Su Zhan y Qin Ya estaban sentados a un lado de la ventana, parecía que habían estado ahí por horas. Al verlos entrar, Su Zhan se acercó con rapidez y sin preocuparse por su imagen.
-Por fin regresaron. Llevamos mucho tiempo esperándolos.
Shen Peichuan lo empujó con repugnancia.
—¿Te perdiste? ¿Por qué te tardaste tanto?
«Dijo que se iba hace ya mucho tiempo, así que lo lógico era que llegara antes.» Mientras Shen Peichuan hablaba, miró a Qin Ya, quien se dirigía a Lin Xinyan. «¿Por qué la trajo? ¿Qué le hizo este mocoso?»
Debido a su frustración, Su Zhan no notó la mirada ambigua de Shen Peichuan.
Cuando Su Zhan llegó, lo atrapó su abuela, quien le exigió que le dijera cuándo se casaría o, de lo contrario, no lo dejaría salir y no fue hasta que le mintió diciéndole que se casaría a fin de año que consiguió irse de ahí. Fue por ello que llegó tarde, pero el problema principal era que ni siquiera tenía una novia formal.
-Ni me lo recuerdes. Fue mi abuela otra vez.
Shen Peichuan supo por qué al ver la mirada angustiada de Su Zhan. A pesar de que la familia Su no era rica, era considerada una familia de académicos; sin embargo, sus padres murieron a temprana edad y él se quedó con su única abuela. Ahora que estaba en sus treinta, era normal que su abuela estuviera preocupada por su matrimonio.
—¿Te presionó a casarte otra vez? -Shen Peichuan chocó su hombro con el de él.
-Sí.
-Ya hay una chica para ti, ¿no?
Shen Peichuan alzó la barbilla en dirección hacia él, ya que cerca de ahí, Qin Ya abrazaba a Lin Xinyan sin querer dejarla ir.
-Por fin te veo. Todo el tiempo que desapareciste, tuve mucho miedo de que estuvieras en peligro. Esta vez, nuestro viaje de regreso a China será fascinante y emocionante.
—Está bien, no te preocupes. Mírame, ya estoy bien. —Lin Xinyan le dio una palmadita en el hombro.
Su Zhan miró a Qin Ya e hizo un mohín.
-Ella es muy buena, pero es una chica difícil.
—¿No puedes conseguir una mujer con tus medios? — bromeó Shen Peichuan.
-¿Soy alguien de tan baja clase? -Su Zhan lo fulminó con la mirada.
Shen Peichuan se rio, pues pensó que ahora era otra vez un buen hombre que, si bien solía tener una mujer diferente todos los días, Shen Peichuan sabía que no era nada serio y que solo eran aventuras.
-Por cierto. -Shen Peichuan colocó sus brazos alrededor del cuello de Zhan y le susurró por un lado—: Me di cuenta que Jinghao y...
—Papi, ¿de qué están hablando?
Lin Ruixi se recostó en el hombro de Zong Jinghao y miró al par de hombres susurrando, los cuales estaban de pie, no muy lejos de donde estaban ellos.
-No te preocupes por ellos. -Zong Jinghao la llevó al piso de arriba.
Lin Xinyan le ayudó a Qin Ya a llevar su maleta.
-Debes estar cansada del viaje, así que vayamos arriba para que descanses.
—De acuerdo. -Qin Ya no dejó que Lin Xinyan la ayudara—. Puedo sola con la maleta. -Extendió la mano para tocar la parte superior de la cabeza de Lin Xichen-. Xichen.
—Tía Qin, ¿por qué viniste con él? —Lin Xichen vio a Su Zhan y después dirigió su vista hacia ella.
En un principio, Lin Xinyan también quería preguntar por qué habían llegado juntos.
-Fue a la tienda para decirme que ya te habían encontrado y como estaba ansiosa por verte, lo seguí hasta aquí. No pudimos conseguir ningún pedido cuando te fuiste, así que no hay clientes.
Qin Ya estaba un poco decepcionada y sentía que seguía sin ser lo suficientemente buena, pues aunque dos clientes que recibió estaban satisfechos con su diseño, le dijeron que era mucho menos impresionante y no hicieron ningún pedido después. Ellen se quedó a cargo de la tienda mientras ella fue a Baicheng.
Lin Xinyan le dio una palmadita en el hombro para reconfortarla.
-Está bien, todo mejorará.
Estaba segura de que su negocio iría bien después de que invitara con éxito al maestro que sabía hacer seda de té. Así, Qin Ya le contó a Lin Xinyan lo que había sucedido en la tienda durante su desaparición mientras subían las
escaleras.
Shen Peichuan organizó una suntuosa cena para recibir a Su Zhan y a Qin Ya.
—Papi, quiero dormir en tus brazos. —Lin Ruixi tenía sueño e insistía que su papá la cargara; la pequeña era muy coqueta al colocar sus brazos alrededor del cuello de Jinghao y se negó a soltarlo en tanto lo llamaba con dulzura-: Papi.
Zong Jinghao besó el rostro de su hija. No estaba dispuesto a decirle que no, puesto que su corazón se derritió con sus palabras.
-La subiré primero -le dijo a Lin Xinyan al oído.
Lin Xinyan asintió. Después de que se fue, puso algo de comida en el plato de su hijo, quien luego de un bocado, puso los palillos abajo y se bajó de la silla.
—Yo también terminé.
Siendo tan sensato como un pequeño adulto, quería subir a la habitación por sí mismo, pero Lin Xinyan estaba preocupada.
—Subiré contigo.
-No, no es como que nadie me siga. -Señaló a los guardaespaldas que estaban detrás suyo.
