Era evidente que He Ruilin estaba borracha, pues su rostro se veía rojizo; además de que se podía oler el alcohol en su aliento. Se sobresaltó unos segundos cuando notó que la persona con la que chocó era Lin Xinyan y después dijo riéndose:
-Vaya, qué pequeño es el mundo. —Lin Xinyan no quería discutir con ella, así que quiso caminar por un lado para evitarla, pero no la dejó ir-. ¿Ya estás satisfecha, Lin Xinyan? Encarcelaron a mi hermano; el hombre que te espero durante 10 años, está en prisión.
Lin Xinyan parecía estar muy calmada, pues no quería indagar y saber quién había tenido realmente la culpa. Quien siembra vientos, cosecha tempestades. Por ende, si He Ruize no les hubiera hecho esas cosas a Lin Xichen y a ella, no habría acabado como así. No sintió la satisfacción de haberse vengado, sino desconsuelo.
-¿Ya estás contenta? -Se recargó en la puerta; luego, entornó los ojos al mirar los destellos de las luces blancas en el techo y dijo-: ¿Qué es ser despiadado para ti?
-Disculpa, en realidad, no nos conocemos. -Lin Xinyan caminó por un lado y entró al baño de mujeres.
He Ruilin la dejó pasar esta vez. Sin embargo, una vez que Lin Xinyan se lavó y se secó las manos, vio que seguía estando ahí de pie; entonces, fingió no haberla visto y salió del baño de mujeres.
-Alguien me... violó -dijo He Ruilin justo cuando salía, mirándola por detrás.
No obstante, Lin Xinyan no dejó de caminar.
—Zong Jinghao le ordenó a alguien que me violara. —Se rio y dijo-: Me cuidó y me amó todo el tiempo que estuve con él en el pasado, pero cuando se convierte en una persona despiadada, no tendrá piedad con ninguna mujer, incluso si la amó antes. -Sabía que Lin Xinyan la había escuchado, así que frunció los labios y continuó-: ¿Crees que te trata bien?
De pronto, Lin Xinyan se detuvo y empuñó las manos. En efecto, ahora la trataba bien.
-No dejes que te engañe. En realidad, es un hombre despiadado, quien ha estado fingiendo ser bueno. Si le entregas toda tu confianza, terminarás como yo en el futuro y seguro otra mujer te reemplazará, de la misma forma que tú me reemplazaste.
-¿Crees que te voy a creer? Solo estás tratando de meter cizaña entre nosotros a propósito porque no puedes tenerlo. —Lin Xinyan no confiaba en ella.
-¿Por qué mi hermano asumiría toda la responsabilidad? Por mí. -El corazón de He Ruilin estaba desgarrado, pues He Ruize era el único que en verdad se preocupaba por ella. Xia Zhenyu también la trataba bien, pero prefería más a su hijo que a ella; entonces, le dijo adrede—: Zong Jinghao filmó la violación y, si mi hermano no iba a la cárcel, filtraría el video para arruinar mi vida.
Lin Xinyan recordó el día en que He Ruize corrió hacia la parte delantera del auto, luciendo decidido. Quería asumir toda la responsabilidad por ayudar a He Ruilin. Por consiguiente, le creyó tras recordar lo mucho que He Ruize quería a su hermana. Sintió náuseas de solo pensarlo, pero no lo mostró frente a He Ruilin.
-Nada de esto me incumbe.
Estaba desorientada, a pesar de que en el exterior se mostrara calmada. Nunca pensó que Zong Jinghao haría ese tipo de cosas. Para bien o para mal, ella había estado con He Ruilin antes, ¿así que cómo pudo hacerle eso a He Ruize? Se sentía angustiada. La crueldad de Zong Jinghao iba más allá de su imaginación. «¿Cómo podía arruinar la dignidad de una mujer? ¿Qué lo hace ser diferente a He Ruize?» Al final, sus acciones eran incluso más abominables.
He Ruilin nunca pensó que Lin Xinyan estaría tan serena, así que dijo:
-Muy bien. Solo esperaré a ver qué te pasa.
Lin Xinyan se detuvo solo un momento y, después, siguió caminando.
—¿Aún recuerdas que hace seis años le pediste a mi hermano que investigara un asunto en el país A? —Era obvio que Lin Xinyan lo recordaba. En aquel momento, sospechaba de Zong Jinghao, pero resultó que no había sido él; se rendiría por completo si le pedía el divorcio de nuevo-. Mi hermano te mintió. El hombre de esa noche no era del país A.
Lin Xinyan no se detuvo. Era obvio que había mencionado eso a propósito. No estaba segura de cuál era su motivo, pero lo que sí sabía era que He Ruilin no sería tan bondadosa como para decirle la verdad.
Tal vez, todo lo que dijo desde el principio fue una mentira para atraerla a su trampa.
—No pierdas tu tiempo —dijo dándose una vuelta con lentitud para encarar a He Ruilin-, No caeré en tu juego ni mucho menos confiaré en ti.
No le molestaron las palabras de Lin Xinyan; al contrario, se rio con alegría.
-He sido una tonta y he fallado muchas veces, pero no seguirá siendo así, un día conseguiré lo que quiero.
Lin Xinyan la miró con desdén.
-Dios nos observa, de modo que no funcionará ningún plan malvado y sin escrúpulos. ¿Por qué me odias tanto?
He Ruilin hizo una mueca.
-¡Cómo no te voy a odiar si me quitaste a mi hombre!
Lin Xinyan se quedó sin palabras. Su relación se basaba en un simple compromiso que ambos contrajeron cuando eran jóvenes. Incluso después de que se casó con Zong Jinghao, nunca pensó en arruinar su relación; en cambio ella, la culpó y la lastimó una y otra vez.
—Yo no vi nada -explicó de inmediato, sorprendido—. Estoy ciego.
Y cerró los ojos, pues era mejor no mirar a Zong Jinghao cuando estaba pasando vergüenza. Su Zhan bajó las manos cuando Jinghao y Xinyan se fueron.
—Cobarde. —Shen Peichuan se tomó la cerveza de un trago, se levantó y dijo—: Ya podemos irnos a casa.
Su Zhan asintió de inmediato y preguntó:
—¿Se pelearon? ¿No se veían bien hace un momento? ¿Por qué todo cambió de repente?
—¿Quién sabe? —Shen Peichuan tampoco sabía el motivo.
—Como bebiste unas cuantas cervezas, yo manejo esta vez —dijo Lin Xinyan.
Zong Jinghao no le dio las llaves, sino que se sentó en el asiento del conductor y encendió el auto. Lin Xinyan, por su parte, se quedó de pie a un lado del auto, pero sin entrar.
-¿Qué pasa? -preguntó tras voltear a verla-. ¿Te
preocupa que no pueda manejar con seguridad?
-No.
-Entonces, ¿por qué no entras?
Lin Xinyan lo dudó un momento, pero después abrió la puerta y se subió al auto; después, Zong Jinghao se fue a toda velocidad. Estaba manejando muy rápido y no iba en dirección a la villa. Con ello, Lin Xinyan frunció el ceño y preguntó:
-¿A dónde me llevas?
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