Enamorándome de ti romance Capítulo 44

-¿Eh? —Lin Xinyan se dio la vuelta.

Sin darle ninguna explicación, Zong Jinghao se limpió las manos con lentitud, colocó la servilleta en la mesa, y después se puso de pie para caminar hacia ella.

-Vámonos a la oficina juntos.

Lin Xinyan estaba con la boca abierta. «¿Juntos? ¿Acaso escuché mal?»

-¿Es apropiado que lleguemos juntos?

Después de todo, nadie sabía sobre su relación y si las personas los veían llegando juntos a la compañía, era posible que corrieran los rumores.

-¿Qué es lo que te parece inapropiado? Estás casada. ¿Quién se atrevería a decirte algo?

La señora Yu intervino, pues pensaba que era bueno que él le pidiera irse juntos a la empresa. ¿Acaso ya está aceptándola? Después de todo, están casados, así que su relación debería ser cercana. Ella la obligó a irse con Zong Jinghao. Parecía un oficial de vigilancia, ya que no se metió a la casa hasta que vio que Lin Xinyan había entrado al auto de Zong Jinghao. Lin Xinyan forzó una sonrisa.

-La señora Yu, ¿no? Es muy ferviente.

Pero en lugar de responderle, Zong Jinghao preguntó:

—¿Tienes mucho miedo de que otros sepan sobre nuestra relación?

Lin Xinyan se desconcertó ante su pregunta. ¿Qué habría que temer? Revelar su relación no le haría ningún daño, sino todo lo contrario. Sería mejor para ella.

-Nuestro matrimonio no durará mucho porque es un trato y será problemático para ti si las personas de la compañía se enteran -dijo tranquila mientras miraba hacia abajo.

A pesar de su planificación, se sentía vacía y asustada, ya que no sabía hasta qué punto era cierta la respuesta que intuía. Si era falsa, ella solo lo vería como un malentendido, pero si era cierta, ¿podría este hombre aceptar a su hijo?

-¿Entonces dices que es por mi bien? -Una leve sonrisa se dibujó en las comisuras de su boca. Parecía que le había complacido su respuesta.

Empuñó las manos teniendo en mente un tren de pensamientos complejos.

-Supongo -dijo indecisa-. Después de que nos divorciemos, te casarás de inmediato con la señorita Bai, ¿cierto?

Cuando mencionó su nombre, la expresión de Zong Jinghao se tornó sombría. Giró la cabeza hacia un lado y le preguntó con una mirada agresiva:

-¿Estás poniéndome a prueba?

En efecto, Lin Xinyan quería comprobar si se casaría con Bai Zhuwei y también quería saber si le tenía un profundo cariño.

—Solo tengo curiosidad por saber sobre tu relación con la señorita Bai. ¿Qué si te estoy probando? ¿Es necesario que lo haga? ¿En qué me beneficiaría? —Lin Xinyan fingió estar calmada.

Zong Jinghao no le creyó, a pesar de que su explicación sonaba razonable. Tenía la sensación de que había otra intención detrás de sus palabras, pero no sabía cuál era en específico. Solo sabía que su intención le decía que tenía un propósito.

En ese momento, el auto ya estaba enfrente del edificio de la compañía. Por lo general, siempre estacionaba su auto en el estacionamiento subterráneo, pero esta vez lo estacionó arriba, en el estacionamiento al aire libre.

Lin Xinyan se bajó del auto y se hizo a un lado, esperando a que Zong Jinghao entrara primero que ella. Él la miró mientras que ella esbozaba una débil sonrisa.

-No me atrevería a causarte problemas.

—¿Cómo sabes que no estoy dispuesto a lidiar con esos problemas? -preguntó Zong Jinghao con un tono calmado, pero después cambió la mirada de sus ojos-. ¿Puedes leerme la mente?

Lin Xinyan se quedó sin palabras. Cuando vio llegar un auto negro, dio un paso atrás para distanciarse de él por completo. Zong Jinghao, por su parte, la miró con indiferencia, después se dio la vuelta y caminó hacia el edificio.

Zong Jinghao se dio la vuelta al escuchar el ruido y vio cómo Lin Xinyan se abalanzaba sobre él, así como Shen Xiuqing, quien empuñaba el cuchillo. Lin Xinyan se estrelló contra sus brazos, mientras que Shen Xiuqing les lanzó el cuchillo. En ese momento, recuperó la cordura. «¿Así es como voy a morir? No tuve tiempo de confirmar si él era el hombre de aquella noche y, por lo tanto, el padre de mi hijo.»

Por su mente pasaron muchas cosas del pasado: su madre, su hermano, todo lo bueno y lo malo, así como el bebé que ahora llevaba en su vientre. Era renuente, pues no quería y no estaba dispuesta a morir.

Cuando el cerebro decide, el cuerpo responde; así que, empujó a Zong Jinghao con ambas manos y trató de irse. Sin embargo, sintió como una presión la agarró con fuerza por la cintura, al mismo tiempo que su cuerpo chocó duro contra un fuerte y musculoso pecho. Sentía como la sujetaban con tanta fuerza que le impedía moverse.

Se arrepintió de haberlo hecho, pero ya no había nada qué hacer. Solo cerró los ojos con resignación. «Espero que el dolor no llegue tan rápido. Quiero vivir lo más que pueda.» Después, se escuchó un grito. Pasaron tres segundos y aún no sentía dolor. Abría los ojos con lentitud y cuando lo hacía, veía cómo Zong Jinghao la miraba con expresiones impredecibles en su rostro: impresión, estupefacción, y un ligero indicio de miedo y sorpresa. Era como si no esperara que lo bloqueara del peligro de forma tan imprudente. Una sonrisa se formó en sus ojos y dijo:

—¿Sabes lo que estás haciendo?

En ese instante, solo le preocupaba por qué no había dolor en su cuerpo. Al mirar hacia un lado, vio cómo Zong Jinghao atrapó, con la mano descubierta, la hoja del cuchillo que iba a clavarse en su cuerpo. Detuvo la punta del arma a solo unos centímetros de que se clavara en ella, mientras que la sangre roja y brillante se escurría de entre sus dedos.

Shen Xiuqing miró a Zong Jinghao con los ojos enrojecidos, pues estaba muy molesta porque no había podido apuñalarlo a morir.

-¡Quiero matarlos a ambos!

Parecía que Shen Xiuqing había sufrido una gran impresión, ya que sacó la hoja del cuchillo para atacar de nuevo. Parecía que no se iba a rendir hasta cumplir con su objetivo. Zong Jinghao frunció un poco el ceño.

-¡Me hicieron perder todo! ¡Quiero matarlos! —Se abalanzó sobre ellos de manera temeraria como una mujer desquiciada.

Zong Jinghao tomó a Lin Xinyan por la cintura, giró a un lado para esquivar el ataque de Shen Xiuqing y le dio una patada. Después de eso, los guardias de seguridad, encargados de la seguridad de la empresa, escucharon el ruido y fueron a detener a Shen Xiuqing, quien cayó al suelo de una patada. Dejó a un lado la imagen de una mujer de clase alta, luchó y armó un escándalo.

-Suéltenme o los demandaré por abusar de mí.

Durante ese tiempo, más gente comenzó a llegar al trabajo y, sin darse cuenta, había personas de pie alrededor de la entrada, causando revuelo. Parecían estar sorprendidos por esa farsa y afinaban los oídos para averiguar lo que estaba pasando.

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