Enamorándome de ti romance Capítulo 77

Lin Xichen miró hacia atrás y vio al hombre que estaba de pie junto al lavabo, quien se estaba limpiando las manos de una forma elegante.

-No eres lo bastante alto, ¿eh? -dijo el hombre y levantó la vista con desgana.

Lin Xichen inclinó la cabeza hacia arriba. No se comparaba con él en cuanto a la altura, pero no podía permitirse dejar de tener una fuerte presencia.

-No voy a orinar.

No iba a admitir enfrente de ese despiadado hombre que no era lo bastante alto para alcanzar el mingitorio para orinar. Zong Jinghao arrojó al basurero la toalla de papel con la que se estaba limpiando las manos y miró al niño.

—¿Estás seguro de que no necesitas mi ayuda?

-No -dijo Lin Xichen con la cabeza en alto.

-Claro.

Zong Jinghao se enrolló la manga, mostrando la parte superior de su musculoso brazo y una de sus manos estaba metida en su bolsillo; miró el mingitorio y luego observó la altura de Lin Xichen.

-Eres obstinado.

Lin Xichen arrugó los labios, tenía la frente llena de sudor y estaba temblando. No podría retener la orina por mucho más tiempo, pero ni así admitiría que necesitaba ayuda en frente de ese desalmado hombre y, mucho menos, le pediría ayuda. Por tanto, hizo lo mejor que pudo por soportarlo.

Zong Jinghao levantó una ceja y se apoyó en el espejo que estaba junto a él; quería ver por cuánto más podría aguantar ese chico. En definitiva, su pequeño cuerpo albergaba una personalidad determinada.

-¿Puedes decirme por qué eres hostil conmigo?

Lin Xichen se enojó más. Ese hombre no quería a su madre y todavía se atrevió a besarla. No tenía derecho de hacer eso. Él quería buscar a un hombre mucho mejor que Zong Jinghao para ella.

-Usted molestó a mi mam!, no crea que no lo vi. —Lin Xichen lo miró.

Si las miradas pudieran matar, Zong Jinghao ya estaría muerto.

-¿Yo la molesté?

Aquellas palabras rondaron su cabeza mientras se preguntaba cuándo fue que el niño se percató que estaba molestando a su madre, si solo se habían visto dos veces. La primera vez, fue cuando Lin Xichen le dio una gran «sorpresa».

Zong Jinghao entrecerró los ojos. «¿Será posible que me vio cuando saqué a Lin Xinyan por la fuerza y la besé en las escaleras? Por eso... ¡Ajá!» El hombre se enderezó, dio unos pasos hacia adelante, se agachó frente a Lin Xichen, lo miró a la altura de sus ojos y luego echó un vistazo a sus piernas cruzadas.

-Lo hice. ¿Qué harás al respecto? -se burló.

Lin Xichen lo miró con más intensidad. Quería devorarlo como un tigre, le temblaba el cuerpo, pero le costaba distinguir si era porque estaba aguantando las ganas de orinar o porque estaba enfadado.

-Ruégame y te ayudaré. ¿Qué te parece? -Zong Jinghao se puso de pie y se sacudió su impoluta camisa-. Pero si no me necesitas, ya me voy.

Lin Xichen se estaba orinando y las lágrimas estaban a punto de brotar de sus ojos.

-No... no se vaya. Necesito...

—¿Con quién viniste?

-Con mi mami, la abuela... me estoy orinando.

Lin Xichen tenía los ojos enrojecidos y tenía un aspecto lastimero, así que Zong Jinghao dejó de provocarlo, se colocó enfrente de él y le dijo:

-Quítate tus pantalones.

Lin Xichen era rápido y se quitó los pantalones en un segundo. Zong Jinghao lo levantó a una altura adecuada y caminó hacia el mingitorio.

-Gracias -dijo Lin Xichen después de haber orinado.

Esto hizo que Zong Jinghao se sorprendiera, pues nunca pensó que el niño le daría las gracias; después, se puso los pantalones de nuevo y miró a Zong Jinghao.

—Soy bueno para diferenciar entre el rencor y la gratitud. El hecho de que me haya ayudado no significa que lo voy a perdonar.

