Zong Jinghao se sintió el hombre más triste del mundo, pues a pesar de que tenía a su esposa en sus brazos, no podía tocarla. Entonces, hundió el rostro en su cabello y olió el tenue aroma del champú. Luego, le mordió y beso la nuca.
Con la mitad del rostro hundido en la almohada, Lin Xinyan vio a sus hijos dormir profundamente y tocó sus mejillas. Al mirarlos, pensó en el loco recuerdo de aquella noche, pero no había nada de lujuria, solo tristeza.
—¿Con cuántas mujeres has dormido, Zong Jinghao?
Sentía que el corazón le dolía de alguna forma al pensar que había estado con otra mujer antes. Él era el primer hombre con el que estuvo y, aunque había estado ignorando el hecho a propósito, le dejó una profunda impresión. Estaba de acuerdo con que las mujeres eran muy emotivas, puesto que una mujer siempre sentía algo especial por su primer hombre.
Zong Jinghao dejó de besarla de manera abrupta, por lo que sus fosas nasales seguían llenas del ligero y refrescante aroma de su cuerpo y su voz seguía un poco ronca.
-¿Por qué preguntas esto tan de repente?
Lin Xinyan hundió aún más su rostro en la almohada.
-Solo preguntaba. Tengo sueño, hay que dormir.
Pero Zong Jinghao no creyó que hiciera esa pregunta nada más porque sí; entonces, la agarró de los hombros para voltearla, pero Lin Xinyan se resistió.
-No me toques, tengo sueño -dijo en voz baja.
Sin importar que se estuviera resistiendo, Zong Jinghao giró su cuerpo y la miró a la cara.
-Dime, ¿qué te pasa?
Lin Xinyan fingió estar calmada.
-Solo tengo sueño.
Zong Jinghao le pellizcó la barbilla y le levantó el rostro para que lo viera a la cara.
-¿Estás celosa?
-No. -Lo negó de inmediato.
Solo sentía que era injusto, puesto que ella le había dado lo más preciado que tenía mientras que él no. No estaba celosa y se negó a admitirlo con firmeza.
-Entonces, ¿por qué estás enojada?
La miró con entusiasmo y frotó sus dedos contra sus labios rosados, suaves y flexibles, ya que provocaba una sensación agradable en sus dedos.
-No estoy enojada. —Se negó a admitir que estaba molesta y celosa.
—Está bien, entonces no estás enojada. —Él sonrió y tan pronto como terminó de hablar, presionó sus labios contra los de ella, pero cuando Lin Xinyan se movió, la amenazó —: Si te sigues moviendo, los niños verán lo que hacemos.
Lin Xinyan dejó de resistirse, pues le preocupaba que los niños los vieran; no obstante, se sentía tan agraviada que hasta sus ojos se enrojecieron. Zong Jinghao, por otro lado, frotó sus labios contra los de ella con delicadeza y dijo de manera imprecisa:
-Nunca he dormido con otra mujer que no seas tú.
Tampoco quería nada más en su vida, solo a ella.
-¿Y qué hay de He Ruilin?
Lin Xinyan había presenciado lo bien que la trataba, incluso pasó una noche en la villa, así que no creía que no hayan dormido juntos. Ni siquiera Zong Jinghao se lo creía.
—Pensaba que era una persona anormal.
No es que no estuviera interesado en He Ruilin, sino que no estaba interesado en ninguna mujer, pues no tenía ni el más mínimo deseo por otra mujer. En aquel entonces, trató bien a He Ruilin porque le dijo que ella era la mujer de aquella noche y como le había dado lo más preciado de una mujer, debía hacerse responsable de ello. Aun así, no era amor ni cariño, sino responsabilidad.
-Mmm, mami. -Al parecer, Lin Ruixi estaba teniendo una pesadilla, puesto que estaba buscando algo con ambas manos.
Lin Xinyan de inmediato se dio la vuelta y la abrazó.
—Mami está aquí. —Le dio unas palmaditas ligeras en la espalda—. Eso es, mami está aquí.
Lin Ruixi tocó el pecho de Lin Xinyan para asegurarse de que fuera su mami y después se calmó. A continuación, Lin Xinyan cubrió a su hijo con la sábana mientras tenía a Ruixi en sus brazos y le dijo al hombre detrás de ella:
—Se hace tarde. Duerme bien.
Zong Jinghao se quedó sin palabras, pero se acercó más a ella y la abrazó. Esa noche no pudo dormir bien, pues se quedó dormido hasta la madrugada.
Lin Xichen tuvo un buen sueño tranquilo, por lo que fue el primero que despertó en la mañana; sin embargo, cuando vio que Zong Jinghao estaba abrazando a su mamá, frunció el ceño con rabia y se sentó en la cama. Al final, no pudo contenerse, entonces hizo a un lado el brazo de Zong Jinghao y se metió en el espacio que había entre ellos para separarlos.
