El Hijo Del Millonario © romance Capítulo 49

Capítulo cuarenta y ocho

Me levanto como puedo y me pongo en posición de ataque, suelto un gruñido de advertencia y la chica a mi costado sonríe burlona —¿Por qué no dejas de gruñir y peleas, perra?

El sentimiento de ira pasa por mi columna y un inmenso calor se adueña de mi cuerpo.

¿Perra?

Ahora entiendo lo que se siente cuando te dicen que eres un punto perro.

Examino sus movimientos con cuidado, su cuerpo se transparenta y camina a mi al rededor paso a paso —Te voy a matar —corre en mi dirección y esquivo su ataque.

Irina, no dejes que te toque con las manos o estamos muertas.*

¿Entonces cómo la mato?

Trata de morder su cuello, tal vez así logremos dejarla inconsciente.*

Me abalanzo contra ella y siento un enorme tirón en mi pata, sus ojos me observan con una pizca de maldad y su cuerpo toma color —Si te mato en forma de demonio sería muy fácil —aprieta sus puños —mejor te voy a enseñar un poco de combate, transfórmate.

Irina, no.*

Ahora no, Orain.

Me levanto y dejo que mi forma humana vuelva, la lluvia azota mi cuerpo y el frío se instala en mí —Aquí estoy, tengamos ese duelo de una buena vez.

—No tienes que decir más —esquivo sus golpes uno por uno y saco mi mano derecha impactándola justo en su estómago, mis pies se mueven y la derribo antes de que pueda reaccionar —en el suelo será —enreda sus pies en los míos y caigo de lleno a la tierra, mis manos forcejean con las suyas y siento mi cuerpo debilitarse.

Estúpida, está usando su forma. Irina, quítala de arriba.*

Eso intento, Orain.

Siento su puño sobre mi rostro y volteo mi cabeza, mis ojos enfocan un trozo de rama punzante y sin pensarlo la tomo y se la clavo en su hombro, aprovecho su distracción y la coloco debajo mío, mis piernas presionan su cuello con fuerza hasta escuchar el típico crujido indicándome que esta muerta.

—¿Quién es la fácil de matar, eh?

Corro por todo el lugar hasta llegar a los arbustos y árboles que me separan de la manada. El lugar es un caos, demonios por todos lados, lobos y hasta podría decir que vampiros están metidos en la pelea.

A lo lejos visualizo a Amir pelear con dos demonios, da movimientos rápidos y los mata de un solo toque.

Sonrío, ese es mi Alpha.

Ojos azules lleva una de sus manos a su pecho y traga grueso, gira hacia mí y esos ojos rojos me escudriñan completamente.

Irina, ¿qué haces aquí? Vete, te puede pasar algo, ¿por qué no me hiciste caso?]

Una camioneta negra se interpone en nuestro campo de visión y observo por debajo de esta como unos zapatos de tacón bajan y cierra la puerta sonoramente—Bonito día, Amir Dhall.

Esa voz yo la he escuchado antes.

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