El hombre se quedó sin palabras. «¿Perdonarme? ¿Hice algo que requiera que ese niño me perdone?» Cuando Zong Jinghao iba saliendo del baño, agachó la mirada para ver al niño.

—¿En qué habitación se están quedando? -preguntó él.

-En la seis -respondió Lin Xichen.

Zong Jinghao vaciló en sus pasos, miró al niño y pensó que era precavido.

-Debo irme.

Lin Xichen sintió que Zong Jinghao pudo notar que le había mentido y entonces salió corriendo. Era una gran desgracia el hecho de que se hubiera encontrado con ese despiadado hombre justo en el momento en el que habían vuelto, por ello se aseguró de que nadie lo estaba siguiendo antes de recargarse contra la pared; levantó la mano y ayudado de su smartwatch, llamó a su maestro para pedirle ayuda.

Y entonces, corrió hacia dicha habitación, se estiró para alcanzar la manecilla de la puerta, y la abrió. Había solo cuatro hombres en aquel amplio dormitorio. La mesa estaba llena de platos que parecían intactos, también había copas de vino, de las cuales bebían los hombres que allí se encontraban.

Cuando la puerta se abrió de repente, ocho pares de ojos voltearon a ver quién era, pues los camareros habrían tocado si hubieran sido ellos. «¿Por qué hay un niño afuera? Debe haberse equivocado de habitación.»

No obstante, Guan Jing se volvió para ver a Zong Jinghao ya que él conocía quién era ese niño, lo había visto en una foto cuando estaba investigando a Lin Xinyan.

—¿Te equivocaste de habitación? -preguntó el señor Li de Shengda, mientras lo miraba.

Lin Xichen negó con la cabeza y señaló a Zong Jinghao.

-No, lo estoy buscando a él.

«Así que no se equivocó de habitación.»

Todos voltearon a ver a Zong Jinghao, mientras trataban de sacar conjeturas en sus cabezas. Por su parte, Guan Jing quería mirar la expresión del niño. El señor L¡ se preguntó cuál sería la relación entre ese niño y Zong Jinghao. Lin Xichen entró en la habitación, siendo observado por todos, sacó los Durex de su bolsillo y se los entregó a Zong Jinghao.

-Señor, hace rato se le cayó esto en el baño. Vine a regrosárselo.

«¿Qué fue lo que se le cayó?» Todos voltearon a ver lo que había en las manos de Lin Xichen, y al mirar lo que era, Guan Jing se quedó perplejo, al igual que el señor Li. Zong Jinghao frunció el ceño mientras miraba a Lin Xichen, quien tenía una ¡nocente mirada en su rostro.

«¿En dónde consiguió esto? ¿Sabe para qué sirven? ¿Son del niño?»

—Interesante, señor Zong. ¿Lleva esto a todos lados en caso de emergencia? -El señor Li por poco y escupía el vino que acababa de beber.

«Zong Jinghao, el señor Zong, el director general de Wanyue, el hombre que parecía ser despiadado e indiferente todo el tiempo, ¿tiene el hábito de llevar condones consigo? ¿Él? ¿El mismo hombre que suele ver los canales de economía? Ja, ja.»

El señor Li acababa de averiguar algo contrario a su digna imagen pública, por lo que sintió que debía borrar la impresión que tenía de Zong Jinghao y crear una nueva. Guan Jing miró al techo en silencio. «¿Desde cuándo empezó a tener este hábito?»

Lin Xichen solo era un niño de cinco años y se veía inocente, combinado con el hecho de que Zong Jinghao había ido al baño antes, todos creyeron que los condones en verdad eran suyos. Un infante de cinco años no podría saber lo que era eso y, como era natural, todos creerían lo que Lin Xichen había dicho.

Zong Jinghao tenía una expresión sombría, miró los Durex que estaban en las manos del niño y le preguntó:

-¿Estás seguro de que son míos?

Lin Xichen sabía que su plan había funcionado cuando vio la expresión en los rostros de todos.

-Se le cayeron estos objetos y yo los recogí por usted. Desde luego que son suyos. -Lin Xichen asintió con la cabeza.

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