En la propiedad de la familia He, He Ruilin daba vueltas y vueltas en la cama sin poder conciliar el sueño, revisando su teléfono a cada minuto, aunque no tenía llamadas o mensajes nuevos. Al final, no podía quedarse más así, entonces se sentó, tomó su teléfono y marcó un número tras un momento de duda; se aferró a su dispositivo con sus manos temblorosas en una mezcla de emoción y nerviosismo.
Esa noche había instalado una cámara de vigilancia en la habitación sin que He Ruize lo supiera ya que era lo único que tenía para chantajear a Zong Jinghao. Si en verdad quería a Lin Xinyan, no permitiría que el video donde la desnudaban se difundiera en internet como pornografía.
Zong Jinghao miró su teléfono, frotó la pantalla con su pulgar y, justo cuando iba a dejar de sonar, contestó la llamada.
-Hao —dijo He Ruilin emocionada.
Creyó que Zong Jinghao rechazaría su llamada. Pero él no dijo nada, pues sus sentimientos no le afectaban. He Ruilin se calmó poco a poco, su mano se abrió y cerró alrededor de sus sábanas antes de que abriera la boca.
-¿Recibiste el video? ¿No fue emocionante?
Los ojos de Zong Jinghao estaban medio cerrados. Ya no había tormentas en ellos, como si el tiempo se hubiera detenido.
-Hay que vernos. Reservé una habitación en el Hotel Shanghuang, la 108. Te estaré esperando. Puedes no venir, pero te aseguro que el video donde desnudan a Lin Xinyan estará por todo internet. Será la presa de hombres morbosos.
Cuando colgó la llamada, su corazón aún latía con fuerza porque estaba nerviosa, pero también le emocionaba pensar que lo vería. Luego, se levantó de la desordenada cama y corrió descalza al armario para empezar a buscar el atuendo que usaría esa noche. Su armario estaba lleno de trajes y vestidos costosos, pero ninguno se adaptaba a su gusto, sentía que nada era suficientemente bonito para esa noche. Aun así, era tarde para ir de compras, así que los sacó todos y se los probó uno por uno.
Su semblante emocionado era como el de una jovencita que acababa de enamorarse y que conocería al hombre de sus sueños. Tenía que embellecerse para poder presentarse ante él en su máximo esplendor. Lo sorprendería y él se enamoraría de ella, pues conquistar a Zong Jinghao era su sueño.
Lin Xinyan salió del baño y vio a la señora Yu saludarla con entusiasmo, en su rostro también se reflejaba que sabía lo que recién había pasado en el baño. Lin Xinyan bajó la cabeza avergonzada y creó una excusa para irse.
-Voy a ver cómo está Xichen.
Entonces se dirigió a la habitación al no poder aguantar la ferviente mirada de la señora Yu.
—Pronto será la hora de la comida —le dijo.
Lin Xinyan fingió que no la había escuchado y entró a la habitación, de la cual salió solo cuando fue hora de comer.
Ahora que Lin Ruixi tenía un «papá», parecía que ya no necesitaba a su madre, pues corrió a sentarse junto a Zong Jinghao a la hora de la comida.
—Quiero sentarme con papá.
Zhuang Zijin la cargó lejos de ahí.
—Siéntate con la abuela.
Ella temía que la niña no fuera capaz de separarse de Zong Jinghao con el tiempo, lo cual no era bueno porque, al fin y al cabo, Zong Jinghao no era su padre.
-No, quiero sentarme con papá.
Ella haló el brazo de Zong Jinghao y lo abrazó con fuerza porque no quería que nadie la separara de su papá.
-Ruixi...
—Está bien -susurró Zong Jinghao.
Zhuang Zijin calló por un momento.
-La niña no está siendo racional, ignórela.
-No hay problema. -Zong Jinghao la dejó sentarse a su lado—. Puede ser usted misma aquí, considere que esta es su casa. Estoy seguro que le disgustó que me divorciara de Lin Xinyan.
La actitud de Zhuang Zijin hacia él había sido ambigua y Zong Jinghao lo percibía, pues ella era honesta y todos sabían lo que estaba pasando.
-Si están divorciados, en teoría no deberíamos venir a molestar...
-Creo que se ha equivocado al respecto. -Zong Jinghao no tenía prisa de explicarse y, con calma, dijo—: Lin Xinyan y yo... —Su mirada se dirigió a Lin Xinyan—. Lin Xinyan y yo no nos hemos divorciado de manera oficial, así que no planeamos hacerlo.
-¿Qué? -Zhuang Zijin vio sorprendida a su hija y preguntó -: ¿Es verdad?
Lin Xinyan asintió con honestidad, pero no podía creerlo, siempre había creído que su hija ya no quería estar relacionada a Zong Jinghao.
-Aún somos marido y mujer ante la ley. -Él insinuaba que era normal y legal que Lin Xinyan se quedara allí-. Señora Yu, saldré esta noche.
No tenía planeado comer en casa, pero no quería que Zhuang Zijin se quedara ansiosa, así que le dijo sus planes.
-¿No comerás en casa? -Lin Xinyan era quien había preguntado, pero se arrepintió apenas salió de su boca. No tenía sentido.
Zong Jinghao subió a cambiarse. La camisa que tenía se mojó cuando Lin Ruixi lavó su cara, así que era incómodo que se pegara a su piel.
Bajo la luz y con el traje negro, se veía guapo, encantador y atractivo; sin embargo, su semblante distante daba la impresión que reprimía sus deseos. Lin Ruixi fijó su mirada en el hombre que bajaba por las escaleras y quedó en trance. Zhuang Zijin la estaba alimentado, pero se había
perdido tanto que olvidó abrir la boca mientras sus enormes ojos estaban fijos en él.
—Ruixi —le recordó Zhuang Zijin.
Lin Ruixi volvió en sí y suspiró.
—Papá es tan guapo.
Su papá era el hombre más guapo en todo el mundo. Zhuang Zijin se sorprendió ante la reacción de su nieta, pues parecía muy joven para ser una fangirl.
Cuando Zong Jinghao llegó a la entrada, Lin Ruixi de repente bajó de la silla y corrió hacia él.
—Papá, ¿sí regresarás? —preguntó ella, parándose cerca de él y mirándolo-. ¿Nos abandonarás? ¿Ya no nos quieres?
Lin Xichen le había dicho que su papá no los quería, por lo que ella temía que su papá no volvería una vez que saliera por la puerta y la abandonaría a ella, a Xichen y a su mamá -No nos abandones -dijo ella con los ojos enrojecidos y la voz ronca.
otra vez.
Tenía miedo, tanto miedo que no quería dejar ir a su papá. Zong Jinghao caminó hacia ella y le dio una palmadita en la cabeza al ver su mirada ansiosa.
-No lo haré -dijo con un tono determinado.
La niña estaba tan feliz que sonrió y dijo:
—¡Beso!
Ella se paró de puntillas y extendió sus manos para abrazarlo, indicando que la besara. Zong Jinghao se agachó para que Lin Ruixi rodeara su cuello con sus brazos. ¡Mua! Le dio un beso lleno de baba en el rostro, dejando algo del arroz que aún no había tragado. Zong Jinghao se quedó mudo.
«Debo haber hecho cosas terribles en mi vida pasada», pensó. «¿Por qué otra razón llegaría Lin Xinyan con sus hijos a torturarme en esta vida?»
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Enamorándome de ti