Zong Jinghao y Lin Xinyan se despertaron con los movimientos que hizo, así que rápido rodeó a su mami con sus bracitos y actuó como un bebé.
-Mami, abrázame.
Pocas veces se comportaba así, por lo que el corazón de Lin Xinyan se derritió mientras lo besaba y lo abrazaba en la frente. Zong Jinghao estaba mudo, se dio la vuelta y se quedó viendo al techo en silencio. «Solo quiero recuperar a mi esposa. ¿Por qué tiene que estar mi hijo en contra mía?»
—Mami, ¿cómo fue tu vida en el pasado?
Lin Xinyan estaba perpleja. «¿Qué tontería está diciendo tan temprano?» Extendió la mano para tocar la frente de su hijo, pero Lin Xichen volteó la cara.
-No tengo fiebre.
-Entonces, ¿qué tratas de decir?
Lin Xichen miró detrás de ella.
-Las personas te criticaban cuando estabas embarazada de nosotros. Después, nos trajiste al mundo y nos criaste tú sola, lo cual fue muy difícil para ti. Por lo tanto, no debes ser de corazón blando con aquellos que te fallaron y abandonaron en el momento más difícil de tu vida. De lo contrario, él pensará que eres alguien muy fácil de convencer, así que no te apreciará y volverá a hacerte daño.
Lin Xinyan por fin entendió el motivo por el cual su hijo se comportaba raro en la mañana; entonces, extendió la mano y pellizcó su rostro.
-Estoy segura.
La vendedora por fin se puso de pie y cuando vio las pantuflas de Lin Xinyan, curvó los labios antes de burlarse:
-¿Ahora está de moda salir con pantuflas desechadles? -Era evidente que la estaba juzgando por su vestimenta y pensaba que no podría pagar ropa tan cara. Mientras tomaba el suéter, seguía fastidiándola—: Nuestra tienda está llena de marcas famosas, las más grandes, todo es diseñado por diseñadores extranjeros. Tienes que comprar la ropa después de probártela...
-Ya no es necesario que traigas nada. Gracias.
Lin Xinyan solo quería comprar ropa, ¿por qué hablaba mucho? ¿Comprarla después de probarla? ¡Qué clausula más desigual! Era la primera vez que se encontraba con algo así.
La vendedora tiró la ropa que había tomado a la fuerza, se levantó y miró a Lin Xinyan.
-¿Qué quieres decir? ¿Qué no te pregunté si estabas segura de que lo querías? Dijiste que sí, así que fui por la prenda; sin embargo, después de que fui por ella, ya no la querías. ¿Estás jugando conmigo?
-No.
—¿No qué? -La vendedora era agresiva.
Lin Xinyan se dio cuenta de que era incapaz de comunicarse con este tipo de personas, así que decidió darse la vuelta e irse; no obstante, la vendedora la agarró del brazo.
—No puedes irte. Ya fui por el suéter, ¡así que tienes que comprarlo!
-¿Qué tipo de razonamiento es ese?
Lin Xinyan estaba muy impresionada por el comportamiento dominante de la vendedora. Por lógica, los empleados de una tienda como esta estaban entrenados de manera profesional. ¿Cómo era posible que fuera tan irracional?
-Si no puedes pagarlo, solo admítelo y deja de fingir. —La vendedora frunció los labios y resopló con frialdad, parecía que no dejaría ir a Lin Xinyan hasta que comprara el suéter hoy-. Como me lo pediste para probártelo, debes comprarlo. Te dije cuánto costaba, así que son 4800. Dame el dinero.
-Quiero hablar con tu jefe. -Lin Xinyan pudo ver que no sería capaz de hablar con ella.
-El jefe no está aquí. Habla conmigo, yo soy la prima del jefe, así que puedo tomar las decisiones.
Lin Xinyan al fin comprendió. Resultaba que era tan arrogante porque tenía conexiones poderosas.
—Señorita, esta no es la forma de hacer negocios...
-Ya basta. ¡Solo dame el dinero y vete con tu suéter!
La vendedora era arrogante y se comportaba como si fuera la dueña tan solo porque era familiar del jefe de esta tienda.
-¿Qué pasa si no quiero pagar? -La expresión de Lin Xinyan también se tornó fría.
-¡Ja! Entonces ni sueñes que te irás de aquí. A decir verdad, mi prima conoce a Bai Yinning. ¿Tú lo conoces? ¿Al presidente Bai? Es el amigo de mi prima y este centro comercial le pertenece. ¿Cómo te atreves a venir a guardar las apariencias? Este no es lugar para ti.
Los que ascendían desde abajo, tendían a ser engreídos y arrogantes una vez que tenían un respaldo, justo como esta vendedora.
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