La embarazada se resbaló y por poco cae del edificio, causando que las personas debajo gritaran. Solo había una delgada línea entre la vida y la muerte. La suegra de la mujer también estaba impactada, mientras estaba sentada ahí llorando. La mente de Lin Xinyan se puso en blanco por un instante, mientras se congeló; poco después, recobró la compostura y dijo:
—Si bajas, te daré el dinero que usaste para comprar la casa.
-No trates de hacerme bajar de aquí con una mentira. No te creeré. —Era claro que la embarazada no le creyó.
-No estoy mintiendo, en verdad te lo daré. ¿No piensas en el bebé en tu vientre? —Lin Xinyan continuó persuadiéndola.
Parecía que habían tocado el punto débil de la embarazada, mientras se agitaba un poco.
—Es por eso que estoy aquí ahora. ¿Crees que es fácil para nosotros comprar una casa? Utilicé todos mis ahorros solo para tener un hogar seguro, pero, ¿cómo me atrevería a dejar a mi hijo vivir en una casa en ruinas? ¡Estaremos preocupados todo el tiempo de que colapse y nos aplaste hasta la muerte!
Lin Xinyan sabía lo que le importaba, lo que le preocupara y lo que temía; por lo tanto, empalizaba con ella.
-Sé que solo quieres darle a tu hijo un lugar el cual llamar hogar. Lo entiendo muy bien. Siempre y cuando estés dispuesta a bajar, te daré el dinero como prometí.
-¿Por qué debería creerte? ¿Qué tal si bajo y te rehúsas a dármelo? -La embarazada se rehusaba a darse por vencida.
-No te mentí, soy la hija de Lin Guoan. No te mentiré. -Lin Xinyan frunció sus secos labios.
—¿Es ella la hija del especulador, Lin Guoan?
-Deberías pagar las deudas de tu padre; regresa mi dinero.
—¡Regresa nuestro dinero!
De inmediato rodearon a Lin Xinyan.
-¡Regresa nuestro dinero! ¡Regresa nuestro dinero!
Un agitado hombre acercó la mano para agarrar a Lin Xinyan. Zong Jinghao reaccionó rápido poniendo su brazo alrededor de la cintura de Lin Xinyan para acercarla a él, mientras miraba con frialdad al hombre que extendió su mano.
El hombre estaba sorprendido; al instante su arrogancia disminuyó.
—Uno debería pagar sus deudas. Su padre tomó el dinero que nos ganamos con esfuerzo y se rehúsa a aparecer así que ella tiene que pagarnos.
—Es cierto. Debería pagar las deudas de su padre. Si su padre no aparece, ella tiene que regresarnos el dinero. — Alguien estuvo de acuerdo.
Poco después, todos estuvieron de acuerdo con sus palabras, que se abalanzaron hacia delante, haciendo que toda la escena se descontrolara. Los rescatistas salvaron a la embarazada en el edificio, aprovechándose de la distracción. Cuando Cuan Jing llegó con sus hombres, Zong Jinghao y Lin Xinyan estaban rodeados en el medio y no podían salir.
Para su fortuna, llegó con sus hombres. Con la ayuda de los rescatistas, se las arreglaron para encontrar una salida de entre la multitud. Los hombres que Cuan Jinghao trajo abrieron el camino, mientras que Lin Xinyan salía de la multitud bajo la protección de Zong Jinghao. Entraron al área de oficinas del Grupo Lin, bloqueando a las personas de afuera de la puerta. Los rescatistas ayudaron a la embarazada a bajar. Cuando pasaron por el vestíbulo, vio a Lin Xinyan a través de la puerta de cristal y de pronto se deshizo de los rescatistas para acercarse.
-Dijiste que me pagarías.
Guan Jing y los guardias de seguridad la detuvieron afuera. No podía entrar, así que solo podía gritarle sin control a Lin Xinyan.
