El rostro de Zong Jinghao estaba a contraluz, su expresión cambiaba, pero el fuego del deseo en su interior no desapareció, sino que se volvió más intenso.
-Ahora lo sé. -De pronto, Lin Xinyan habló fuera de contexto.
-¿Qué sabes? -Zong Jinghao frunció el ceño.
-He Ruilin también lo sabía. Ella fue quien me envió los mensajes y me atrajo —dijo esto con toda la intención de desviar la atención de Zong Jinghao.
Por supuesto que He Ruilin lo sabía, pues fue ella quien planeó todo en aquel momento. El rostro de Zong Jinghao se desplomó cuando pensó en ella.
Lin Xinyan quería salir de manera sigilosa de la posición en la que estaba, pero Jinghao presionó sus hombros y fue en ese momento que se dio cuenta de que había dicho lo anterior a propósito. Los ojos de Zong Jinghao mostraban cariño.
-Ya no soy joven. ¿Cuánto más quieres que espere? -Entonces, bajó su cuerpo y se inclinó hacia ella para decirle al oído de forma coqueta-: Escuché que el amor debe hacerse.
¡Pum! La mente de Lin Xinyan se quedó en blanco por un momento. «¿Cómo pudo decir tal cosa? ¿Por qué es tan desvergonzado?» Zong Jinghao apretó su rostro hasta que sus rasgos faciales se arrugaron y lo analizó con cuidado.
-¿Por qué amo tanto este rostro a pesar de tener mal aspecto? —dijo él con una visible sonrisa atravesando sus ojos.
-Estoy fea y aun así quieres... -Lin Xinyan se calló enseguida, pues casi se le escapó «y aun así quieres acostarte conmigo.»
Se sonrojó, pues se sentía tan avergonzada que quería cavar un hoyo en el suelo y esconderse en él; era tan vergonzoso para ella, sobre todo estando frente a él. Zong Jinghao, por otro lado, sonrió y le preguntó a propósito: -¿Qué es lo que quiero hacer aun así?
-Levántate. Tengo hambre. —Lin Xinyan trató de liberarse.
Zong Jinghao se recompuso y bajó la cabeza para besar sus labios.
-Yo te daré de comer, ¿sí?
Lin Xinyan se quedó sin palabras. De pronto, llamaron a la puerta y los ojos de Xinyan se iluminaron. «Esta persona llega justo en el momento indicado porque ya no sabía qué excusa poner.»
-Apresúrate y abre la puerta. -Lin Xinyan lo empujó.
Zong Jinghao no se movió y su rostro no se veía tan enérgico como antes. ¿Quién era la persona que llegaba a importunar?
-Papi.
El golpe en la puerta iba acompañado de una tierna voz infantil.
—Ruixi. -La voz de Lin Xinyan tembló. «Mi hija.» Miró con un poco de descontento al hombre que estaba encima de ella. «Mi hija le está hablando a él y no a mí.» —Papi, ¿estás ahí? —Se volvió a escuchar su voz.
Zong Jinghao se mostraba reacio, pero tenía levantarse esta vez, pues su hija lo estaba esperando afuera. A continuación, extendió la mano para ayudarle a Lin Xinyan con su ropa, pero ella la apartó de mala gana, ya que se sentía disgustada porque su hija no la llamó. Ella le dio la vida y la crio durante seis años, pero se había vuelto muy cercana a este hombre.
Zong Jinghao notó su descontento y le acarició la nariz con el dedo.
-¿Estás celosa de tu propia hija? -Lin Xinyan no dijo nada, solo se limitó a inclinar la cabeza y ató el lazo de su ropa-. Somos padre e hija y la sangre llama.
La mitad de la sangre de su cuerpo provenía de él, así que su relación debía ser buena.
Lin Xinyan no quería hablar con él y se aceró con rapidez a abrir la puerta. Lin Ruixi no sabía que su mamá había regresado, así que le llamó a su papá en cuanto se abrió la puerta, pero al darse cuenta de que era mamá, se quedó boquiabierta por un momento; luego, sus ojos se enrojecieron mientras decía, sintiéndose agraviada:
-Mami, ¿dónde te escondiste? Papi y yo hemos estado buscándote durante mucho tiempo. Te extraño mucho. — Después, se lanzó a sus brazos, rodeó su cintura con fuerza, y se acurrucó en sus brazos-. Mami.
La pequeña temía que mami volviera a esconderse y no pudiera verla.
Shen Peichuan estaba de pie a un lado de la puerta. Zong Jinghao y Lin Xinyan habían estado todo un día en la habitación, así que ya debían haber dicho y hecho todo lo que querían. Por consiguiente, tomó la iniciativa de llevar a los niños, pero no les dijo que ya habían encontrado a Lin Xinyan porque quería sorprenderlos. Momentos antes, cuando Lin Ruixi tocó la puerta, Lin Xichen quiso ir al baño y aún no había regresado.
