Un ruido sordo se escuchó cuando los dos carros colisionaron uno contra el otro y Lucien sintió un pequeño dolor de cabeza pero aún así miró a su lado para verificar que Max estuviera bien y se dio cuenta de que este parecía estar bien aunque un poco aturdido por el golpe de la bolsa de aire, así que miró por el espejo retrovisor para darse cuenta que los autos que venían siguiéndolos se habían detenido y estaban bajando unos hombres vestidos de negro de estos y también del auto que se atravesó bajo un hombre que parecía estar un poco mareado pero con un arma en su mano.
— Max hay que salir de aquí. — Espetó Lucien apretando fuertemente el arma en su mano para prepararse, sabía a lo que venían estás personas y no las iba a dejar tener éxito, porque en esto no solo estaba en juego su vida. — Max. — Llamó al ver que su amigo no reaccionaba y movió su brazo para moverlo y fue que finalmente reaccionó.
Max al darse cuenta de lo que ocurría sacó una navaja para apuñalar la bolsa de aire para que está lo dejará moverse. Por su parte Lucien disparó directamente a la cabeza del hombre que se bajó del auto del frente y luego se volteó para disparar hacia otro de los hombres que desde atrás se acercaban mientras los demás se sorprendieron e intentaron resguardarse de los disparos detrás de los autos y ya ahí también desenfundaron sus armas para comenzar a disparar.
— Intenta acelerar el auto, enciéndelo rápido, tenemos que alejarnos ya. — Gritó Lucien y Max así lo hizo, volvió a encender el auto y retrocedió un poco para buscar esquivar el otro auto y así alejarse, a pesar de que su auto no había quedado en buenas condiciones afortunadamente para ellos todavía funcionaba.
— Lucien llama a Víctor para que venga por nosotros, este auto no aguantará demasiado y estos bastardos vienen detrás. — Espetó Max mientras volvía a acelerar el auto, dándose cuenta que los mismos dos autos intentaban alcanzarlo, pero el suyo ya no tenía el mismo rendimiento, sería mucho más difícil perderlos.
Lucien asintió y saco su celular para empezar a marcarle a su amigo, estando al mismo tiempo atento de lo que ocurría a su alrededor.
— Victor trae a algunos hombres y vamos a encontrarnos en la carretera para salir de la ciudad, nos están persiguiendo a Max y a mí, intentaremos llegar hasta allá. — Dijo Lucien apenas su llamada fue atendida.
— Esta bien, nos vemos allá. — Accedió Victor antes de colgar la llamada.
— Ya sabes, tenemos que intentar llegar hasta ahí sin que estos bastardos nos atrapen antes. — Gruño Lucien y Max solo asintió.
Mientras seguían intentando perder a estas personas, Lucien no pudo evitar preguntarse como era posible de que a pesar de que se suponía que su plan estaba cuidadosamente diseñado y justo ahora que la verdad estaba saliendo a la luz todo empezará a salir mal, tenía que tener a alguien infiltrado, porque de otra manera no tenía sentido lo que estaba ocurriendo.
Lo peor era que si esto de verdad era así no podía llamar a casa y alertar de nada de esto, pero también si uno de los hombres en los que confiaba lo estaba traicionando le preocupaba el bienestar de Luna y Aria, claro que si hacía algo incorrecto esto las podría poner en mucho mayor peligro, por eso lo mejor era dejar todo tal cual estaba, si era uno solo de sus hombres los otros deberían actuar correctamente y protegerlas, mientras tanto tenía que seguir adelante con sus planes, por el momento no podía volver a casa si salía de esto o todo se arruinaría.
Rápidamente cuando llegaron a la carretera donde varios autos blindados y un Lamborghini los estaba esperando, quienes venían persiguiéndolos intentaron retroceder e irse a la fuga pero inmediatamente los autos blindados empezaron a seguirlos mientras Max simplemente se detenía y al mismo tiempo un hombre de gran musculatura vestido de negro, dejando ver sus brazos llenos de tatuajes se bajaba del Lamborghini.
— Volviste a destruir otro de tus autos, si que tú nunca aprendes Lucien, bueno aunque en está ocasión quien estaba manejando era Max estoy seguro de que todo sucedió por tu culpa y que si hubieses sido tú quien manejaba no estarían aquí, de verdad que deberían dejar de usar autos, esto no puede seguir así. — Se quejó Victor con una sonrisa burlona cuando se acercó a la puerta del copiloto.
— Victor en este momento no estoy para tus bromas. — Gruñó Lucien al abrir la puerta del auto.
— Tú nunca estás para ninguna broma, pero no seas malagradecido con quién acaba de salvar tu vida. — Replicó Victor sin dejar de sonreír, ya estaba acostumbrado al mal humor de su amigo, pero cuando vio a Lucien bajarse del auto sin ninguna ayuda y ponerse de pie, su rostro se llenó de sorpresa. — Lucien, ¿Esto como es posible?
— Eso no importa, necesitamos tu auto, vete en el auto de uno de tus hombres. — Respondió Lucien extendiendo su mano para que Victor le entregará las llaves, pero este negó con la cabeza de inmediato.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Esposa Obligada Del CEO Paralítico