FAMILIA DE MENTIRA, AMOR DE VERDAD romance Capítulo 15

Era extraño, porque sin dudas habían comenzado aquella historia por el extremo opuesto, pero estar sentados uno frente al otro en aquel pequeño restaurante significaba todo.

A Rose le gustaba la comida italiana y a él le gustaba Rose, así que no podían estar más de acuerdo en lo que querían.

—Realmente soy árabe —declaró Karim antes de empujar hacia ella la segunda copa de vino de la sobremesa y Rose se quedó mirándolo con curiosidad—. Nací en Italia por cuestiones muy desafortunadas para mi madre que no voy a contarte porque... bueno porque ese sí es su secreto; pero mi sangre es totalmente árabe.

Rose contuvo el aliento porque le estaba compartiendo mucho más de lo que había esperado en su primera cita. Esa era para la película favorita y esas tonterías, pero parecía que entre ellos dos todo era siempre serio.

—¿Entonces tu apellido...? ¿Lo de Rossi...?

—De mi padre adoptivo, se casó con mi madre cuando yo tenía unos cuatro o cinco años, no recuerdo, pero de él viene mi apellido y él ha sido el único padre que conozco y el único padre que quiero —contestó Karim.

Rose bebió un sorbo de su copa y se frotó los brazos con gesto suave.

—¿Tu padre biológico sigue vivo? —lo interrogó—. ¿Lo conoces?

—Desgraciadamente, las dos cosas —murmuró él—. Y alrededor de mi padre hay todo un... legado, una herencia que yo no quiero ni por asomo, pero no he podido evitar estar en medio de todo eso. Tanto quienes lo apoyan como quienes odian a mi padre están detrás de su posición y de su poder, y una gran parte de mi tiempo se va en mantenerlos a todos a raya para que no me molesten.

Rose achicó los ojos y sus pensamientos volvieron al día del evento.

—¿Entonces la mujer que se te acercó esa noche... venía de parte de ellos? —preguntó porque era evidente que tenía que ser algo importante para que él se pusiera mal.

Karim asintió y se bebió un sorbo de vino intentando mantener la compostura.

—Me bastó olerla para saber que venía de Arabia, mi madre suele usar ese tipo de perfumes —le explicó—. Te juro que me sacan de quicio a veces, pero es el precio de mantenerme al margen. Ya les he dicho que no quiero tener nada que ver con ellos, pero de verdad pareciera que no entienden.

Rose se cruzó de brazos y se le escapó una mueca. Historias retorcidas era algo que sobraba en el mundo, pero le agradaba que al menos comenzara a abrirse en algo.

—Bueno... la próxima vez que te molesten ya sabes, solo tienes que ponerlos en mi dirección y en la de mi palo de criquet —bromeó—. Yo me encargo del problema.

Karim sonrió aliviado. No le había dado todos los detalles escabrosos, pero tampoco quería que ella se espantara al saber exactamente quién era. Después de todo pertenecía más a la ´Ndrangheta que a la realeza árabe, y si Faith no se había espantado con Massimo y con Diana, era más que probable que ella tampoco se espantara y eso era lo único que le importaba.

Tomó una de sus manos por encima de la mesa y jugó con sus dedos, acariciándolos antes de hacerle una señal a la mesera para pagar la cuenta. Salieron del pequeño restaurante directamente al estacionamiento de la universidad y Rose sintió todas las mariposas del mundo en su estómago mientras él le abría la puerta del auto y se inclinaba para besarla.

Fue un beso suave, coqueto y cariñoso que la dejó sonriendo mientras él se agachaba a su lado y le ponía el cinturón.

—Ve despacio —le dijo—. Voy detrás de ti.

—¿Me vas a escoltar a casa? —se rio la muchacha.

—Puedes apostarlo —aseguró Karim haciéndole un guiño y en efecto, los dos autos salieron del estacionamiento para dirigirse directamente a la mansión Moe.

Bastó con que Mala los viera llegar para que le diera un codazo a su marido.

—¿Viste? ¡Te dije que iba a regresar! —rio.

—¡Yo lo sabía primero!

—¿Dijiste?

—Nada, mi amor, que sí, que regresó el muchacho —suspiró Moe mientras salía a recibirlos.

Un segundo después Rose bajaba de su auto e iba a saludarlo, esperando pacientemente a que Karim llegara junto a ellos.

—Ese fue un viaje muy rápido —dijo Chris con una sonrisa socarrona mientras le hacía un gesto a su hija para que entrara en la casa y se quedaba solo con Karim.

—Soy un hombre organizado, señor Chris, fue fácil dejar mis negocios atendidos —replicó él estrechando su mano con fuerza.

—Muy bien, entonces ¿asumo que ya te decidiste?

—Así es, por eso estoy aquí. Creo que debería comunicarle formalmente que tengo la intención de salir con Rose. De hecho hoy la llevé a una primera cita en un restaurante italiano que le gustó mucho...

—¿Y no me trajeron nada?

Karim abrió mucho los ojos porque esa no era la pregunta que se esperaba.

—Este... bueno...

—¡Ya vas empezando muy mal! —rezongó Moe pero bajó la escalinata y caminó con él hacia los jardines traseros—. Déjame ponerme paternal porque ella es muy princesa y ese es mi trabajo —sentenció deteniéndose frente a él y Karim pasó saliva porque sabía reconocer a un hombre imponente cuando lo veía—. Si mi hija derrama lágrimas, tú derramarás sangre. Si le rompes el corazón, te romperé las piernas. Y si algo malo llegara a pasarle, yo personalmente compraré la alfombra persa más cara en el mercado y se la mandaré a tu padre contigo dentro. ¿Te quedó clara la amenaza o tengo que explicarlo mejor?

Karim negó con seriedad y no se puso nervioso por eso, porque él había amenazado peor por su hermana y sabía que por Rose o por su hija, si llegaba a tener una hija, amenazaría mucho peor.

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