Lin Xinyan se puso en cuclillas y ahuecó con sus manos el rostro de su hija. Parecía que la niña había subido de peso, ya que su rostro lucía muy redondo.
-¿Dónde te escondiste, mami? ¿Por qué no te encontré? —La pequeña hizo un mohín.
Lin Xinyan no sabía cómo responder a la pregunta de su hija, así que la abrazó; fue entonces que Lin Xinyan se dio cuenta de que Lin Xichen había estado parado en la puerta con las manos colgando a los lados y empuñando las manos.
—Xichen. —Lin Xinyan miró a su hijo.
Estaba más delgado, el contorno de su rostro se había vuelto afilado y marcado como el de su padre; entonces, le extendió la mano a su hijo, pero los ojos de este se enrojecieron, puso el cuello rígido y comenzó a chillar:
—¿Dónde estabas? Ha pasado mucho tiempo. ¿Sabes que estoy preocupado por ti?
—Lo siento. —Lin Xinyan no sabía cómo reconfortar a su hijo, así que estiró la mano para jalarlo a sus brazos.
Lin Xichen se limpió las lágrimas del rostro con el dorso de su mano y dijo entre sollozos: -Mami, no hiciste nada malo. Es culpa mía por no haber cuidado de ti. Soy el hombre de la familia, pero te perdí. Es mi culpa.
-Tontito.
Lin Xinyan presionó la cabeza del pequeño entre sus brazos. Era solo un niño, pero seguía diciendo que no la cuidó bien y ella no pudo decirle sus sentimientos, por lo que solo sintió un nudo en la garganta que hacía sus ojos arder.
Zong Jinghao se acercó y extendió la mano para tocar el cabello de su hijo. Lin Xinyan los había criado bien, pues eran inteligentes y sensatos, en especial Lin Xichen, que era tan sensato que a veces hacía que a otros les doliera el corazón por él.
Lin Ruixi sacó la cabeza de los brazos de su mamá y miró a Zong Jinghao.
-Tú también eres un niño. -Lin Xinyan tocó la cabeza de su hijo.
Lin Xichen hizo un mohín. «Yo no sería tan inconsciente como Ruixi, quien solo quiere que la carguen. Entonces,
¿de qué le sirven las piernas?»
Caminaron hacia el ascensor mientras Zong Jinghao fruncía el ceño. «¿Por qué parezco serían innecesario?» Su hija dejó de estar apegada a él y su hijo también lo «olvidó».
Estaban en el tercer piso, así que bajaron con rapidez. Después de que el elevador se detuviera con su sonido característico, Shen Peichuan quiso mostrarles el camino y salió del elevador primero; sin embargo, Zong Jinghao lo detuvo.
—Espera un minuto.
Shen Peichuan se dio la vuelta, queriendo preguntarle qué pasaba, pero no pudo decir nada cuando lo vio a los ojos. Solo se limitó a retirar sus pasos en silencio y se quedó adentro. Al ver esto, Lin Xinyan pensó que tenían algo de qué hablar, así que salió primero del ascensor con sus hijos.
-¿Cuál es el problema? -preguntó Shen Peichuan en cuanto ella se fue.
«¿No debería estar feliz por haber encontrado a Lin Xinyan? ¿Por qué se ve tan hosco, como si alguien lo hubiera ofendido?» Shen Peichuan reflexionó: «Parece que no he hecho nada malo como para ofenderlo, ¿o sí? Solo ve al grano, no me dejes en suspenso.»
-Mmm...
—Ella y yo no estamos divorciados. —Justo cuando Shen Peichuan no pudo evitar hablar de nuevo, Zong Jinghao por fin dijo algo.
Shen Peichuan parpadeó. «¿Qué está tratando de decir? ¿Será que estuvo mal llamarla señorita Lin hace rato?»
-Mmm, ¿entonces debo referirme a ella como «señora» de ahora en adelante? —preguntó con timidez.
Zong Jinghao era el mayor de los tres, mientras que Su Zhan era el más joven.
-Está bien.
-Lo que tú digas -contestó Shen Peichuan, estupefacto.
Más tarde, le preguntó si quería salir del elevador, de lo contrario este volvería a subir; Zong Jinghao lo pensó por un momento y preguntó:
—Dime, ¿cómo tienen una cita las personas?
Lo tomó desprevenido. ¿Qué clase de pregunta era esa? El tema cambió tan rápido que no pudo seguirle el paso y tener citas no era su estilo.
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