Enamorándome de ti romance Capítulo 75

No era una gran casa, pero la decoración le daba un aspecto hogareño. Había una mesa rectangular en el comedor, donde aquella familia de cuatro solía sentarse. La atmósfera en la mesa era sofocante, pues Zhuang Zijin no estaba de acuerdo con que Lin Xinyan regresara y la había condicionado con que, si regresaba, debía casarse con He Ruize.

La única que no sabía nada era la pequeña e ingenua Lin Ruixi, quien se sentó en el regazo de su madre, deseando que le diera de comer.

-Mami, quiero natilla de huevo -dijo Lin Ruixi, apuntando a la suave natilla con su pequeño dedo.

Lin Xinyan tomó una cucharada de la misma y la metió en la boca de su hija. Lin Xichen estaba como un adulto frustrado y miraba a su ingenua hermana, suspirando. Lin Xinyan agarró algunos vegetales para darle.

-Los niños no deben fruncir el ceño. -Lin Xichen suspiró de nuevo. «¿Por qué este niño suspira más, aún después de que le dije que no lo hiciera?»—. Lin Xichen, por favor, compórtate.

A pesar de que Lin Xinyan lo estaba reprimiendo, no tenía una mirada seria; no podía soportar regañar a su hijo de una manera tan severa.

-¿Todavía estás de humor para comer más? -replicó Lin Xichen, aún más preocupado que Lin Xinyan-, ¿Qué vas a hacer con tu trabajo si no convences a la abuela?

-Los niños no deberían preocuparse por asuntos de adultos, solo deben comer y estudiar bien. Eso es lo que deberías hacer. -Zhuang Zijin sirvió un tazón de sopa-. Come y no metas las narices en cosas de adultos.

No obstante, Lin Xichen no estaba de acuerdo con lo que le dijo su abuela.

-Yo soy parte de esta familia y tengo derecho a opinar. Abuela, mami, hay que levantar las manos para hacer una votación.

-¿Quién crees que le haya enseñado a este niño a hablar de esta manera? —Zhuang Zijin no sabía si llorar o reír.

Lin Xichen tenía muchas ideas en su pequeña cabeza.

-Levanten la mano para votar -repitió el niño con firmeza.

—¿En serio quieres regresar?

Lin Xinyan se dio cuenta de que su hijo parecía estar muy insistente en volver. La sorprendió la actitud de Lin Xichen porque ella pensaba que sus hijos se habían acostumbrado a la rutina de allí y que no querrían ir a otro lugar.

-La ciudad natal de mi mami, también es la mía, solo quiero ver cómo es ese lugar -dijo Lin Xichen con una expresión seria.

A pesar de que Lin Xinyan quería decir que sí, también pensó en cómo haría sentir eso a Zhuang Zijin, así que no lo hizo. Lin Xichen era listo; sabía que su madre quería ser respetuosa con su abuela y que esta tenía la última palabra en ese asunto. Entonces, bajó su cuchara y corrió al lado de Zhuang Zljln, jaló de su manga y la sacudió con suavidad.

-Abuela, mi increíble abuela, solo di que sí. —Pero Zhuang Zijin no accedió. Lin Xichen seguía haciéndose el simpático y con un tono de voz lindo y suave, le rogó a su abuela—. Abuela, abuela, mi increíble abuela.

-Abuela, abuela, mi increíble abuela -Lin Ruixi imitó a su hermano.

Las voces de los niños sonaban dulces, eran lindas y delicadas como las de los bebés. El corazón de Zhuang Zijin se derritió al escucharlos. Si se negaba, sentiría que debía disculparse con sus nietos.

-Haremos una votación levantando las manos —dijo Zhuang Zijin.

—Levante la mano el que quiera regresar. —Lin Xichen fue el primero en hacerlo—. Mami.

Lin Xinyan no se movió y Lin Xichen le guiñó un ojo, luego volteó a ver si Zhuang Zijin estaba molesta, pero cuando vio que no, levantó la mano.

—Ruixi...

-Sin sobornos -Zhuang Zijin interrumpió a Lin Xichen.

Lin Xichen hizo una mueca y miró a su hermana, quien ya había alzado la mano; ella veía todo aquello como un juego, pues como vio que su madre y su hermano estaban levantando las manos, ella también quería hacerlo. Eran tres contra uno. Zhuang Zijin perdió, pero no estaba enfadada; en vez de eso, dijo con voz solemne:

-De verdad no sé si esta sea la decisión correcta.

—No te preocupes, abuela, yo protegeré a mi mami —le garantizó Lin Xichen mientras se daba unos golpes en el pecho.

Zhuang Zijin acarició la cabeza de su nieto y suspiró. Al fin y al cabo, todavía era un niño, ¿qué podía saber él? No obstante, era un hijo filial, lo cual era algo digno de atesorar.

—¿Te agrada mucho tu maestro? —preguntó Lin Xinyan.

-Claro que sí -respondió Lin Xichen sin dudarlo un segundo.

Y entonces, Lin Xinyan le dio unas palmadas en la cabeza. En ese momento, el teléfono que estaba en la mesa de noche comenzó a sonar; como Lin Xichen estaba cerca del teléfono, lo agarró y se lo dio a su madre.

-Mami, te llaman.

Ella se estiró para agarrar el teléfono y vio en la pantalla el nombre de LEO, la única persona que podía estar llamando era la señora William.

En aquella época, aunque Lin Xinyan tenía su certificado de graduación, no tenía experiencia laboral y por ende, no habría podido entrar a una empresa como LEO. La señora William le había dicho que se veía a sí misma de joven en Lin Xinyan y por eso la acogió; fue por esa misma razón era que ella tenía la oportunidad de estar donde estaba ahora. Lin Xinyan sentía el máximo respeto por la señora William.

—Ya hice todos los arreglos para que Qin Ya regrese primero. Ella hará lo mismo por ti allá, solo necesitas regresar.

—Entiendo.

Lin Xinyan arropó a sus hijos con las sábanas y luego caminó hacia la ventana; afuera reinaba la oscuridad, pero en su corazón había luz. Era como lo que Zong Jinghao había dicho: «¿A qué le temía si ya lo había dejado ir?»

Lin Xinyan enderezó su espalda. Tenía una carrera y sus hijos estaban creciendo bien; además, la enfermedad mental de Zhuang Zijin estaba bajo control. Todo iba bien. Después de todo, vivir en otro lugar resultaría lo mismo.

-Lin, ¿me odias? -preguntó la señora William después de un largo silencio.

-No -respondió Lin Xinyan con honestidad.

Lin Xinyan nunca había estado disgustada, solo estuvo confundida al principio por la razón del porqué la señora William rompió su regla y, aun así, después de saber su historia con su difunto esposo, era imposible disgustarse.

La señora William suspiró, como si quisiera decir algo más, pero no lo hizo, y en vez de eso, solo colgó el teléfono.

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