«¡Qué bastardo!» Lin Xichen le miró con tanta fuerza que casi se le salen los ojos de la cabeza. Zong Jinghao soltó una risita; al ver al niño molestarse, se alegró sin explicación. Lin Xinyan se alejó de su mano, se subió al auto con Lin Xichen y se fue. Parecía nerviosa, mientras Lin Xichen miró hacia afuera e hizo una mueca de asco a ese bastardo.
Zong Jinghao frunció el ceño. «¡Pero que niño!».
Chen Hao se acercó y miró al auto alejándose.
—¿Nos vamos?
Zong Jinghao se quitó el traje, se lo lanzó a Chen Hao y caminó hacia el auto. Mientras sostenía el atuendo, Chen Hao hizo un mohín, pero no se atrevió a quejarse y lo siguió aprisa. Sentado en el auto, Zong Jinghao se frotó el espacio entre las cejas y no pudo evitar sonreír cuando recordó el momento en el que apareció Lin Xinyan.
Chen Hao, que estaba conduciendo, lo miró por el espejo retrovisor, ardiendo de curiosidad. «¿Quién es esa mujer que en verdad hace sonreír a Zong Jinghao como un loco enamorado? Demonios, es tan extraño.»
—Señor Zong, ¿le gusta esa clase de mujer? —Chen Hao en verdad tenía curiosidad.
Es mujer era atractiva, pero tenía un hijo grande e incluso él coqueteó con ella.
«¿Le gustan las mujeres casadas? Las mujeres jóvenes casadas eran atractivas, pero no puede conseguir una que haya dado a luz a un niño, ¿cierto? ¿Qué tal si tiene esposo? ¿Será el tercero en discordia y el amante de esa mujer?»
Entre más lo pensaba, más quería reírse, emocionado solo con imaginar la escena.
-¿Qué clase? -Zong Jinghao levantó lento la mirada y habló con tono neutro.
—La clase de mujer que tiene hijos... —Chen Hao se detuvo a mitad de la oración y sonrió disculpándose-. Solo son encantadoras las que tienen hijos. Mire a su hijo; ella no debe haberse hecho cirugía plástica.
Al escuchar las palabras «tienen hijos», Zong Jinghao se molestó sin razón y jaló su cuello.
-¡No te haría daño quedarte callado!
Chen Hao se apresuró a guardar silencio y de vez en cuando miraba al malhumorado hombre por el retrovisor. Antes estaba feliz, pero ahora se había enojado de pronto. «¿Acaso no podemos tener una charla alegre?»
Chen Hao reservó una habitación de hotel para que Zong Jinghao se quedara por una noche. Él se revolvió y dio vuelta, mientras la imagen de la mujer llenaba su mente. No podía dormir. Ella en verdad había cambiado; antes, se veía como una mujer pura y gentil, pero ahora era segura en su hablar y en sus modales, en especial cuando hablaba de su profesión. Su manera de hablar era encantadora sobre todo.
Era solo que, él se preguntaba, si había alguien en su vida ahora después de vivir ahí todos esos años.
Entonces, sacó su teléfono para llamar a Guan Jing y pedirle que averiguara como había sido la vida de Lin Xinyan en los últimos años y si había alguien en su vida. Las siguientes llamadas fueron todas sobre Lin Xinyan.
«¿Está tentado?» Pensó Guan Jing en silencio. «¿Cuándo se preocupó tanto por una mujer? Nunca se ha preocupado tanto por Bai Zhuwei, ahora He Ruilin. En los últimos años, se ha convertido cada vez más indiferente, y ahora de pronto se emocionó por una mujer que desapareció hace mucho tiempo. Sería irreal decir que no siente algo por ella.»
Guan Jing no lo comprendía. Aunque la mujer y él estaban casados, el tiempo que pasaron juntos no era mucho. ¿Por qué sentiría algo por ella? No podía descifrarlo, pero nadie podía contestarle.
Tan pronto como Zong Jinghao colgó el teléfono, recibió una llamada del señor Zong. Sabía la razón de la llamada, incluso antes de contestar; entonces, parpadeó y bajó la mirada para esconder sus pensamientos. En lugar de la gentileza que tenía al pensar en Lin Xinyan, la reemplazó con frialdad antes de contestar la llamada.
-¿Qué sucedió entre tú y Lin? Dijo que quieres cancelar el compromiso...
-Deberíamos hablar cuando regrese. -Zong Jinghao miró por la ventana con los ojos pesados.
Por eso no podía quedarse y en su lugar, le pidió a Guan Jing vigilar a Lin Xinyan. El compromiso no solo era casarse con alguien, sino la unión entre las familias He y Zong por matrimonio. Las noticias del compromiso se habían estado esparciendo y ahora él quería cancelar el compromiso. Necesitaría explicarle tanto a la familia He como a su familia, así que al día siguiente regresó a China.
Guan Jing fue al país A a investigar a Lin Xinyan. Fue el conductor quien fue a recoger a Zong Jinghao. El viaje de varias horas no lo hizo sentir cansado, así que le pidió al conductor que lo llevara a la mansión de la familia Zong. El auto pronto se detuvo frente a una mansión, que parecía solemne y reservada. El vasto jardín, la gran entrada, las ventanas de arcos redondos y la piedra angular retrataban su gracia y lujo.
-¿Cómo puedo no enojarme? -El rostro de Zong Qifeng estaba sombrío.
—Jinghao, deberías hacerle caso a tu padre en esta ocasión. -Yuxiu trató de convencerlo.
-¿Quién eres para decirme eso? -Zong Jinghao se burló, su voz se volvió aún más fría.
El rostro de Yuxiu adoptó una expresión de horror.
-Es mayor que tú. ¿Cómo le puedes hablar así? -Zong Qifeng golpeó el reposabrazos y se puso de pie, suspiró y se estiró para tomar la mano de Yuxiu—. Perdón por todos estos años de sufrimiento que atravesaste.
Zong Jinghao se puso de pie, sin querer ver la muestra de amor entre su padre y esa mujer, tomó su saco del sirviente y habló de espaldas a Zong Qifeng.
-Lidiaré con la familia He.
Después, se fue.
-¿P-Por qué todavía es tan tenaz? ¿Aún es joven? ¿Por qué no sabe de la gravedad de eso?
-Tal vez no le gusta la hija de la familia He. -Yuxiu suspiró con debilidad.
-No. —Zong Qifeng no lo pensaba—. Ya había accedido antes.
Yuxiu lo pensó y estuvo de acuerdo. Él ya había accedido antes, pero cambió de opinión cuando estaba a punto de comprometerse.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Enamorándome de ti