FAMILIA DE MENTIRA, AMOR DE VERDAD romance Capítulo 7

Era simple.

Era tan elemental como respirar.

El tiempo no había logrado borrar absolutamente nada de aquellos sentimientos, y cada defensa que Charlie tenía contra ella había desparecido en el momento en que lo que tenía enfrente era una mujer madura y empoderada.

—¡A ti! ¡Te quiero a ti! —respondió.

Sin embargo al primer movimiento que hizo para acercarse a ella la respuesta no fue la que había creído. Hacía cinco años se había encontrado con la boca de Faith... y ahora se encontraba con una parte menos amable de su cuerpo.

El puñetazo lo hizo tambalearse, llevándose la mano a una nariz que sangraba mientras la veía llevarse el vaso a los labios como si no acabara de rompérsela.

—Ponme un dedo encima y te demandaré por acoso sexual, por si no lo sabes esta empresa se lo toma muy en serio —siseó ella dándole la espalda y poniendo la barra de por medio.

Sus puños se pusieron lívidos sobre la madera pulida hasta que poco a poco se relajaron y subió la mirada para clavarla en sus ojos.

—Deja que te aclare algo, Charlie. Tienes razón, muchas cosas han cambiado en estos años, comenzando por mí, pero hay una... —A su mente volvieron aquellas palabras del muchacho que jamás se habían borrado de su mente—. Hay una que nunca cambiará: no hay muchos que puedan seguirle el ritmo a una mujer como yo... comenzando por ti.

Señaló a la puerta y bajó otro trago mientras le daba la espalda y volvía al pequeño dormitorio adjunto a su oficina.

—Ni siquiera tengo que decirte cómo salir, eres el mejor en eso —sentenció cerrando tras ella y Charlie se quedó allí, intentando encajar aquella sentencia porque el golpe ya no se podía remediar.

Sin embargo el puñetazo era lo que menos le dolía, porque cada palabra de Faith le retumbaba en los oídos y en el alma. Para cuando salió de allí, estaba todavía más confundido y más inquieto que hacía unas horas, porque si antes había tenido que lidiar con una chiquilla tóxica y desquiciada, la Faith que acababa de atacarlo era un depredador feroz y controlado que simplemente estaba esperando el momento adecuado para matar.

Salió de la oficina directamente a la habitación de hotel que tenía rentada, y agradeció que ese día a Michael no le diera por salir. Su mente era un enjambre, estaba inquieto, molesto y solo podía pensar en ella, que ya no era la misma pero seguía teniendo aquel carácter capaz de destrozar a cualquiera solo con unas pocas palabras.

Faith, por su parte, pasó largas horas de aquella madrugada sentada frente a la enorme ventana de cristal, mirando la ciudad como si intentara descubrir en ella una respuesta. Sin embargo al día siguiente cuando abrió los ojos, aunque le dolían los nudillos, sentía que el corazón le dolía mucho menos.

—¡Wow! ¿¡Quién eres y en qué momento recuperé a mi hermana!? —exclamó Grace al verla llegar a la universidad aquella mañana.

—¿Qué...? ¿De qué hablas, Grace? —sonrió Faith sin comprenderla.

—¡Vas informal! ¡Ni siquiera sé el tiempo que hace que no te veía en vaqueros! —exclamó su hermana—. ¿Y una blusa roja?

—Solo es una blusa, no hay que hacer tanto alboroto... —intentó restarle importancia pero la expresión en la cara de Grace le dijo que notaba el cambio.

—Faith, hacía años que no te ponías nada así. Todo era negro, gris o mi favorito, blanco, pero hacía mucho que no te ponías color, desde... —Grace casi se atragantó con su propia lengua cuando se dio cuenta de lo que estaba a punto de decir, pero su hermana solo cerró los ojos.

—No menciones eso, Gracie, no lo menciones nunca, menos ahora —replicó.

—Lo siento, Faith. Yo solo quiero que estés bien. ¿Lo estás?

Su gemela respiró profundo y se sentó en la escalinata del edificio principal mientras Grace se acomodaba a su lado.

—Es lógico que te haga cambiar alguien que amas —murmuró—. Pero ¿puede hacerte cambiar alguien que ya no amas?

Había estado toda la noche pensando en eso.

—¿Por qué lo dices?

Faith se encogió de hombros.

—No lo sé, señor Black, pero el señor Moe dijo que mejor hacían la presentación otro día porque hoy tienen mucho trabajo —respondió el hombre antes de seguir su camino.

Y cualquier curiosidad que Kainn pudiera tener se satisfizo en el momento mismo en que atravesó las puertas de la sala de juntas y vio la enorme mancha morada sobre la nariz de Charlie, que bajaba hasta sus mejillas.

—¡Diablos, muchacho! ¿¡Pero qué te pasó!? —exclamó Kainn y Faith escondió detrás de su espalda disimuladamente aquellos nudillos rojos.

—No fue nada, tío, solo... tropecé con una puerta —respondió Charlie.

—¿Y cómo se llamaba la puerta? Cuando la vuelvas a ver pregúntale si la puedo contratar para mi seguridad privada —murmuró Kainn porque no se tragaba aquel cuento, pero enseguida fue a conversar con Moe mientras Charlie y Faith cruzaban un par de miradas asesinas.

No quería que su corazón se sobresaltara viéndola enfundada en aquel vestido rojo, pero era imposible, porque ella parecía una diosa de la destrucción y no tenía que mover ni un solo músculo para hacerlo.

—Faith, ya vi que aprobaron los proyectos de inversión del mes —le dijo Moe—. ¿Por qué cuatro este mes?

—Fue decisión de Charlie, tío, pero creo que fue una buena decisión, ninguno de esos cuatro proyectos merecía perderse —respondió ella con tanta naturalidad que a Charlie casi le dio un colapso ahí mismo.

—Parece que ustedes se están llevando bien... —murmuró Moe haciéndole un guiño y Faith sonrió.

—Por supuesto, tío. Cuando se trata de negocios los dos somos muy profesionales.

—¿Y qué tal si dejan lo "profesionales" esta noche y cuidas a mi niño? —le pidió Moe y ella frunció el cejo sin comprender—. Ustedes son familia, y cada vez que he visto a Charlie en los últimos años ha sido estudiando, ¡igual que tú! ¿Por qué no salen y van a divertirse los dos, a una fiesta de esas de fraternidad o algo...?

—¿¡Papá, cómo dices eso!? ¡Faith no tiene nada que hacer metida en una fiesta de fraternidad! —rezongó Charlie pero Kainn se adelantó.

—¡Pues yo creo que les hace falta a los dos, parece que tienen cincuenta en vez de escasos veintes! ¡Solo trabajan y estudian, trabajan y estudian, y la vida no es eso! —apuntó—. Así que o salen esta noche a divertirse como los jóvenes que son, o Moe y yo les damos vacaciones obligatorias indefinidamente. ¡Ustedes deciden!

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: FAMILIA DE MENTIRA, AMOR DE VERDAD