FAMILIA DE MENTIRA, AMOR DE VERDAD romance Capítulo 12

—A lo mejor el asado de ayer no le cayó muy bien... —fue la única justificación que pudo esgrimir Karim cuando a la mañana siguiente ella se negó a bajar a desayunar.

—Bueno, muchacho, ya te sabes la ley de esta casa: si lo rompes, lo arreglas —le advirtió el señor Moe y Karim se levantó de inmediato.

—Claro, ahora mismo voy a verla... a ver si quiere comer algo.

Suspiró pesadamente esperando que no se hubiera puesto mal de nuevo, pero cuando entró se la encontró remoloneando en la cama con los dos cachorros.

—¿Me quieres matar del corazón? —rezongó él dejando a un lado la bandeja de desayuno que le había llevado.

—A largo plazo es una buena opción —sonrió ella y lo más gracioso del caso fue ver a aquel árabe derretirse porque ella había dicho: largo plazo.

Miró hacia la puerta con disimulo y se inclinó para robarle un beso diminuto.

—¿Me trajiste desayuno, de verdad? —le preguntó ella toda coqueta y él asintió.

—Tu papá me recordó la ley de la casa, creí mejor que asumieran que te habías puesto mala por culpa de mi asado.

Rose hizo un puchero y se encogió de hombros, sentándose en la cama.

—No es del todo mentira, sí que le hice alergia a un pedazo de carne tuya —bromeó y Karim se puso colorado porque ella tenía formas insospechadas de hacerlo avergonzarse.

—¿Te sientes mejor? —le preguntó todavía con un tono un poco preocupado.

—Sí, ya me siento mejor, de todas formas me voy a tomar un par de pastillas para asegurarme, y luego me voy con Charlie a ayudar en la compañía. ¡Esta noche es la gran noche! —le recordó ella, y la verdad era que si Karim hubiera sabido qué clase de noche sería, él tampoco habría salido de la cama ese día.

Se despidió de ella y tomó su lugar, también ayudando a la organización final del aniversario de la compañía pero del lado de Faith. Para las ocho de la noche dejaba la casa en compañía de los señores Moe, y protestaba internamente porque no había podido ver a Rose antes de irse, porque ella se arreglaría en el departamento de Charlie.

Por supuesto que el evento era espectacular y a pesar de los problemas que había tenido la familia en los últimos tiempos, todos estaban felices. La prensa estaba haciendo una fiesta de noticias afuera y adentro había de todo. Desde los empleados más amables hasta una élite arrogante a la que no se había podido evitar invitar.

Él entró con Faith colgada de su brazo y en el mismo segundo que atravesó la puerta, sonrió sintiendo la mirada asesina de Charlie sobre él.

—Recuerda, si te llamo, ¡corre! —le advirtió Faith y Karim asintió, dispuesto a ayudarla en lo que fuera necesario.

—¡Entendido, jefa, si me llamas corro como si esto fuera un incendio!

—¡Maravilloso, buen niño!... ¡Y aléjate de Rose que mis tíos y mis padres y todos están mirando! —le advirtió Faith.

Pero la verdad era que ninguno de los dos tenía idea de que no era él el que tenía que mantenerse alejado. Por desgracia, el evento estaba lleno de mujeres que parecían andar de caza, y él debía tener cara de "disponible" o algo, porque cada tres minutos alguna intentaba acorralarlo.

—Pues me parece muy bien, señora alcaldesa, pero mire... ¡creo que su marido la está llamando! ¡Adiós! —se escapó de una apurado y se fue a esconder en una esquina del salón, molesto.

"¿Qué demonios? ¿Tendré cara de gigoló?", pensó frustrado mientras paseaba la vista por el salón intentando localizar a Rose.

¡No debió hacerlo!

La vio del brazo de su padre, en el otro extremo de la sala, con un vestido plateado que hacía resaltar suavemente el color de su piel. Curvas de infarto realzadas con destellos brillantes de pedrería y una sonrisa pintada de rojo que lo iba a poner a sus pies en menos de un segundo.

La vio desprenderse del brazo de Moe y avanzar hacia él con seguridad, sin embargo no dio tiempo a que Karim pudiera disfrutar aquella caminata porque otra mujer entró en su campo de visión. Era joven, como de unos veinticinco años, y le echó los brazos al cuello antes de que él pudiera imaginar siquiera sus intenciones.

—¿Qué demonios estás haciendo...? ¡Suéltame! —gruñó Karim entre dientes sin notar que Rose se acercaba con paso más suave.

—¿Qué es lo que pasa, cariño? ¿Ya no te acuerdas de mí?

—Mira te voy a dar un consejo para que acabes bien la noche —siseó mientras Karim pasaba un brazo tentativo sobre su estómago porque ya estaba viendo a la fiera saltar—. Búscate una tetera, hierve el calzón que traes puesto y tómate el agüita a ver si ganas un poquito de amor propio. Ahora lárgate de mi puto evento antes de que te saque a patadas por la puerta principal, delante de las tres decenas de periodistas que hay ahí afuera. ¡Tienes diez segundos!

La mujer la miró con maldad, porque era evidente que la chiquilla estaba dispuesta a cumplir su amenaza, y a ella no le convenía para nada que la capturaran en cámara.

—¡Ocho y vas atrasada! —gruñó Rose y un segundo después la mujer les dio la espalda y se dirigió a la puerta.

Rose no le quitó la vista de encima hasta que no la vio desaparecer, pero en cuanto lo hizo se escabulló al primer corredor vacío fuera del salón y Karim corrió tras ella.

—¿Quieres explicarme qué fue eso? —lo increpó Rose con molestia y él trató de disimular.

—¿Estás celosa? —le sonrió—. ¿El sueño de mi vida se está cumpliend...?

—¡Déjate de babosadas árabe del demonio que no soy ninguna ingenua! —lo cortó Rose con tono gélido—. Si quisiera chupar me chupo algo que no sea mi dedo ¿te quedó claro?

Los labios de Karim se convirtieron en una línea fina.

—No conozco a esa mujer. Solo estaba tratando de molestarnos y tú te pusiste sensible de más, eso es tod...

—A ver a ver. ¿Tú crees que yo me voy a tragar eso? —replicó Rose vivamente molesta porque si algo odiaba era que la tratara como si fuera una niña ignorante—. ¿Crees que vas a tapar esto haciéndome parecer celosa? ¡Yo no hago berrinchitos de celos! ¡No cariño, a mí me cabreas y no te hago un berrinche, yo te monto Broadway con todo el elenco de Los Miserables, canciones incluidas!

—Rose...

—¡Tú no conoces a esa mujer pero sabes quién es y qué quería, Karim! Así que más te vale escupirlo antes de que se me olvide que mi mejor opción es mantenerte lejos. ¡Tú decides!

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