Esposa Obligada Del CEO Paralítico romance Capítulo 42

— Esta bien, cuídate mucho tú también. — Murmuró Aria abrazándolo y él le sonrió.

— Por favor ayúdame a preparar algo de ropa en una maleta, iré a decirle a Luna. — Espetó Lucien, odiaba tener que separarse de Aria y Luna, pero tenía que empezar a arreglar estos asuntos cuánto antes.

— No te preocupes, yo me encargo. — Aceptó ella y él beso sus labios con dulzura para luego soltarla y caminar hasta su silla de ruedas para sentarse nuevamente y dirigirse al ascensor.

— Papi. — Pronunció Luna con una sonrisa al verlo acercarse al jardín.

— Mi princesa tengo que hablar algo contigo, vamos a la sala.

— ¿Y conmigo no? Lucien se que quizás le puede molestar un poco a Aria que yo esté aquí, pero deja de tratarme como si no existiera, eso me rompe el corazón, yo entiendo que lo nuestro ya terminó, pero por favor deja de ser tan frío conmigo. — Pidió Camille, se sentía realmente cansada de la frialdad de él, pensó en un inicio que con solo aparecer él volvería a sus brazos, pero él parecía estar muy enamorado de Aria y no la dejaba acercarse, siempre mantenía distancia entre los dos.

— Puedes venir también, igual tienes que saber y por cierto no te trato como si no existieras, te trato como lo haría con cualquier mujer que no sea mi esposa, vamos a la sala. — Aclaró Lucien antes de empezar a dirigirse a la sala.

— Viste mi amor como es tu papi conmigo, todo es culpa de Aria. — Le susurró a Luna cuando iban caminando detrás y la pequeña solo hizo un puchero triste.

A veces se sentía tan confundida con respecto a cómo vivían ahora, le costaba mucho adaptarse y no dejaba de extrañar estar cerca de Aria porque era más divertida y la trataba mejor, no llenaba su cabecita de problemas, pero amaba tanto a su madre y tenia tanto miedo de que volviera a desaparecer, que no veía otra opción que complacerla en todo, pero esto era bastante difícil para ella.

— Quiero decirles que haré un viaje de emergencia, es algo muy importante, así que estaré fuera uno o dos días. — Anunció Lucien cuando ya todos estaban en la sala.

— Papi no quiero que te vayas, llévanos contigo. — Pidió Luna de inmediato con ojos tristes y se acercó a abrazarlo.

— Mi princesa, solo es poco tiempo y no puedo llevarte conmigo, es algo muy importante, pero te prometo volver pronto y también te voy a traer un hermoso regalo. — Aseguró Lucien abrazándola y besando el cabello de ella, en su vida Luna y Aria eran lo más importante, sobre todo Luna, por eso no le gustaba verla triste ni separarse de ella ni un día, esto solo lo hacía porque era muy importante.

— Luna tu papi tiene que hacer esto, volverá pronto hija, no te preocupes. — Dijo Camille acercándose más a ellos y parándose al lado de Lucien para poner su mano en la espalda de Luna y consolarla.

Aria que venía bajando las escaleras con la pequeña maleta sintió dolor en su corazón al ver lo bien que se veían los tres juntos, como la familia perfecta, ella era quien parecía estar sobrando y esto la estaba empezando a afectar cada vez más.

— Esta bien papi, pero que sean dos regalos y me vas a llevar al parque de diversiones. — Dijo Luna un poco más animada al separarse del abrazo de su padre.

— Tú si que sabes cómo negociar, es un trato. — Aceptó él tocando la nariz de Luna con la punta de su dedo, le encantaba que ella fuera tan inteligente y linda, estaba seguro que cuando creciera tendría todo lo que quisiera, el mundo estaría a sus pies.

— Eso está en nuestros genes después de todo. — Espetó Camille con una sonrisa al notar la presencia de Aria.

— Mi amor gracias por preparar la maleta para mí. — Dijo Lucien mirando a Aria, intentando aclarar un punto, no quería que Aria malinterpretara nada.

— De nada. — Murmuró Aria con una sonrisa que no llegó a sus ojos, sentía una terrible molestia en su corazón.

Lucien la miró por unos segundos y cuando estaba por decir algo, Priscila se acercó de prisa.

— Señor Gray, Max ya lo está esperando afuera.

Verifica el captcha para leer el contenidoVerificar