ENTRÉGATE romance Capítulo 54

Violeta, se encontraba mirando directamente al techo, con la espalda recargada en la cama, se preguntaba cuánto tiempo sería capaz de seguir soportando aquello, extrañaba mucho a Mikhail, queria estar en su casa, lejos de Vladimir y su desbocada obsesión por poseerla.

Sus ojos se llenaron de lágrimas, ¿Sería posible escapar de todo aquello?, ¿Sería posible librarse de la locura de Vladimir Novikov?, a diario rogaba para que Mikhail la encontrase pronto, pero con el paso de los días, sus esperanzas se iban desvaneciendo de a poco. Vladimir habia dicho que estaba en un lugar seguro e insonorizado, nadie podróa escucharla aunque se desgarrara la garganta gritando.

Agradeció haberse aseado antes de que él se marcara, una suave bata de seda cubría su cuerpo, miraba hacia la mesa de noche junto a la cama, alli estaba su desayuno, pero lo que menos quería era alimentar su estomago, cuando su alma moría de inanición conservando la lejanía de ombre que amaba, quizas ese fuese su destimo; morir bajo la mano de Vladimir Novikov, éle juraba amarla, él juraba que ella lo amaría, pero se equivocaba, claro que lo hacia,no hacia más que pensar en Mikhail, y aún cuándo Vladimir poseía su uerpo, se veía en la necesidad de cerrar los ojos e imainar la manos de su amado.

Silenciosas lágrimas se deslizaron por sus mejilla, se giró del lado de su mano encadenada, atrayendo la libre para abrazarse y colocarse en posición fetal.

Habían transcurrido unos minutos, cuándo escuchó que la puerta se abria. Vladimir había regresado, lo que parecía bastante extraño, ya que según ella, no había transcurrido mucho tiempo desde que se había marchado, con desgano se sentó, pero no, o era Vladimir.

-¿Mikhail?- preguntó con voz temblorosa y comenzando a llorar de inmediato, el hombre se giro y al verla su rostro reflejo tantas cosas, alivio, consuelo, dolor, amor, ira, frutración.

-¡MI AMOR!- gritó él, corriendo hasta llegar a la cama, la rodeó entra sus brazos permitiendose por primea vez, desde que era un adolescente, derramar aquellas lágrimas generadas por tanto alivio, por el consuelo de ver sus esperanzas realizadas.

-¡Oh, por amor Dios!- gimió ella- Viniste Mikhal, viniste por mi- se aferró a él, llorando con alivio, libertad, sería libre.

-Lo siento, caiño, lo siento mucho- la abrazó con fuerza- siento que hayas pasado por todo ésto, Violeta, lo siento mi amor.

-Estás aquí, no me importa nada más- sollozó, tomándo sus mjillas con ambas mano unió sus labios a los de él, la sensación de paz la recorrió, siendo invadida por la tranquilidad que solo la abrumaba junto a él, los labos de Mikhail, reclamaron los suyos con un amor desesperado, una pasión necesitada, en sus labios se unían las lágrimas de ambos.- Te extrañé demasiado- dijo ella junto a los labios de él.

-Estaba a poco de volverme loco, Violeta- dijo con voz ahogada- es hora de irnos.- ella tiro de la mano de la matenía encadenada- es un maldito animal, éste Novikok.

-¿Dónde está él?- preguntó nerviosa.

-Afuera, con mis hombres, no debes preocuparte. Vamos, cariño.¿Sabes dónde están las llaves?

-No, Mikhail, no lo sé. ¿Qué haremos?- él se puso en pie y llevó la mano a la parte trasera de su cintura, sacando un arma, ella lo miró con ojos enormes, adivinando sus intensión - ¿Estás seguro?

-Confía en mí, cariño.

-Nunca he dejado de hacerlo- se alejó, tensionando la cadena todo lo que pudo- hazlo cerca de mi mano, lo más cerca posible, no quiero salir arrastrándo estás malditas cadenas- dijo Violeta y contuvo la respiración, un certero disparo la liberó, Mikhail se acercó ayudandola a bajar de la cama.

-Vamonos, ahora.

-¿No llevaremos la droga?- preguntó ella asustada- está en el cajón, ´por favor, llevemosla, Mikhail.

-¿De qué hablas, Violeta?- preguntó con ceño fruncido.

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