al saber que estarían en la cárcel.

—Esperemos que Ninibeth aprenda realmente la lección y reflexione esos años, y no salga peor a cómo entró, porque ha demostrado que tiene el mismo gusanito de maldad que su madre —declaró Salomé con un suspiro—, lo único que me preocupa es la negativa de Imelda de hablar de su cómplice.

—A mí también, tengo la corazonada que mientras no sepamos la identidad de ese hombre y ande por fuera puede causarnos daño en cualquier momento, tenemos que estar preparados, ya Melquíades se está encargando de eso. Por cierto Joaquín me había dicho que quería irse del país, siente que debía empezar en otro lado, pero le dije que no me parecía muy buena idea.

—Es increíble cómo se hicieron tan amigos —mencionó Salomé—, normalmente el esposo actual y ex se odian.

—Pues realmente, podría haberlo odiado, pero lo necesitó para mantener a salvo a mi hija, por eso no puede estar lejos. cuando le ofrecí el proyecto, no lo quería, pero se lo di, y pensar que cuando supe que era tu ex se lo quería dar para el otro extremo del mundo, y ahora se lo terminé dando en la misma ciudad para que no se fuera… ironías de la vida… ojalá pronto se consiga una novia, amante, para que deje de estar encaprichado contigo.

—Pero lo haces por amor a Grecia… además, las niñas ya tienen suficiente con la pérdida de su tía Cristal, para que se le sume no volver a ver a Joaquín… por cierto, este fin de semana es la inauguración de nuestra primera sede, estoy muy emocionada, es impresionante todas las donaciones que ha encontrado tu madre… todos los presidentes y CEOS de las empresas que funcionan en la ciudad y algunas extranjeras han confirmado su presencia, no puedo creer que esté a punto de lograr este sueño.

—Y esta solo es la primera sede, ya verás cuando estés inaugurado la vigésima —dijo con una sonrisa.

—No exageres, me conformo con unas dos más —señaló con humildad.

—No Salomé, no debes conformarte, más bien debes visualizarte como quieres verte, porque si no lo haces te limitas. Lo que lamento, es que no pude con todo este juicio lograr contactar con Graymond Ballmer para que asistiera, hubiese sido una gran publicidad para la fundación.

—Lo sé, sin embargo, no está todo perdido porque hizo una donación nada despreciable, y a decir verdad prefiero que no vengan, pero aporten dinero con eso es mucho lo que podemos hacer —señaló optimista.

El fin de semana llegó pronto y Salomé estaba emocionada de ver su sueño hecho realidad. La inauguración de la primera sede de la fundación fue un éxito rotundo.

Los invitados estaban impresionados con todo lo que incluía el programa, firmaron convenios para comprometerse a emplear al 10% de sus nóminas por las beneficiadas por la fundación de acuerdo a sus conocimientos.

La prensa no dejaba de hablar sobre el evento. Incluso, algunos donantes decidieron aumentar su contribución, después de ver la importancia y todo lo que implicaba la fundación y es que sus objetivos eran increíbles, iban más allá de la simple ayuda o darle caridad a quien necesitara, era más bien enseñarlas a valerse por sí mismas y lograr su independencia.

El evento fue una mezcla de alegría y emoción para Salomé, al momento de dar las palabras de inauguración.

“Hace unos meses pasé por una difícil situación en mi vida, me vi en la calle, sin nada y con una niña de dos años, todo por una confusión, fueron los momentos más difíciles en mi vida, y aunque tuve una amiga que hizo por nosotras todo lo que podía, me encontré que muchas puertas se me cerraron, quedé desempleada, sin un lugar donde dormir… hasta que apareció Conrado Abad, él me ayudó, me apoyó, y bueno terminamos enamorados, hoy es el hombre de mi vida y estamos a punto de casarnos, pero muchas mujeres no tienen la oportunidad de ser ayudadas y se ven en una difícil situación, desesperadas, sin familia se les hace difícil volver a empezar.

Fue precisamente en esos momentos de angustia cuando creció en mí, el deseo de crear esta organización, para ayudar a mujeres en situaciones similares a la mía, a encontrar una salida y una oportunidad para empezar de nuevo.

—Gracias, mi amor, aunque esto no podría haberlo hecho sin ti, tu apoyo ha sido fundamental para mí en todo esto, la manera de que tomaste este proyecto es admirable, sé que juntos, podemos hacer grandes cosas. —pronunció visiblemente emocionada.

Conrado la besó suavemente, sabiendo que Salomé era una mujer decidida, fuerte e independiente, pero también sabiendo que tenía que reforzar su confianza y motivarla para seguir adelante.

—Te amo, Salomé —pronunció Conrado con esa mezcla de ternura, orgullos y admiración.

—También te amo.

Salomé sonrió, agradecida por el apoyo incondicional de Conrado. Él la abrazó, sintiendo esa conexión profunda que compartían.

De lejos, en un rincón del evento, Joaquín observaba la escena con una mezcla de admiración y arrepentimiento. Porque ver a Salomé tan feliz y exitosa le recordaba lo que había perdido por sus propios errores, solo le quedaba seguir, y continuar con su vida, quizás en algún momento, apareciera en su vida una mujer que despertara en él ese amor que sentía por Salomé y que lo amara también en él.

En ese momento apareció una mujer rubia, ojos azules, seximente vestida, y con una sonrisa seductora.

—¿Me permite bailar con usted? —interrogó y él abrió los ojos, sorprendido.

—Ni siquiera la conozco.

—Yo si lo conozco, usted se llama Joaquín Román, y como el problema es que no me conoce, me presento, soy Maribel Ospino —se presentó extendiendo la mano, mientras Joaquín se quedaba observándola con recelo.

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