Giró la cabeza y vio a Zong Jinghao de pie detrás de ella. No podía ver su expresión con claridad, pues estaba a contraluz y solo pudo vislumbrar el contorno de su rostro. La recepcionista tomó la tarjeta que Zong Jinghao tenía en la mano.
—En total por las dos cuentas son 12,080.
-Ah, así que el auto lo condujo nuestra cuñada. -Su Zhan abucheó a un lado mientras que Lin Xinyan bajó la cabeza y guardó su tarjeta.
-¿Vas a regresar? -preguntó en voz baja.
Sin embargo, Zong Jinghao no pudo contestar, pues se vio interrumpido por la iniciativa de Su Zhan:
-¿Qué hora es? ¿Es muy pronto para regresar? Además... -Señaló a Zong Jinghao y a Lin Xinyan-. Aún me debes un brindis por tu boda, así que en lugar de elegir una fecha para que compensarlo, hay que hacerlo hoy.
Zong Jinghao no objetó. Parecía como si sus ojos estuvieran cubiertos de polvo, además de parecer esquivos; por otro lado, Lin Xinyan solo se sentía avergonzada, en especial por la forma en que Su Zhan se dirigió a ella, pues sonó muy incómodo.
-Yo no voy, pero vayan ustedes.
Lin Xinyan se dio la vuelta para marcharse, pero Zong Jinghao la tomó de la muñeca.
-Espérame.
Lin Xinyan quería soltarse, pero él la agarró con fuerza, así que le fue imposible. En ese momento, la recepcionista liquidó la cuenta y le entregó la tarjeta junto con la factura.
—Un consumo total de 12,080.
Zong Jinghao guardó todo en su billetera y dijo con suavidad:
—Vamos.
Su Zhan no pensaba dejarlos ir, por lo que se paró enfrente de ellos.
-Si no me invitas una copa hoy, jamás te dejaré ir.
Su Zhan levantó la cabeza, aparentando ser el dueño del camino y de todo el lugar. Qin Ya, quien estaba atrás, dio un paso atrás despacio y trató de escapar. Sin embargo, Su Zhan la vio por el reflejo del espejo, tratando de irse a escondidas; se dio cuenta de que había llegado con Lin Xinyan en ese momento, lo que significaba que se conocían. Así, se volteó y la agarró.
-No te vayas. -Qin Ya se sobresaltó y lo miró con horror —. No tengas miedo. ¿Eres la amiga de mi cuñada?
Su Zhan sonrió, mostrando sus blancos dientes, los cuales un brillo particular bajo la luz. Qin Ya miró a Lin Xinyan y asintió.
-Soy la asistente de la señorita Lin.
-Vaya, ¿y a qué se dedican?
—Somos diseñadoras de moda.
-¡Qué coincidencia! Resulta que quiero encargar un juego de ropa a la medida.
-Pues, pasado mañana abriremos nuestra tienda, así que le damos la bienvenida al lugar —contestó Qin Ya con elocuencia.
«¿Qué?» Su Zhan parpadeó.
—¿Tienen una tienda y abre pasado mañana?
Qin Ya asintió; entonces, Su Zhan abrazó a Shen Peichuan, quien estaba viendo su emoción desde un lado y lo jaló del cuello.
—La tienda de la cuñada abrirá pronto. Definitivamente debemos ir, así que haz un hueco en tu agenda para ir y darle tu apoyo.
—Sí -respondió Shen Peichuan.
Pensó que aunque Lin Xinyan y Zong Jinghao estaban divorciados, se casarían en cuestión de tiempo por los hijos que tenían juntos; además, a juzgar por la actitud de Zong Jinghao, parecía quererla mucho. Por lo tanto, debían mostrarle su apoyo. Sin importar lo que pasara, tenían que hacer tiempo e ir a la inauguración.
Su Zhan sonrió, mostrando sus labios rojos y sus dientes blancos.
-Cuñada, con respecto al brindis de la boda, tienes que compensárnoslo o no te dejaré ir. —Actuó de manera descarada.