Al no saber el paradero de He Ruize, Zong Jinghao estaba preocupado de que pudiera volver a hacerles daño a los niños y a Lin Xinyan. Por ello, pidió a los guardaespaldas que los siguieran todo el tiempo.
-Por favor, señora, vinimos desde la ciudad B para encontrarte. ¿En serio quieres dejarnos solos? —Su Zhan miró ofendido a Lin Xinyan-, Ya que no escatimé en esfuerzos para traer a la señorita Qin, voy a brindar por ti, ¿de acuerdo?
Lo que quería decir era que deberían brindar por él, pero era la esposa de Zong Jinghao y no se atrevió a pedirle que brindara por él. Entonces, cambió sus palabras y él mismo propuso brindar por ella; por su parte, Lin Xinyan, miró a Su Zhan y tomó la copa de vino que le dio, miró a los demás y dijo con una sonrisa: -Brindo por todos ustedes. Gracias por cuidar de la gente que me rodea durante mi ausencia.
Bebió la copa de vino blanco fuerte, haciendo que su garganta ardiera cuando lo engulló; acto seguido, frunció el ceño, puso la copa abajo y dio un sorbo de agua natural para aliviar el malestar. Su Zhan parpadeó.
-Es muy buena bebiendo, señora. Yo también beberé el mío.
Después de beber el vino, Lin Xinyan pensó en sus hijos y dijo:
—Ustedes disfruten. Yo subiré primero.
Su Zhan la detuvo.
-Es lo que crees que es. Zong Jinghao y yo no somos tan unidos como aparentamos.
Su Zhan y Shen Peichuan se vieron el uno al otro. «¿En serio ve nuestras cuáles son nuestras intenciones?» El par de hombres dejaron de verse de manera discreta y
fingieron no haber entendido lo que dijo.
—Señora, ¿qué está diciendo? El destino entre ustedes dos está predestinado, así que ambos son la pareja perfecta.
—Claro que hay un destino entre nosotros, pero en cuanto a lo demás, no estoy muy segura. —Lin Xinyan sonrió.
En efecto, el destino los unía en un matrimonio concertado desde la infancia.
-¿Todavía estás enojada por divorciarse de ti? -preguntó con cautela Su Zhan; de pronto, cambio el tono y dijo con razón—: Si fuera yo, también estaría enojado. Jamás le perdonaría haberse divorciado de mí por otra mujer. -Pronto, su tono se volvió suave otra vez-. Pero puedes darle una oportunidad por el bien de tus hijos.
Lin Xinyan le dio un sorbo al vino. «No entienden las peripecias.» No era el divorcio lo que hacía que Lin Xinyan no lo aceptara de todo corazón; a fin de cuentas, no se querían en ese momento y solo estaban unidos por un acuerdo de sus padres. Era solo que no estaba segura si la amabilidad de Zong Jinghao hacia ella, era por sus dos hijos. No estaba segura si en verdad lo quería y de ser así, tampoco estaba segura de cuánto lo quería.
—A partir de ahora, espero no vuelvan a hacer esto o, de lo contrario, me enfadaré la próxima vez. -No le gustaba que otros juzgaran su relación romántica.
Shen Peichuan miró con furia a Su Zhan, pues este último le contó que había notado un ambiente extraño en la relación de Lin Xinyan y Zong Jinghao. Entonces, Su Zhan tuvo la idea de resolverlo todo emborrachándola y enviándola a la cama de Zong Jinghao. Sin embargo, ella se dio cuenta de sus intenciones.
Su Zhan se rio con torpeza y murmuró en voz baja:
—Las mujeres inteligentes no son agradables.
—No obliguen a beber a Qin Ya. Iré a ver a Xichen y a Ruixi.
Como Lin Xinyan dejó todo claro, Su Zhan no se atrevió a molestarla otra vez y solo pudo ver cómo se alejaba. Fue hasta ese momento que Qin Ya se dio cuenta de que Su Zhan había estado haciendo beber a Lin Xinyan, pero no sabía la razón de esto.
-No es muy bueno que haga esto. -Qin Ya miró fijo a Su Zhan—. Es muy bajo de su parte que un hombre haga que una mujer beba a propósito. Por fortuna, la Srta. Lin es inteligente y se dio cuenta del truco.
Su Zhan se sintió agraviado. «Solo estoy ayudando a mi amigo y, aun así, esta chica se atreve a criticarme.» Entonces, jaló la silla y se sentó a un lado de Qin Ya.
-¿Tú qué sabes, eh? ¿Cómo te atreves a criticarme?
Se acercó aún más a ella adrede, lo que hizo que su aliento alcohólico llenara las fosas nasales de ella, haciéndola fruncir el ceño.
-¡Largo!
-¿A dónde? Este lugar es muy pequeño. -Su Zhan estaba a un lado de ella, mientras que acercaba la boca a su rostro.
Shen Peichuan sacudió la cabeza. Era obvio que estaba coqueteando con ella y como no quería ser un tercero en discordia, se levantó en silencio y se marchó del salón privado. Sin embargo, al ver que todos se iban, Qin Ya también quería irse, pero Su Zhan la detuvo.
-No te vayas. Quédate a beber conmigo.
—Estás loco. Suélteme.
Shen Peichuan cerró la puerta. «Puede que este mocoso termine casándose a fines de año.» De hecho, Qin Ya era muy buena, joven y hermosa.
Cuando Lin Xinyan subió, Lin Ruixi y Lin Xichen ya estaban dormidos. Se escuchaba el sonido del agua corriendo desde el baño y la puerta de cristal esmerilado quedó entreabierta; entonces, le dio un ligero empujón y esta se abrió.
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