Enamorándome de ti romance Capítulo 133

La señora Yu estaba usando un delantal ya que estaba a punto de preparar el desayuno; no obstante, se dio cuenta de que Lin Xinyan ya había empezado a hacerlo mientras murmuraba para sí misma.

-No, no, no es nada. -Lin Xinyan apartó la mirada, pues no se atrevió a verla a los ojos—. ¿Dónde están los huevos?

-En la nevera. -La señora Yu la abrió y notó que no estaban ahí; después, se dio cuenta de que estaban a un lado del fregadero—. ¿No son los que tienes debajo de tus manos?

—¿Eh? —De pronto, cuando volteó a verlos, recordó que ella los había sacado con la intención de cambiar de tema; sin embargo, quedó como tonta mientras lo hacía.

Después, le sonrió con incomodidad—. Lo olvidé.

La señora Yu le devolvió la sonrisa. Parecía que sabía lo que estaba tratando de ocultar, pero decidió no mencionar nada al respecto, solo se acercó y le dijo:

-Déjame ayudarte. Dime qué les gusta de desayunar a los niños y se los prepararé.

-No son quisquillosos, comen de todo -dijo mientras rompía los huevos.

Estaba preparando los ingredientes para hacer huevos al vapor chinos. Lin Xinyan ya había vivido ahí hace algún tiempo, así que sabía que la señora Yu solía cocinar; además los platillos que preparaba estaban, por lo general, muy bien balanceados. Por ende, no necesitaba hacer preparaciones adicionales.

-Qué bueno que no sean quisquillosos -dijo la señora Yu.

Los niños que son quisquillosos para comer, de cierta forma, tienden a estar malnutridos.

-Sí -respondió Lin Xinyan, sonriente.

Juntas prepararon el desayuno sin ninguna complicación, quizás porque las dos ya se conocían y sabían cómo trabajar juntas.

A las siete de la mañana, la silenciosa villa cobró vida. El rostro de Lin Xichen ya no estaba tan inflamado como antes, así que salió del encierro que tal vez lo tenía aburrido y corrió a buscar a su hermana a la sala, después de que Zhuang Zijin lo cambiara de ropa y le lavara el rostro. La noche anterior había dormido tan profundo que no se dio cuenta del momento en el que su mami y Ruixi lo dejaron solo en la habitación. Como resultado, despertó muy decepcionado y molesto. Aún estaba lastimado, ¿entonces por qué mami no lo llevó con ella cuando se fue? En su rostro se notaba el descontento que tenía mientras se sentaba enojado en el sofá.

Al otro extremo del descontento de Lin Xichen, estaba el gozo de Lin Ruixi. Era la primera vez que dormía en los brazos de papá, ni siquiera pudo dormir de lo emocionada que estaba. Fue solo hasta que el sol estaba a punto de salir que se quedó dormida. De hecho, seguía durmiendo en ese momento. Tenía el rostro hundido en la almohada y solo se podía ver la mitad de él; además, estaba babeando, pues tenía la boquita abierta.

Zong Jinghao se sentó en la orilla de la cama y la miró dormir; después, frunció el ceño con asco.

—Está babeando.

La pequeña no tenía ni idea de que sus acciones estaban mal vistas, pues ella sonreía, como si estuviera teniendo dulces sueños; poco después, abrió la boca y murmuró con dulzura:

-Papi.

La expresión de Zong Jinghao se congeló. Acto seguido, extendió la mano para apretar sus mejillas, las cuales tal vez eran sensibles dado que la niña volteó la cabeza, pero él mantuvo su mano. «Si en verdad fueras mi hija...», pensó.

No obstante, era un tema que no era bueno seguir pensando, por lo que se levantó y se fue a bañar. Había llegado muy tarde la noche anterior para después ser interrumpido por la niña, así que no pudo tomar una ducha antes de dormir. Por ende, ahora la ropa se le pegaba a la piel. Pronto, se escuchó el sonido del agua cayendo y después de unos minutos, salió del baño con una toalla en su cintura. Volteó a ver a la pequeña y vio que seguía durmiendo plácidamente en la cama; luego de eso, entró a su vestidor, el cual era espacioso; además, su ropa estaba ordenada de manera prolija. No había colores extravagantes en ninguno de sus atuendos, todo era de color oscuro.

El sonido de la puerta corrediza despertó a la pequeña que se encontraba en la cama; entonces, se frotó los ojos y se dio cuenta de que su papá no estaba con ella, de ahí que hizo pucheros y sintió ganas de llorar. Sin embargo, vio que la puerta del vestidor estaba abierta; así, bajó de la cama con tranquilidad y corrió hacia allá descalza. Cuando llegó, vio que su papá estaba adentro. Era muy afortunada, pues su papá no la había abandonado. Después, se recargó en el marco de la puerta y lo vio a escondidas.

