Esta era la primera vez que Zong Jinghao la había visto vestida tan formal.
La seda rosa en ella mostraban sus elegantes curvas y el vestido que le llegaba al tobillo estaba hecho a la perfección, cuya cintura estaba ajustada para enmarcar lo delgada que era; su cabello estaba arreglado de forma casual, otorgándole así un toque femenino, único y encantador.
No fue hasta que ella se dio la vuelta cuando se percató de la mirada ardiente del hombre junto al auto. Ella estaba a punto de saludarlo cuando Zong Jinghao comenzó a caminar hacia la tienda sin mostrar señales de querer hablar con ella. Lin Xinyan parecía entender su reacción, era seguro debía haberla visto con Yuxiu antes.
Después que Yuxiu siguiera a Lin Xinyan a la sala de juntas, Su Zhan había llamado a Zong Jinghao, quien llegó apresurado, preocupándose de que Yuxiu pudiera ponerla en una situación difícil o vergonzosa. ¿Quién iba a pensar que cuando él llegó, ambas estaban felices hablando como si fueran cercanas? Él se sintió sorprendido, pues si Lin Xinyan no había vuelto en tanto tiempo, ¿cómo era posible que se conocieran? Encima de eso, parecía que eran cercanas.
Cuando Su Zhan miró a Zong Jinghao entrar, de inmediato se acercó a él.
—Ya se fueron.
—Lo vi.
Zong Jinghao retorcía los labios, pero no mostraba una sonrisa de felicidad.
-Fueron a la sala de juntas a hablar, así que no pudimos escuchar nada. —Su Zhan se encogió de hombros—. Si bien no sabemos de qué hablaron, estoy seguro de que no es la primera vez que se ven.
Cuando se vieron, no parecían desconocidas.
-¿La has llevado a casa antes y por eso se conocen?
Su Zhan no pensaba que esa no era una razón creíble. No era el estilo de Zong Jinghao llevar a Lin Xinyan a casa en ese entonces. Este asunto solo lo decidiría él ya que era incapaz de rechazar su matrimonio porque había sido arreglado por su madre.
-No -dijo con voz fría.
Su Zhan de inmediato dejó de hablar. Parecía que algo estaba sucediendo, pero ¿cómo había conocido Lin Xinyan a Yuxiu? Su Zhan abrió la boca y estaba a punto de continuar cuando Shen Peichuan lo detuvo y agregó:
—¿Acaso no ves que está de mal humor?
Así, Su Zhan cerró la boca.
En ese momento, varios invitados llegaron. Lin Xinyan no había visto a Zong Jinghao cuando regresó al lugar y la señora William la sujetó del brazo para presentarle a algunos amigos, así que Lin Xinyan se alejó de esos pensamientos.
-Te encargarás de mi ropa desde ahora.
La mujer que parecía tener unos cincuenta años de edad tenía una apariencia elegante, su figura era un poco redonda y llevaba un vestido negro con un velo. Se veía como una miembro de la nobleza con aquella ropa.
Solo las personas que podían pagar algo los diseños LEO era ricos o poderosos y, al igual que capital del país Z, la ciudad B también tenía gente rica.
—Gracias por su confianza —respondió Lin Xinyan con una sonrisa.
—Cada vez que quería usar un diseño de LEO, tenía que salir del país solo para eso, pero ahora todo va a estar mejor. -Ella miró a la señora William y como si se estuviera quejando dijo—: Debieron abrir una sucursal aquí desde hace tiempo.
Ella parecía sentir curiosidad del por qué la señora William había decidido abrir una sucursal en el país Z.
-¿Por qué pensaste en abrir una sucursal? ¿Y de todos los lugares, en especial aquí en el país Z? ¿Hay alguna historia detrás de esto?
La expresión de la señora William se volvió tensa. La historia detrás era muy larga y ella no quería hablar sobre eso.
-Fui yo -dijo Lin Xinyan para rescatarla-. Yo le pedí a la señora William que abriera una tienda aquí. Yo soy del país Z y por eso la abrimos aquí.
-Ya veo.
No era una pregunta seria, así que la mujer no dudó de la veracidad de sus palabras.
-Más tarde habrá una pasarela con diseños exclusivos de LEO por la inauguración. Si le gustan, puede llevárselos. -La señora William siguió conversando con ella.
En ese momento, algunos invitados habían llegado. Eran Xia Zhenyu y He Ruilin. Quizás debido al incidente en casa, Xia Zhenyu se veía cansada; sin embargo, ella había asistido porque era cercana a la señora William. Junto a ella estaba su hija sosteniendo sus brazos; al ser la hija mayor de los Lin, era lógico que estuviera bien vestida: llevaba un vestido negro con la espalda descubierta y tenía unas aberturas que iban hasta su muslo, lo que la hacía lucir bastante seductora.
Ella sabía que Lin Xinyan estaría ahí, así que tenía que esforzarse para verse muy arreglada, además ya no sentía el impulso de antes cada vez que veía a Lin Xinyan. Esta vez, ella estaba tranquila, de pie junto a Xia Zhenyu.
-Creo que te ama demasiado, si no fuera así, ¿por qué otra razón me ayudaría?
Por eso Lin Guoan se había confinado en su hogar sin beber ni comer nada, no porque se sintiera conmovido, sino porque estaba frustrado. De no haberse alejado de Lin Xinyan, tal vez la familia Lin sería más rica y poderosa
ahora.
Al ver a Zhuang Zijin con los dos niños por coincidencia la última vez, él había decidido perseguirla para conseguir el perdón de Lin Xinyan; si ella tenía dos hijos con Zong Jinghao, así que él debía ser bueno con ella. También pensó que sería asombroso que fuera reconocido en público como el suegro de Zong Jinghao.
Si ella no fuera una persona valiosa, él entonces no sería humilde y no estaría ansioso por quedar bien con ella como ahora. No era algo fácil cambiar la personalidad de alguien.
Lin Xinyan no había pensado que Zong Jinghao se preocuparía por Lin Guoan después que ella se había ido. ¿En verdad lo había hecho por ella?
-No te molestaré. Solo buscaré algún lugar tranquilo y me quedaré ahí. Mientras más personas vienen, mejor se ve todo. Puedes tratarme como a un invitado sin importancia.
Lin Guoan temía que Lin Xinyan fuera a sacarlo, así que solo se dirigió a un lugar tranquilo para quedarse ahí.
Lin Xinyan no se preocupó por él. Si él quería quedarse, podía hacerlo, pero ella no lo perdonaría con tanta facilidad. El daño que le había causado a ella y a su madre era permanente, aún le dolía pensar en eso.
Shen Xiuqing estaba furiosa. Su rostro había perdido todo el brillo en prisión y sus ojos parecían severos como si sus globos oculares fueran a salir de su lugar, se veía aterradora. Ella nunca había visto a Lin Guoan con una actitud tan humilde tratando de complacer a alguien como lo hacía ahora por complacer a Lin Xinyan. No podía aceptar su cambio ni podía aceptar su decadencia. Todo esto había sido culpa del regreso de Lin Xinyan.
«¡Vete al infierno! ¡Vete al infierno!»
Ella apartó la escoba y se acercó a Lin Xinyan; cuando estuvo a su lado, sustrajo un cuchillo que había traído.
-¡Lin Xinyan, vete al infierno!
—¡Cuidado!
Lin Xinyan se dio la vuelta para encontrar a una mujer que se veía como el mismísimo demonio del infierno, empuñando un cuchillo directo a su corazón.
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