Lin Xinyan frunció el ceño y miró a Zong Jinghao, esperando que pudiera reprender a su amigo y así pudiera evitar que siguiera haciéndole las cosas difíciles. «¿Qué brindis? ¿Qué había que celebrar?»
Zong Jinghao fingió no haberla visto mientras sostenía su mano y jugaba con esta. No quiso rechazar la ¡dea de Su Zhan, pues cuando se casaron, no hubo nada y no le presentó a sus buenos amigos. No sabía por qué, pero le agradaba que Su Zhan la llamara «cuñada». Antes, no quiso presentarlos porque no estaba interesado en ella ni quería esa unión, pero ahora era diferente, quería conservar ese matrimonio y a esa mujer. Además, estaba dispuesto a darle un estatus oficial de manera pública.
Su Zhan y Shen Peichuan eran sus mejores amigos, así que era bueno que la conocieran.
—Cuñada, si estás ocupada, puedes irte primero. Chuan y yo podemos ir a beber con esta jovencita. -Su Zhan agarró el brazo de Qin Ya y se la llevó para que se fuera con él.
-Señorita Lin -gritó Qin Ya con pánico.
-Espera un minuto. -No tuvo otra opción y se vio obligada a aceptar—. Déjala ir.
Después de ser rechazado varias veces, el entusiasmo de Su Zhan se esfumó, así que cerró la ventana y volvió a mirar a Qin Ya. Era una mujer muy cuidadosa, lo que la hacía interesante. Él no era un hombre malo; entonces, ¿por qué tenía que desconfiar de él como si de un ladrón se tratara?
Después de que los autos se alejaron, Qin Ya no tuvo otra opción más que llamar a Ellen para que fuera a recogerla.
El lugar al que llegaron, también elección de Su Zhan, era un bar de lujo. Llegaron justo en el momento en el que el lugar se llenaba de gente. La colorida vida nocturna acababa de empezar. El área del segundo piso era espaciosa y tenía una buena vista; de pie ahí, se podía ver todo el bar, en especial la pista de baile del vestíbulo, el cual se encontraba en el primer piso. Había hombres, mujeres, luces coloridas, música alta y baile; además, nadie tenía inhibiciones.
Su Zhan estaba de pie en el barandal del segundo piso, en su mano tenía una copa de vino y sus piernas estaban colgando. Lucía como un tonto ocioso. Shen Peichuan estaba acostumbrado a su comportamiento, así que para él no era raro que estuviera así.
-Contrólate -le recordó a Su Zhan.
Lin Xinyan estaba ahí ese día. Su Zhan también se sorprendió de haber ido demasiado lejos, así que se sentó con rapidez y dejó de encorvarse.
-Cuñada, ya me presenté antes, así que ya deberías conocerme.
Lin Xinyan estiró la mano para mover el cabello que le tapaba las orejas, así ocultar la vergüenza que sentía por cómo se dirigía a ella.
—Sí, lo sé.
—Él es Shen Peichuan. —Su Zhan sonrió y colocó sus brazos sobre los hombros de Peichuan-. Él tiene el mismo tipo de relación que yo y Jinghao.
Shen Peichuan le dio un codazo.
-¿Acaso no tengo boca? ¿Te parece que necesito que hables por mí?
-Me temo que no puedes expresarte con claridad. Siempre te sonrojabas cuando hablabas con chicas durante la universidad... ¡Ah!
—¿Te duele? No lo creo.
Shen Peichuan lo apretó con fuerza; él estaba en forma y entrenaba con frecuencia, mientras que Su Zhan era delicado. ¿Cómo iba a poder resistir un apretón tan fuerte? Le dolió tanto que hasta frunció el ceño.
Lin Xinyan se dio cuenta de que tenían una buena relación, a pesar de que se la pasaran peleando.
-Voy al baño -le susurró a Zong Jinghao.
Zong Jinghao la soltó de la mano y emitió un ligero ruido. Lin Xinyan se levantó y se fue siguiendo las indicaciones para encontrar la ubicación del baño. Por desgracia, justo al entrar, alguien estaba saliendo y chocaron en la entrada.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Enamorándome de ti