La señora Hua acababa de regresar del hospital cuando la encontraron los hombres de Shen Peichuan y la llevaron a su casa.
-¿Esta es tu casa? -Su Zhan preguntó a pesar de saber que de hecho era su casa, solo quería comprobar si era una persona honesta.
La señora Hua miró a las personas en la casa y respondió con honestidad:
-Sí.
La señora Hua era una mujer lista. He Ruize, que solía vivir ahí, no parecía una persona común y corriente; aun así, este grupo parecía incluso menos que personas normales.
-¿Quién ha estado viviendo aquí? -preguntó Su Zhan.
-No lo conozco, me dio dinero para vivir aquí y trajo consigo a una mujer. -La señora Hua no se atrevía a mentirle.
Zong Jinghao, que estaba sentado en el sofá, escuchó sus palabras para después cerrar los ojos y su expresión se ensombreció.
-¿Dónde están ahora? -Su Zhan miró a Zong Jinghao por un segundo antes de preguntar de nuevo.
-Se fueron. La mujer estaba herida, fueron al hospital a que la revisaran y se fueron después de saber que estaba bien.
Le tembló un ojo a Su Zhan. «Así que Lin Xinyan en verdad estaba herida.» Luego, miró con atención a Zong Jinghao de nuevo; Shen Peichuan estaba a su lado y no se atrevía a hacer ruido. La atmósfera se volvió más y más pesada, tanto que todos en la sala de estar sentían que estaba sofocándose. Zong Jinghao se puso de pie, caminó hacia la señora Hua y la miró desde arriba.
—¿Cómo se lastimó? -La señora Hua podía sentir con facilidad la ira viniendo del hombre frente a ella, por lo que no se atrevió a responderle y solo bajó la cabeza mientras temblaba-. ¡Dime!
El volcán dentro de él hizo erupción y todos dieron un salto del susto. La señora Hua se arrodilló del miedo mientras se escuchaba el ruido de sus rodillas entrando en contacto con el suelo; ella apretó los dientes del dolor y titubeó sus palabras.
—Y-yo no lo sé. Estaba en el piso de abajo en ese momento; por lo regular, él no me dejaba ir al piso de arriba. -Como si se hubiera dado cuenta de que Zong Jinghao estaba ahí por la mujer, dijo—: Está aquí por la señorita Lin, ¿cierto? Estaba encerrada en el segundo piso, se lastimó ese día porque el señor He quería... quería...
—¿Qué quería hacer? —Su Zhan y Shen Peichuan estaba impacientes.
¿Por qué la mujer no se los decía todo de una vez?
-No lo sé. Lo único que sé es que las ropas de la Srta. Lin estaban desgarradas y su cabeza sangraba, el Sr. He estaba desnudo y los escuché discutir en el piso de arriba. Ella debió haberse negado, por eso... por eso ella lo hizo.
Sus palabras eran vagas, pero todos podían entender lo que había sucedido. Nadie se atrevió a hacer ruido en la casa mientras miraban en secreto a Zong Jinghao. Su expresión era sombría y su rostro se crispaba, lo que lo hacía lucir aterrador, parecía como si fuera a asesinarla ahí mismo si la señora Hua se atrevía a mentirle.
—Dime, ¿dónde está ella ahora?
—No lo sé, en verdad no lo sé. Se la llevó después del viaje al hospital, vi que estaba revisando la ruta en su celular y parecía que iba a la provincia Chuan. Estoy diciendo la verdad, en serio, no me atrevería a mentirle. Sé que el señor He me estaba mintiendo.
»Dijo que la señorita Lin era su novia, pero me di cuenta que la señorita Lin no lo amaba; prefería lastimarse para ir en su contra. Es la verdad, es todo lo que sé —continuó la señora Hua—. Solo renté la casa por dinero. Nunca he hecho algo y le he dicho todo. Por favor, déjeme ir.
-Si fuera como dijo, que van hacia la provincia Chuan, entonces los hombres que mandamos a las fronteras los habrían encontrado. Si He Ruize estuviera determinado a permanecer oculto, no tomaría ni la autopista ni el avión; hoy en día, tienes que mostrar tu identificación para tomar el tren y la única manera de ir hacia allá es manejar por los viejos caminos -explicó Shen Peichuan.
—Creo que Peichuan tiene razón, podemos alcanzarlos si nos vamos ahora. —Su Zhan continuó con las palabras de Shen Peichuan.
Las manos de Zong Jinghao estaba apretadas en puños y las venas del dorso de sus manos eran visibles. De no ser porque la racionalidad que le quedaba le decía que debía mantenerse calmado, habría perdido la compostura y no sería capaz de organizar sus próximos movimientos.
-Su Zhan, quédate con Cuan Jing. Shen Peichuan, sígueme.
Su Zhan sabía de sus intenciones. Tenía que llegar a un acuerdo con He Ruilin y Lin Yuhan, pero no podía tardar en encontrar a Lin Xinyan. Al pedirle que se quedara ahí, podía hacer ambas cosas al mismo tiempo; además, Shen Peichuan estaba más tranquilo y era más callado que Su Zhan y Zong Jinghao no quería escuchar su constante parloteo en sus oídos.
—Si me paro aquí, puedo ver el exterior. Quiero ver si papi está de regreso. -Lin Ruixi hizo un mohín y señaló a la ventana.
Lin Xichen se tensó. Papá había ido a buscar a mamá, se preguntaba cómo estaban y si se las había arreglado para encontrarla; estaba ansioso y preocupado en caso que algo le hubiera sucedido a mami.
-Vaya, Xichen, ¿ese no es el auto de papi? -gritó Lin Ruixi.
Lin Xichen siguió la mirada de su hermana para ver el auto en el porche.
-Baja rápido. -Se aferró a su hermana.
-¿Por qué? —Lin Ruixi parpadeó.
-¿Cómo que por qué? Si no bajas, iré yo solo y entonces te caerás. -Había una pizca de impaciencia en el tono de Lin Xichen.
-Xichen, ¿por qué estás tan impaciente? -Zhuang Zijin se acercó.
-No, no lo estoy, solo me preocupa que se caiga. Si estás aquí, entonces cuídala. -Después de decirle eso a su abuela, Lin Xichen se apresuró a la puerta hacia Zong Jinghao, se paró frente a la ventana del auto y su pregunta fue-: ¿Has encontrado a mi mami?
Hubo un momento de silencio mientras la pesada atmósfera los envolvió poco a poco.
—He sido muy impaciente. Si la hubieras encontrado, estaría contigo ahora. -Lin Xichen hizo su mejor esfuerzo para esconder su decepción, pero todavía era un niño, así que tembló—. ¿Qué hago si la extraño?
Zong Jinghao salió del auto para abrazarlo con fuerza y habló con una voz áspera.
—Lo lamento, es culpa mía no poder protegerla... También la extraño.
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