Enamorándome de ti romance Capítulo 157

Shen Peichuan y He Ruilin miraron la puerta casi al mismo tiempo, y vieron que Zong Jinghao estaba allí de pie. La luz que lo iluminaba también ensombrecía casi toda su expresión; con sus huesudos dedos estaba recogiendo los botones de las mancuernillas en sus mangas, las cuales después enrolló, haciendo visible la mitad de sus fuertes antebrazos. La expresión en su rostro era tan serena que provocó que He Ruilin sintiera que un escalofrío recorría su espalda, ya que sabía muy bien lo que Zong Jinghao haría.

-Si me matas, nunca sabrás en dónde está. -El corazón de He Ruilin se aceleró con ferocidad.

-Peichuan, puedes retirarte. -Zong Jinghao arrugó los labios.

Sin embargo, Shen Peichuan no se atrevió a moverse. Si la mataba de manera imprudente, eso generaría un problema.

-Mmm...

—¡Largo!

—¡Quiero ver a mi abogado! —He Ruilin entró en pánico; quería escapar, pero estaba esposada y sujetada a la silla, por lo que le era imposible moverse. Entonces, gritó llena de horror-: No tienen pruebas de que yo secuestré a Lin Xinyan, así que si me golpean, ¡estarán rompiendo la ley!

-Lo siento, no hay nada que pueda hacer -dijo Shen Peichuan levantando las manos.

Luego, salió de la sala de interrogación y cerró la puerta. Era evidente que sería difícil sacarle información a esa mujer si no usaban otros medios.

-Jinghao, relájate. —He Ruilin se sentía muy nerviosa porque tenía miedo de que en verdad la matara.

Zong Jinghao estaba de pie frente a ella con una actitud condescendiente, se acercó para levantarle la barbilla y miró su rostro con detenimiento, al mismo tiempo que su mirada se tornaba cada vez más fría.

-Dijiste que fuiste tú aquella noche.

—De... ¿de qué estás hablando? No lo entiendo —He Ruilin entró en pánico.

Era imposible que él supiera la verdad sobre aquella noche. «Todos los que lo sabían ya están muertos y los que están vivos mantendrán mi secreto a salvo. Él no lo sabe, ¡nunca lo sabrá!»

—¿No entiendes? —dijo Zong Jinghao con desdén—. Déjame decirte una cosa: yo nunca te toqué.

Teniendo en cuenta que ella lo había rescatado, él le creyó en ese momento y no investigó nada acerca del incidente de aquella noche, pero por eso él perdió a Lin Xinyan. La había perdido por seis años.

El apretón de Zong Jinghao era tan poderoso, que He Ruilin no podía soportarlo, puesto todo su cuerpo estaba temblando de dolor. Él le dio una feroz mirada mientras seguía estrujándola; ella gritó su nombre en un tono sollozante y, antes de que pudiera terminar, Zong Jinghao le cerró la mandíbula en un instante con la fuerza que ejercía usando las yemas de sus dedos.

—¿Por quién te estás haciendo pasar?

He Ruilin abrió los ojos de par en par, llena de horror. «¿Lo sabe? ¿Cómo lo supo? ¿Por qué lo habrá sabido?» Las lágrimas brotaron de los ojos de la mujer, mientras se reía como una loca.

-Ahora que lo sabes, ya no te lo voy a ocultar. Tienes razón, no era yo la de aquella noche, fue una mujer que encontré. -Miró a Zong Jinghao con resentimiento-. Cuando era niña, te conocí primero y te salvé; después dejaste que me quedara a tu lado, pero nunca me diste una posición oficial en tu vida. ¿Sabes? Soy una mujer normal y necesito a alguien que me ame y que me consienta, pero tú nunca me mostraste nada de cariño.

«Luego cuando sufriste aquel envenenamiento, supe que mi oportunidad había llegado, pero en aquel entonces yo ya no era virgen, así que gasté una cantidad de dinero para encontrar a una mujer local que sí lo fuera y la envié contigo a esa habitación. Cuando ella salió, entré para crear la falsa impresión de que era yo, haciéndote pensar que tú habías sido quien me quitó la virginidad y, entonces, te harías responsable de mí.

