«¿Qué? ¿Lin Xichen fue secuestrado?» Lin Xinyan se detuvo de pronto. Sus movimientos eran demasiado rápidos y el cajón le raspaba la pierna, pero ella no sentía nada de dolor; ella solo estaba preocupada por la salud de su hijo. La tensión y el miedo inundaron su mente. Por lo regular el niño se veía más maduro que el resto de los niños, pero seguía siendo un niño después de todo.
Salió a prisa de LEO y se subió en el auto, casi acelerando. Cuando vio una luz roja en camino, agarró el volante con fuerza, deseando no detenerse. Habían pasado 20 minutos cuando llegó a la estación de policía. Lin Xinyan fue llevada a la sala de interrogatorios por un oficial de policía. Zong Jinghao y Lin Xichen estaban sentados uno frente al otro. El pequeño no estaba asustado de la mirada despiadada de Zong Jinghao en absoluto.
-Niño, dime, ¿por qué te secuestraría? -Él miró al niño que lucía muy joven, pero muy tranquilo en aquel momento.
A pesar de que lo había incriminado, Zong Jinghao había admitido que este niño era muy listo. Tenía curiosidad por saber quiénes eran sus padres y como es que había tenido un niño tan excelente. Lin Xichen permaneció en silencio con los brazos cruzados en su pecho, mientras insistía en que Zong Jinghao lo había secuestrado.
Una vez que entró en la habitación, Lin Xinyan miró a su hijo y se apresuró a abrazarlo con fuerza, después lo revisó y le preguntó ansiosa:
-¿Te lastimaron?
Lin Xichen sacudió la cabeza.
-No te preocupes mamá, estoy bien.
—¿Bien? Te secuestraron, ¿cómo puedes estar bien? ¿No eres un niño listo? ¿No te he dicho que no puedes hablar con extraños y no debes comer lo que ellos te dan? ¿Por qué te secuestraron?
«El amor duele.» Esa oración podía usarse para describir a
Lin Xinyan ahora, pues muy rara vez le hablaba con severidad a su hijo, pero estaba muy asustada por el incidente. Los ojos de Lin Xichen estaban rojos y él alcanzó el rostro ansioso de su madre.
-Lo siento mami, no quería que te preocuparas.
El corazón de Lin Xinyan se ablandó y ella lo abrazó con fuerza, enterrando su rostro en sus brazos.
-Te estoy regañando porque estaba preocupada por ti.
—Lo sé. —Después miró al hombre que lo estaba mirando en ese momento-. Él haría lo mismo si tuviera que hacerlo.
Lin Xichen suspiró. Esta vez, Lin Xinyan también se había calmado. «¿Quién es el bastardo que se atrevió a secuestrar a mi hijo?» Ella bajó a su hijo y se puso de pie.
—Oficial...
Antes de que ella pudiera continuar, miró al hombre sentado frente a la mesa con las manos esposadas y su corazón dio un vuelco. ¿Por qué él estaría aquí?
-Tú...
Lin Xinyan estaba confundida. «¿Qué había pasado exactamente?»
Zong Jinghao repasó la mirada sobre Lin Xinyan y el pequeño, percatándose que de verdad se parecían. «¿Es su hijo?»
Después de algunos cálculos, pensó que su hijo tendría esta edad.
—Él secuestró a su niño, señora —le dijo el oficial a cargo a Lin Xinyan.
«¿Qué? ¿Zong Jinghao se robó a mi hijo?» Lin Xinyan parecía entender algo, así que se dio la vuelta para mirar a su hijo. Lin Xichen bajó rápido la cabeza y miró sus pies. Mientras tanto, Chen Hao, el encargado de la sucursal en otra ciudad del País A, se apresuró con un abogado.
—Señor Zong, el abogado ya había hablado con la policía y el asunto se resolverá pronto.
Cuando él recibió la llamada, su mandíbula casi se fue al suelo. ¿Secuestrar a un niño? ¿Zong Jinghao tiene algún pasatiempo especial? Él había estado a cargo de la policía por muchos años antes y hasta donde él sabía Zong Jinghao no era un pedófilo.
—Sr. Zong, ¿qué está sucediendo? ¿Cuál niño secuestró? -Chen Hao en verdad quería saber qué clase de niño podía atraer la atención de Zong Jinghao como para hacer que lo secuestrara.
Lin Xichen apretó sus manos con fuerza y de pronto gritó:
—¡Él es un patán! ¿Por qué tuve que venir a la policía para atraparlo? -Eso la había tomado por sorpresa. «¿De qué está hablando?» La dominante y pequeña mano del niño limpió la boca de Xinyan-, Yo no quería que te besara. Él es un mal tipo, es un bastardo. ¡Él molestó a mi mami, así que voy a enseñarle una lección!
Cuando Zong Jinghao salió de la estación de policía, escuchó una serie de comentarios que Lin Xichen decía sobre él. Era la primera vez que escuchaba a alguien regañarlo de ese modo.
—Espérame en el auto. -Zong Jinghao bajó los escalones -. Niño.
Lin Xinyan abrazó a su hijo entre sus brazos y lo observó con cuidado.
-Él aún es un niño, y tú estás bien, así que solo perdónalo.
Zong Jinghao se rio.
—Ese niño me dio el susto de mi vida, ¿y aun así quieres que lo deje pasar como si nada?
Lin Xinyan retrocedió por instinto ya que quería mantenerse alejada de ese hombre.
-¿Qué es lo que quieres?
Molesto, Lin Xichen observó al hombre con una mirada asesina tan fuerte que podía matarlo. Zong Jinghao no estaba molesto. Él se acercó dos pasos y estiró su mano para toar la cara del niño y fastidiarlo. Lin Xichen giró su cara de modo que aquella mano no tocó su cara y se quedó en el aire por un rato.
Luego retiró su mano con naturalidad deslizando los dedos sobre la mejilla de Lin Xinyan, mientras bromeaba:
—Pagarás por lo que él hizo.
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