Zong Jinghao estaba abrochándose el cinturón de pie frente al espejo. Sus pantalones de vestir envolvían las delgadas piernas que tenía. Por otro lado, la parte superior de su cuerpo estaba desnuda y sus músculos color miel estaban recubiertos por gotas de agua tan claras como el cristal. Desde el ángulo donde se encontraba la niña y con las luces colgando encima de él, su esbelto cuerpo lo hacía parecer como si de un noble revoltoso se tratara.

Él jaló la toalla que tenía a un lado para secarse el cabello y la parte superior de su cuerpo, lo cual bloqueó la mirada de la niña. Lin Ruixi parpadeó y suspiró, pues su papi era guapo sin mencionar que tenía un cuerpo increíble. No pudo evitar ponerse roja cuando pensó en que había dormido en sus brazos la noche anterior, lo cual la hizo sonreír, revelando sus dientes tan blancos como las perlas. Como tenía sueño, se dio la vuelta con sigilo para subirse de nuevo a la cama y continuó durmiendo.

Era la cama de papá; por lo tanto, tenía su olor impregnado y quería quedarse recostada un poco más. Entonces, hundió su rostro en la sábana e inhaló el rastro del aroma de su padre. A continuación, cerró los ojos, pensó en los brazos cálidos de su papá, y regresó al mundo de los sueños.

Zong Jinghao salió del vestidor ya cambiado y vio que la niña seguía dormida en la cama. Lo único diferente era que la sábana que la cubría antes, ahora estaba debajo de ella. Acto seguido, la cargó y la arropó con la manta. Después de asegurarse de que seguía dormida, bajó las escaleras.

La señora Yu se encontraba de pie junto a estas, ya que estaba a punto de llamarlo para desayunar. Cuando lo vio bajar, se dirigió a Lin Xinyan, quien se encontraba en la cocina:

—Vamos a comer.

Lin Xinyan contestó y sirvió el desayuno en la mesa. Lin Xichen, por otro lado, miró a la persona que bajaba las escaleras con furia, porque ese hombre desalmado se estaba robando a mami y eso lo hacía sentir mucha rabia. Zong Jinghao lo miró de reojo, pues le llamó la atención la terrible expresión que tenía siendo apenas muy de mañana.

-¿Todavía te duele el rostro?

—¡No! —Xichen resopló con frialdad.

Luego, bajó del sofá y siguió a su mamá a la mesa del comedor. Tenía que vigilarla hoy, pues no iba a permitir que cayera en las manos de Zong Jinghao. Lin Xinyan se dio cuenta de que su hijo la había estado siguiendo, así que lo miró y le dijo:

-Siéntate aquí. Pronto desayunaremos.

-¿Vas a salir hoy? -preguntó Zong Jinghao al sentir que lo estaba evitando, pues no había iniciado ninguna conversación con él desde que ella se despertó; entonces, murmuró en voz baja-: ¿A dónde? Yo te llevo.

-No es necesario, vete directo a la compañía. De todos modos, tengo auto. -Lin Xinyan lo rechazó.

Cuando pensó en el beso que ella había iniciado, la vergüenza inundó sus sentidos, tanto que ahora no se atrevía a quedarse con él a solas. Por su parte, Zong Jinghao sintió como el rabillo de sus ojos se crispó. ¿No era el auto que le había regalado? Sentía como si hubiera cavado su propia tumba, pues al tratar de ser amable con ella, le regaló un auto que ahora parecía ser un obstáculo.

Después del desayuno, Lin Xinyan salió más tarde que Zong Jinghao a propósito, puesto que no quería partir al mismo tiempo que él. No obstante, cuando salió a la puerta, se dio cuenta de que Zong Jinghao se había quedado esperándola recargado en el auto; entonces, se armó de valor y dijo:

—¿Por qué no te has ido?

Zong Jinghao no le respondió.

—¿Me estás evitando?

-No —Lin Xinyan lo negó.

-Si en verdad es un no -dijo tras mirarla por un segundo -, entonces sube al auto.

Lin Xinyan bajó la cabeza y dijo en voz baja:

-No creo que vayamos en la misma dirección.

Zong Jinghao notó que sus ojos tenían un color rojo intenso. ¿Era tímida? ¿Por qué era tímida? ¿Por qué se sentía avergonzada? De pronto, recordó el hecho de que hecha había iniciado el beso la noche anterior. Acto seguido, la jaló con el brazo en su cintura y se acercó hacia ella.

—Entre más me beses, menos vergüenza sentirás.

Lin Xinyan no supo qué decir en ese momento. «Este hombre...»

—Hay darnos prisa y vámonos.

Lin Xinyan se arrepentía de no haber subido al auto sin decir nada. Al menos no se habría burlado de ella. Zong Jinghao sonrió y la soltó, después se metió al auto. Sin embargo, cuando estaban en el cruce, una sombra negra se precipitó de repente frente al auto.

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