Enamorándome de ti romance Capítulo 189

Por casualidad, miró a la multitud que estaba abajo mientras hablaba, pero frunció el ceño y pronto apartó la mirada de ellos, ya que todo lo que podía ver era un gran grupo de personas.

-Presidente Zong. -Cuando Zong Jinghao miró hacia atrás, vio que el alcalde de la ciudad se dirigía hacia él, quien mientras sonreía, dijo—: Pensé que mis ojos me engañaban, pero de verdad es usted. ¿También está aquí para asistir al banquete anual del Grupo Bai?

Sintió que algo no cuadraba, ya que nunca había escuchado que el Grupo Wanyue fuera a cooperar con el Grupo Bai. Además, si Bai Yinning era un hombre joven y exitoso, Zong Jinghao sería el mejor entre ese grupo de jóvenes.

Zong Jinghao le dijo a su hija que regresaría más tarde y colgó; a continuación, guardó el teléfono.

-No. —La dulzura con la que hablaba en el celular se esfumó, mostrando el aspecto habitual cuando asistía a

un evento.

-Qué coincidencia encontrarlo aquí —dijo el alcalde, tendiéndole la mano.

Zong Jinghao le tendió la mano derecha para estrecharla y la retiró a los pocos segundos. No quería desperdiciar su tiempo con él, pero aún tenía que darle algo de respeto, puesto que un ciudadano común no buscaría pelearse con un funcionario de gobierno y esto aplica aún más cuando se trata de un hombre de negocios.

—El presidente Bai pronto construirá una fábrica en mi área y discutiremos los detalles respecto al proyecto.

Bai Yinning todavía tenía unos asuntos que atender, así que el alcalde subió primero a esperarlo, pues planearon hablar sobre ello en la cena.

—¿Por qué no nos acompaña a cenar y así se conocen ambos? —El alcalde de la ciudad quería ser el intermediario; no obstante, parecía que un pensamiento rápido vino a su mente y se rio avergonzado-. ¿Se conocen desde hace mucho tiempo?

Teniendo en cuenta el estatus de Zong Jinghao, ¿cómo es posible que esté aquí si su compañía no tiene ningún vínculo con el Grupo Bai?

—No lo conozco. —Su respuesta fue directa y concisa.

-Es el presidente del Grupo Bai y a pesar de que esté en una silla de ruedas, admiro mucho sus capacidades. De todos modos, está claro que el Grupo Bai no es rival para Wanyue, puesto que escuché que han invertido en algunos proyectos en el extranjero; además, supe que establecieron un banco de inversión con sus socios comerciales. Presidente Zong, usted es sin duda una persona audaz y determinada.

Zong Jinghao no estaba muy interesado en conocer a Bai Yinning; no obstante, sintió un poco de curiosidad cuando el alcalde dijo que estaba en silla de ruedas, ya que un líder que tiene una discapacidad debe tener sus fortalezas, o de lo contrario sería difícil convencer a sus empleados bajo su mando.

Zong Jinghao posó la mirada en la multitud que se encontraba abajo. Había varios líderes del Grupo rodeando a Bai Yinning y a Lin Xinyan mientras les hacían burla, debido a que él nunca antes había tenido a una mujer a su lado. Sin embargo, de repente ese día llevó consigo a una hermosa mujer delante de todos los empleados; por consiguiente, todos tenían mucha curiosidad de saber qué tipo de relación tenían.

-Lo escondió muy bien, presidente Bai. Incluso los viejos como nosotros que hemos hecho frente a todo con usted, no sabíamos nada al respecto. Cometió un grave error.

-No...

—¿No? ¿Quiere seguir negándolo? ¿La traería si no hay nada entre ustedes dos? -Alguien lo interrumpió de inmediato, pues no quiso escuchar la explicación de Bai Yinning.

Bai Yinning se rio.

—De hecho, espero que en verdad pueda suceder, pero el principal problema es...

—¿Cuál es el principal problema? —dijeron algunos de ellos al unísono; tan pronto como creyeron haber entendido algo, miraron a Lin Xinyan y le preguntaron-. ¿Rechazaste a nuestro presidente Bai?

En ese momento pensó que Bai Yinning la había «engañado», puesto que ahora había trampas por todas partes. Cuando estaba a punto de explicarlo, Bai Yinning la agarró del brazo, la jaló cerca de él, y le susurró:

-No me avergüences enfrente de mis empleados. Si vas a rechazarme, siéntete libre de hacerlo cuando estemos en casa. Te lo ruego, por favor.

Cuando Zong Jinghao posó la mirada en ellos, solo pudo ver que Bai Yinning le estaba susurrando algo a una señorita. No pudo ver el rostro de Lin Xinyan, debido a la posición que tenían. Lo único que pudo observar fue la pequeña cintura que tenía la mujer.

—Prometí ser tu acompañante para asistir al evento, pero nunca accedí a fingir ser tu novia. -Lin Xinyan estaba muy determinada.

Bai Yinning no estaba enojado con ella, pues por fin se dio cuenta de que esta mujer era inteligente y tenía una voluntad férrea.

—¿Todavía quieres conocer al artesano experto en hacer seda de té? -le contestó.

Lin Xinyan se quedó sin palabras, pues en ese momento al fin comprendió por qué la seda de té apareció frente a los ojos de Yinning y dijo:

de forma burlona:

-Presidente Bai, prefiere a las mujeres casadas, ¿no es así?

El rostro de Bai Yinning se ensombreció un poco, pues nunca le creyó a Lin Xinyan cuando le dijo que estaba casada y que tenía hijos dado que pensó que estaba inventando una excusa para deshacerse de él, pero ahora ya no estaba seguro de ello.

—Se veía muy joven...

Zong Jinghao tomó la mano de Lin Xinyan y levantó las cejas, hasta los músculos de su rostro se estremecieron un poco mientras le dedicaba una sonrisa petrificante.

-Ya que se casó conmigo a los 18 años, ¿estás de acuerdo con que sigue joven?

Bai Yinning frunció el ceño al escucharlo, puesto que pensó que Lin Xinyan era una persona testaruda y, por ello, no se casaría tan pronto.

—Debes estar bromeando. —Su mirada se posó en Lin Xinyan, como si tratara de preguntarle que si era verdad lo que estaba diciendo.

-Xichen y Ruixi siguen esperándote. -Zong Jinghao la arrastró fuera del lugar una vez que terminó de hablar.

No le permitió hablar para nada con Bai Yinning. Era muy dominante, como si se tratara de un niño que se pelea con otra persona porque quiere arrebatarle su juguete favorito; agarró las manos de Lin Xinyan con fuerza en sus palmas, como si estas fueran una piza y se alejó. Sin embargo, como tenía lastimadas las piernas y estaba usando tacones, no pudo seguirle el paso en absoluto.

-Camina más despacio, por favor -dijo soportando el dolor en su tobillo y la planta del pie.

—¿Te niegas a irte? -dijo Zong Jinghao, volteando a verla.

Lin Xinyan sacudió la cabeza.

-No. Zong Jinghao la alzó en sus brazos justo después de hablar y ella, por instinto, lo rodeó del cuello con sus brazos y cerró la boca.

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