Enamorándome de ti romance Capítulo 45

Zong Jinghao ni siquiera frunció el ceño después de haber resultado herido. Se limitó a colocar su mano lastimada detrás de su espalda y, a pesar de que tenía una expresión indiferente en su rostro, parecía no estar tan calmado como quería mostrarse y fijó sus ojos en Shen Xiuqing, quien seguía maldiciendo. La frialdad alrededor de las comisuras de boca crecía con intensidad.

-¿Qué haces ahí viendo al vacío?

De acuerdo a las órdenes recibidas, los guardias de seguridad sujetaron a Shen Xiuqing para arrastrarla. Parecía una lunática, pues rodó por el suelo mientras gritaba y mordió a los guardias de seguridad.

-Zong Jinghao, abusaste sexualmente de mi hija y, aun así, te niegas a hacerte responsable. ¡Te vas a ir al infierno! ¿Crees que puedes hacer lo que quieras solo porque eres rico? ¿Crees que no tienes que hacerte responsable solo porque eres rico? ¿Entonces puedes intimidarnos a los que no tenemos dinero ni poder?

Shen Xiuqing gritaba sin control alguno. Parecía estar muy lúcida, pues se quejaba de que Zong Jinghao la había intimidado y reprimido. Era una víctima. Sin embargo, todos pensaron que había gato encerrado cuando escucharon sus palabras.

«¿Zong Jinghao abusó de su hija?» Esta sí que era una noticia impactante, tanto que hasta los guardias de seguridad, quienes sostenían a Shen Xiuqing, querían escuchar más sobre lo que estaba ocurriendo, sin mencionar a los empleados de la compañía. Mientras tanto, ella se sentó en el suelo, sin ningún tipo de vergüenza, y empezó a llorar fuerte al mismo tiempo que se lamentaba.

-Mi vida es tan dura. Solo tengo una hija que otros arruinaron y, lo peor de todo, es que no hay lugar para expresarlo. ¿Acaso ya no existe la justicia? ¿Acaso otras personas pueden intimidarnos a nosotros los pobres y además ser merecedores de la muerte?

Cada vez más gente se reunía en la entrada y sus ojos recaían sobre Zong Jinghao, quien estaba ensombrecido por completo. Lin Xinyan se volteó para mirar su perfil, en el cual destacaban las venas azules. En el fondo, sabía que estaba muy enojado. A Lin Xinyan le hacía feliz el odio que él le tenía a Shen Xiuqing, pero ahora era evidente que alguien quería hacerlo quedar mal. Un escándalo que involucrara a una figura importante y poderosa sería el tema de entretenimiento para la gente común.

-Es una demente. ¿Por qué le permiten perturbar el orden aquí? Dense prisa y sáquenla de aquí —dijo de pronto Lin Xinyan con tono frío.

-¡Eres una demente!

Al parecer, las palabras de Lin Xinyan irritaron a Shen Xiuqing, pues se precipitó hacia ella cuando los guardias de seguridad estaban distraídos. Con una mirada de odio y retorcida en su rostro, dijo:

-¡Voy a matarte!

Lin Xinyan dio un paso atrás, asustada y solo escuchó un grito enfadado que decía:

-¡Cómo te atreves!

De nuevo la patearon, pero esta vez fue, incluso, más vergonzoso que la última, pues cayó al suelo de espalda. Los ojos penetrantes de Zong Jinghao recorrieron a los guardias de seguridad, quienes fallaron en contenerla.

—¿Qué están haciendo? ¿Quieren que los despida?

Los guardias de seguridad comenzaron a sudar frío. Su enorme descuido había hecho que Shen Xiuqing tuviera oportunidad de atacarlos. Esta vez, no se atrevieron a seguir perdiendo el tiempo, pues si lo hacían, serían despedidos.

—Llévenla a la estación de policía y digan que intentó asesinarme con un cuchillo.

Zong Jinghao estaba demasiado furioso y no tuvo piedad con ella, ya que la responsabilidad de apuñalar y matar con un cuchillo era muy diferente. Por su parte, los guardias de seguridad la agarraron (aún seguía actuando como una demente), la arrastraron hasta el auto y la enviaron a la estación de policía. Después de que la encerraran en el auto, sus gritos cargados de maldiciones fueron inaudibles por completo.