»Y yo tenía razón. —Sonrió—. Te sentiste culpable y fuiste muy bueno conmigo porque tomaste esa responsabilidad hacia mí, incluso me prometiste que nos casaríamos. No obstante, nunca esperé que esa mujer que hallé no fuera del país A, sino que resultó ser una mujer china. —He Ruilin se veía triste-. Lo que me sorprendió más, fue que era ella con quien tenías ese acuerdo de matrimonio, entonces entré en pánico.

«Tenía miedo de que descubrieras quién era. Por esa razón, a propósito dije que estaba embarazada; luego, fingí haber estado en un accidente automovilístico para así poder justificar el aborto. El objetivo principal era lograr que te divorciaras de ella.

«¿Y sabes qué? Para hacer que ella desapareciera por completo de tu mundo, planeé un accidente automovilístico para ella. —He Ruilin observaba al hombre mientras decía todo esto con una obsesiva sonrisa—. Esa mujer necesitaba probar parte de todo el dolor que yo sufrí. Quería que muriera en ese accidente, pero tuvo suerte de escapar viva; sin embargo... -Puso una sonrisa malévola-. Esta vez no tendrá tanta suerte.

-Él me decepcionó primero.

Shen Peichuan no sabía cómo darle una explicación clara. Zong Jinghao la había mantenido a su lado solo porque ella lo había salvado antes y porque sentía que debía darle un buen trabajo a cambio de lo que había hecho por él. «¿Cómo pudo creer que era amor? ¡Qué pena!»

Shen Peichuan suspiró y les pidió a sus subordinados que primero la encerraran. Luego, siguió deprisa a Zong Jinghao a la salida y se subió al auto. Al ver cuán loca estaba He Ruilin, Shen Peichuan planeó lo peor en su interior. Muchas veces quiso hablar, pero le faltó coraje para hacerlo.

—Solo encontramos una pista, no a ella. —Shen Peichuan decidió que era mejor prepararlo de antemano; la mirada que le lanzó Zong Jinghao era tan filosa como la hoja de un cuchillo-. Sin duda, la Srta. Lin estará bien, es una persona con suerte. —Shen Peichuan de inmediato reformuló su frase—: Seguro que la encontraremos en perfecto estado.

Era obvio que Lin Xinyan era un tabú intocable para él, por lo que Shen Peichuan no se atrevía a decirle nada que fuera de mal agüero. Entonces miró a sus subordinados desde lo lejos, estacionó el auto, abrió la puerta y se bajó. Al ver que se acercaban a él, el líder se acercó a toda prisa.

-Señor Zong, comandante Shen, encontramos este teléfono en la esquina. -Mientras decía esto, entregó el dispositivo y giró la pantalla de la computadora en su mano para mirarlos—. Esta grabación es de la cámara de seguridad que está por allí cerca, pues fue la única que captó la imagen.

El hombre apuntó a la cámara de seguridad que estaba en la esquina.

-Parece ser que entró en una furgoneta, pero es un tanto difícil rastrear este vehículo, puesto que el alcance es demasiado amplio y...

-Necesitamos rastrearla a toda costa, apresúrense -interrumpió Shen Peichuan a sus subordinados.

-De acuerdo, iré a investigar eso ahora y seguiré enviando a más personas para que busquen a la señorita Lin. -Ese hombre también se sentía impotente.

Comenzó a amanecer y todavía no habían encontrado rastro de Lin Xinyan después de aquella larga noche. Zong Jinghao estaba recargado sobre el auto, bajó la cabeza y miró el teléfono que tenía entre las manos. Era el celular de Lin Xinyan. Deslizó el dedo con suavidad sobre la pantalla y esta se encendió; no tenía contraseña, por lo que logró desbloquearlo con facilidad. Revisó su WeChat, MIS y QQ, pero no encontró nada sospechoso, hasta que vio los mensajes de texto...

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Enamorándome de ti