-Dijiste que me darías el dinero. Si me mientes, te irás al infierno. Aquellos que hacen dinero sin consciencia irán al infierno.
—Échenla. —Zong Jinghao frunció el ceño antes de hablar con frialdad.
Guan Jing estaba a punto de hacerlo cuando Lin Xinyan lo detuvo.
-Espera un minuto. —Volteó a ver a Zong Jinghao—. Sé que piensas que soy estúpida. Después de darle el dinero, habrá incontables problemas después, pero si uno no es forzado a la desesperación, no se burlaría de la vida. Ella solo quiere un hogar, darle a su bebé un hogar. Para su mala fortuna, conoció a mi papá. Justo como ella lo dijo, si no cumplo mi promesa, no podré descansar porque entiendo cómo se siente...
«Entiendo su deseo de darle a su bebé un hogar.» Eso era porque ella también pensó en darle a su bebé un hogar perfecto, a pesar que sabía que estaba fuera de su alcance, e incluso inalcanzable para toda su vida. Ella era muy débil y delgada como si una ráfaga de aire se la fuera a llevar. Pero sus claros y brillantes ojos lucían tan determinados en ese momento; era la clase de determinación que él nunca había visto antes. Estuvo aturdido por un momento.
-vale el dinero -le dijo a Guan Jing, con los ojos sobre Lin Xinyan.
Guan Jing entendió y miró a la embarazada.
-¿Todavía tienes dinero? -De repente Lin Xinyan rugió de rabia—. Si no pagas el dinero para restaurar tu reputación, nadie podrá salvarte. ¡Es tu decisión!
Lin Xinyan estaba resuelta. Zong Jinghao la miró con admiración en su corazón. En una sorpresa, pensó en algo. «Si Lin Guoan tuviera suficiente inteligencia, debería tranquilizar a las personas primero para evitar que la situación empeorara, después encontrar maneras de recaudar dinero y tal vez el Grupo Lin podía todavía ser revivido».
Después de dejar el Grupo Lin, Zong Jinghao regresó a la compañía, mientras que Lin Xinyan regresó a la residencia y no fue a trabajar ese día. Zong Jinghao le pidió que regresara a descansar porque no se veía bien. Lin Xinyan se sentía cansada, pero no pudo dormir después de recostarse en la cama. Su cabeza daba vueltas, pensó muchas cosas, pero no tenía ninguna pista, así que se levantó y fue con la señora Yu, que estaba limpiando las puertas y ventanas.
—Le ayudaré.
La señora Yu hizo gestos con la mano.
-Está bien, alguien vendrá a ayudar más tarde.
Cada semana, un grupo de personas llegaban a hacer una gran limpieza: cortaban el césped y las plantas del jardín, también limpiaban los lugares de la casa que ella no podía limpiar seguido. Ella sola no podía mantener limpia una residencia tan grande a la perfección. Era una persona diligente y no podía soportar estar desocupada. El personal especializado limpiaba los cristales de las puertas y las ventanas, porque había muchos lugares que ella no podía limpiar, mientras que el personal profesional podía limpiarlos.
La señora Yu empujó a Lin Xinyan al sofá, después lavó sus manos y preguntó:
-¿Qué fruta quiere comer? La lavaré por ti.
-Manzana -dijo Lin Xinyan de manera casual.
-Está bien. -La señora Yu se dirigió a la cocina.
Lin Xinyan se acurrucó en el sofá de la sala de estar, mirando a la ventana de la sala que iba desde el techo hasta el suelo; había espuma blanca de la limpieza que hizo la señora Yu, y estaba deslizándose por el cristal.
Estaba perdida en sus pensamientos. De pronto, el teléfono en su bolsillo sonó. Al sacarlo, sintió como su corazón se detuvo por un segundo después de ver que la llamada era de He Ruize. «¿Se enteró de lo que sucedió?»
Sin saberlo, contestó a la llamada mientras temblaban sus manos.
-¿Hola?
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