Enamorándome de ti romance Capítulo 169

En la pared detrás del mostrador se podían leer «Grupo Wanyue» con incrustaciones de oro, cuyo aspecto magnífico dificultaba el poder ignorarlas.

-Lo siento, necesita una cita para reunirse con el presidente —dijo la recepcionista con naturalidad.

Qin Ya se paró con aspecto ansioso en la recepción y suplicó:

-De verdad necesito ver al presidente. Necesito preguntarle algo y es muy urgente.

Lin Xinyan llevaba dos días sin ir a la tienda y no podía contactarla. Se había mudado a la villa de Zong Jinghao, pero Qin Ya no sabía dónde estaba la villa y estaba un poco preocupada por lo que quería preguntarle a por qué Lin Xinyan no había ido a la tienda; acababan de abrir el negocio y muchos clientes la buscaban, así que su ausencia podría ser vista como una falta de honestidad.

Además Lin Xinyan era seria y entusiasta con su trabajo, no faltaría sin previo aviso. Si se hubiera puesto en contacto y hubiera avisado que no podía ir a la tienda porque tenía algo que hacer, al menos Qin Ya no estaría tan preocupada. El problema era que no se podía contactar con ella en absoluto.

¿Cómo no iba a preocuparse?

—Lo siento mucho. No puedo dejarla pasar sin una cita. Si perdiera el tiempo atendiendo a todos los que vienen sin cita, ya no necesitaría trabajar. -La recepcionista mantuvo su elegancia, pero su actitud ya no era amable ya que le molestaba la insistencia de Qin Ya.

-¿No puede saltarse las normas esta vez? O, ¿podría ponerme en contacto con su presidente a través del teléfono? Le daré un mensaje, con eso bastará.

-No. Por supuesto que puede esperar en el vestíbulo y acercarse a él cuando baje; si está dispuesto a escucharla, podrá hablar con él todo lo que guste.

-¿Por qué es tan severa?

-Lo siento, es mi trabajo.

Qin Ya bajó la cabeza. La gente de esta gran empresa era tan poco razonable, lo único que ella quería era ver a Zong Jinghao.

-Hola, Srta. Qin. —Su Zhan entró de manera despreocupada por la puerta, haciendo girar la llave del auto en su mano; Qin Ya no se dejó molestar por él, por lo que se dio la vuelta y se alejó, pero él agarró su brazo de al pasar a su lado-. No soy un monstruo. No hay necesidad de rehuirme. Después de todo, somos amigos, así que no cuesta nada decir «hola». ¿No estás siendo un poco grosera?

Qin Ya frunció el ceño y lo apartó.

-Depende de con quién esté tratando. Ha sido demasiado mañoso desde que nos conocimos. La gente podría confundirlo con un pervertido.

Su Zhan levantó las cejas y se quitó el polvo de su limpio traje.

-Cuida tus palabras -dijo lanzándole una mirada de reojo -. Puedo demandarte por difamación.

La expresión de Qin Ya se ensombreció y le recriminó:

-Eso es una locura -le recriminó Qin Ya con su expresión ahora ensombrecida-. Usted se acercó a mí, ¿y ahora me señala con el dedo? ¡Qué manera de abrir los ojos!

Su Zhan no quiso decir lo que dijo. Solo se estaba burlando de ella y al ver lo irritada que estaba, una sonrisa irónica apareció en su rostro.

-¿Buscas a Jinghao? —Escuchó su conversación con la recepcionista al entrar, pero antes de que Qin Ya pudiera responder, continuó—: ¿Te enamoraste de él?

-¿Qué tontería es esa? -Qin Ya se puso rojo de ira.

Zong Jinghao era en efecto guapo, maduro y encantador, pero ella sabía muy bien que pertenecía a Lin Xinyan. Ese pensamiento nunca se le pasó por la cabeza, ¿y él se burlaba de ella por eso? «¡Es una bestia!»

-¿Enojada? -Su Zhan estiró el cuello para mirarla. Qin Ya apenas resistió las ganas de abofetearlo, solo lo miró con rabia y se apresuró a marcharse. Su Zhan frunció los labios y se quedó allí con una expresión de sabelotodo en la cara-. ¿Has venido a preguntarle a Jinghao por la señorita Lin?

Su Zhan estaba en casa de Shen Peichuan para discutir el asunto de demandar a He Ruilin y se enteró por Shen Peichuan que Lin Xinyan había estado ¡localizadle; a su vez, se enteró de que Zong Jinghao estaba preocupado por este asunto, así que pasó a visitar a su buen amigo.

Qin Ya se detuvo en seco. «Él sabe lo de Lin Xinyan.» Sin embargo, desanimada por su descaro, ella no respondió de inmediato.

—Como amiga, ¿no te preocupa que la señorita Lin esté en problemas? -Su Zhan se giró para mirar a Qin Ya, quien se mostró dubitativa.

«¿Lin Xinyan tiene problemas? ¿Cómo?» Qin Ya no creyó sus palabras. Si lo hubiera escuchado de otra persona, no lo habría dudado, pero no tenía una buena impresión de

este hombre.

—No intente engañarme. Todo está bien con la señora Lin. ¿Qué resentimiento tiene contra ella para maldecirla así?

Su Zhan se quedó mudo. «¿En verdad dudaba de sus palabras?»

-¿De verdad soy tan mezquino?

-¿Y cuándo no lo es?

-¿Qué edad tienen los niños?

—Cumplieron cinco este año, seis en la edad tradicional. Son gemelos. ¿Por qué? -Qin Ya se puso en guardia al ver la mirada recelosa de Su Zhan.

«¿Por qué pregunta eso?»

-¿Sabes que la señora Lin estuvo casada una vez? -preguntó Su Zhan.

-Sí.

Lin Xinyan no había hablado con nadie sobre su vida, tampoco le había contado a Qin Ya sobre su efímero matrimonio, sino que era una mera suposición de Qin Ya puesto que no era una mujer promiscua. Había estado a su lado durante años y sabía muy bien el tipo de persona que era. No habría dado a luz a los niños si no estuviera casada y por lo que había observado, su ex marido era Zong Jinghao. No tenía ni idea de por qué se habían divorciado, pero se daba cuenta de que él aún sentía algo por Lin Xinyan.

Su Zhan chasqueó la lengua.

—Lo sabes. Parece que eres muy cercana la señora Lin. ¿Sabes quién es el padre?

-¿Qué está tratando de decir? -Qin Ya resopló con frialdad, pues pudo notar que tenía dudas sobre si Zong Jinghao era el padre de los dos niños-. La Srta. Lin no es una mujer promiscua, no sea demasiado sensible y piense lo peor de los demás.

Qin Ya se enfadó con Su Zhan una vez más por dudar de Lin Xinyan y los niños.

Lin Xinyan había criado a los niños ella sola y Zong Jinghao nunca cumplió con su deber de padre y, ahora, incluso el amigo de este dudaba de que los niños fueran de Zong Jinghao. ¿Cómo no iba a estar enojada?

Su Zhan la miró.

-Estás enojada otra vez.

-No tengo nada más por decir. -Qin Ya no quería tratar con él en absoluto, por cortesía le agardeció-: Gracias por informarme sobre la señorita Un.

Se dio la vuelta y se alejó, pero Su Zhan la alcanzó.

-Espera.

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Enamorándome de ti