-Regresen a trabajar —dijo Zong Jinghao con un tono de voz frío, haciendo que la multitud se dispersara.

El hombre que entabló una conversación con Lin Xinyan se acercó a ella con discreción.

-No pensé que fueras tan audaz y te pusieras enfrente del señor Zong Jinghao.

Él también lo vio. Quería causar una buena impresión delante de Zong Jinghao, pero justo en ese momento Lin Xinyan se precipitó.

-Ahora necesito interactuar más contigo. Seguro el señor Zong te prestará más atención de ahora en adelante; después de todo, arriesgaste tu vida para evitar que el cuchillo lo lastimase. —El hombre era un poco envidioso.

Solo hasta entonces, Lin Xinyan entendió lo que quería decir. «¿Piensa que lo hice con la intención de ganarme su aceptación?» Pero ella sabía que no era así. Después miró la mano herida de Zong Jinghao mientras se preguntaba qué tan grave era. Nunca pensó que fuera a atrapar la hoja del cuchillo con su mano desnuda.

«¡Debió haber dolido mucho!»

-¿Cómo te llamas? -preguntó de repente el hombre.

—Un Xinyan -respondió de manera distraída.

-¿Estás libre esta noche? Vayamos a cenar juntos. Si quieres te espero al salir del trabajo.

«¿Eh?» Lin Xinyan volteó a ver al hombre. «¿Me está invitando a salir? ¿Es en serio? Nos acabamos de conocer.» Lin Xinyan estaba perpleja.

-Yo...

-Tú, ¡ven conmigo! -El rostro de Zong Jinghao se ensombreció.

«¿Está ligando con ese hombre enfrente de mí? ¿Qué nunca le da vergüenza?»

Se escuchó el sonido en el elevador que indicaba que habían llegado al piso marcado; entonces, las puertas se abrieron con lentitud. Zong Jinghao salió de él con Lin Xinyan por detrás. De pronto, vio que la herida de su mano tenía sangre, pero no pudo ver muy bien la herida. Cuando vio que estaba a punto de entrar a su oficina, Lin Xinyan aceleró el paso para alcanzarlo.

-Mmm, ¿puedo limpiarte la herida?

Zong Jinghao no dijo nada y solo se quedó quieto en la puerta de su oficina. Al parecer, Lin Xinyan entendía su lenguaje corporal y se apresuró a abrir la puerta de su oficina. Pensó en el botiquín que se encontraba en la bodega de emergencias y dijo: -Traeré el botiquín médico.

Zong Jinghao esbozó una ligera sonrisa cuando se dio la vuelta y la vio ir por el botiquín. Zong Jinghao estaba sentado en el sofá con la mano herida en su rodilla cuando ella regresó con el botiquín. Para ese momento, la sangre en su mano se había coagulado. Se acercó, colocó el botiquín en la mesa de café y lo abrió para sacar desinfectante y gasas.

—La medicina que hay aquí es limitada; así que, en caso de ser grave, tienes que ir al hospital -dijo mirando hacia abajo.

Estaba hablando, pero ya estaba preparada. No pensaba en nada más, pues tenía toda su atención en la herida. Al sostener su mano, la vio con claridad. Esta atravesaba toda la palma. Habría perdido mucha sangre, de no ser porque apretó su puño para aplicar presión a la herida.

Lin Xinyan dijo en voz baja y con las manos un poco

temblorosas:

-Puede que te duela un poco. Trata de soportarlo.

Tomó un algodón empapado de alcohol para limpiar la sangre de su mano y no se asustó, a pesar de que no lo había hecho antes, sino todo lo contrario, se mostró tranquila, seria y cuidadosa.

Zong Jinghao levantó la vista y se quedó mirando a la mujer que tenía cerca. Ella miraba hacia abajo mientras él veía sus rizadas pestañas y sus ojos parpadear, las cuales rozaban de manera suave su corazón como si de plumas se trataran.

-¡Ay!

—¿Te lastimé? Lin Xinyan se encontró con sus ojos cuando levantó la vista.

La distancia entre los dos era tan cercana que hasta sus respiraciones se entrelazaban, haciéndolos imposibles de distinguir. La respiración de Zong Jinghao era un poco pesada, y de vez en cuando soplaba el cabello de su

clavícula.

—Alivias mi dolor.

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