FAMILIA DE MENTIRA, AMOR DE VERDAD romance Capítulo 6

El silencio que envolvía la aldea hizo que todos los instintos de Kris se dispararan. Tenía un mal presentimiento, como si estuvieran siendo observados desde las sombras. Miró a su alrededor, tratando de identificar cualquier indicio de lo que había sucedido, pero todo parecía tranquilo, demasiado tranquilo.

De repente, uno de sus hombres les gritó y solo segundos después salió de una de las casas llevando de la mano a un niño de unos diez años. Jana se lanzó al suelo de inmediato y corrió hacia él. El niño estaba sucio y descalzo, con lágrimas en los ojos mientras miraba a todos con temor.

Uno de los hombres de Kris se adelantó con cuidado y habló en un tono calmado para no asustarlo. Jana no conocía el idioma, así que tuvo que esperar con impaciencia a que lograran sacarle algo de información. Poco a poco, el pequeño tomó valor y les explicó lo que había sucedido.

—Dice que unos hombres armados vinieron ayer en la noche —tradujo el hombre—. Se llevaron a todos… dijeron que los liberarían si les llevamos las medicinas.

El corazón de Jana se llenó de angustia al escuchar aquello.

—¡No puede ser… ¡ —susurró—. Esta gente necesita estas medicinas, hay muchos enfermos, las trajimos para ellos…

—¿Cuánta gente había aquí? —preguntó Kris mirando alrededor y Jana intentó hacer memoria.

—Unas doscientas personas, más o menos. ¿Por qué?

—Estoy pensando en cuántos hombres se necesitan para someter a doscientas personas… pero la verdad es que no mucho, bastan los dientes de un pastor ovejero para mover a un rebaño y lo mismo pasa con unos pocos hombres con armas —murmuró él, pensativo.

Jana se levantó y juntó las manos con un gesto de súplica.

—Kris… por favor, ayúdame. Necesitamos rescatarlos… —le pidió Jana y él notó que aquello le importaba demasiado.

— ¿Tienes a alguien importante aquí? —le preguntó y ella asintió.

—Tengo una gran amiga. Estudiamos juntas y luego ella vino a trabajar a Médicos sin Fronteras, se enamoró y se quedó, y ahora está embarazada, debe estar casi a punto de dar a luz. Por ella supe lo que está pasando aquí. ¡Por favor, ayúdame a encontrarla!

El rostro de Kris se ensombreció ante aquellas palabras. Podía notar la angustia en los ojos de Jana y se acercó a ella, abrazándola:

—Entonces, vamos a traer a todos de vuelta.

Le hizo un gesto al hombre que traducía y pocos minutos después tenían las instrucciones bastante claras de lo que iban a hacer. Todos comenzaron a descargar las armas y sustituyeron los alijos de medicina por otras cosas que no servían para nada pero que hicieran espacio.

Kris tiró de Jana y la metió a una de las casas, entregándole una pequeña bolsa con ropa.

—Cámbiate. Lo último que quiero es llevarte pero tú eres la única que puede reconocer a tu amiga.

Sin perder tiempo, Jana se puso ropa de hombre y el calor y el polvo eran suficientes como para que pudiera cubrir su cara. La mitad de los hombres de Kris, incluyéndola, montaron de nuevo y se dirigieron hacia el lugar que les habían indicado mientras los demás se quedaban preparando una defensa en la aldea por si lo necesitaban. Dos horas después avistaban un enorme campamento y Jana sintió un nudo en el estómago al ver enormes cercados donde tenían a las personas como si fueran animales.

Ya los estaban esperando, así que la reunión fue más rápida de lo que creían. Solo Kris y su traductor entraron a la carpa del líder, mientras el resto de sus hombres y Jana se quedaban alrededor, observando atentamente la situación. Sus ojos buscaban insistentemente a Meredith, hasta que de repente logró verla, pero sabía que no podía hacer ni un solo movimiento para ir con ella.

La tensión podía sentirse en el aire, pero solo fue durante los pocos minutos que tardaron en ponerse de acuerdo. El líder exigió las medicinas que traían, y todas sus armas a cambio de la liberación de todos los rehenes. Hubo momentos de silencio tenso antes de que finalmente Kris asintiera.

Poco después regresó junto a Jana con una expresión de determinación en el rostro y todos volvieron a subir a los animales.

—Dime que la encontraste —la increpó Kris cuando salieron de allí.

Jana pasó saliva mientras su corazón luchaba con su conciencia porque sabía que si abría la boca y lo pedía, tendría a todos los habitantes de la aldea sanos y salvos en sus casas para el día siguiente, pero también significaba que dejaría un rastro de once cadáveres a su paso.

Kris se acercó a ella y levantó su barbilla con una mano para hacer que lo mirara, y algo dentro de él se estremeció al ver sus ojos cristalizados.

—Tienes que ser capaz de decirlo, Jana —susurró muy cerca de su boca—. Desde el momento en que te vi supe que eras una niña linda, protegida toda tu vida y bueno… lamento decirte esto, pero esta es la dosis de realidad que venía con el trabajo. Tienes que decidir si vivir en paz con tu conciencia es más importante que la vida de doscientas personas.

La muchacha lo miró espantada porque era como si la estuviera leyendo completamente.

—¿Cómo…? Yo no…

—Eres transparente, amor. Sabes que si me lo pides los traeré de vuelta, y sabes que eso no te dejará dormir por el resto de tu vida, así que ese es el verdadero sacrificio, tu paz por la vida de otros. ¿Lo tomas o lo dejas? —preguntó él con voz ronca.

Un par de lágrimas corrieron por las mejillas de Jana pero asintió en silencio, y Kris se inclinó para detener una de ellas con un beso. Se dio la vuelta sin decir otra palabra, pero la voz de Jana lo detuvo en la puerta.

—¡Kris…! ¿Cuánto…? Sé que esto no es parte del trabajo, así que puedes sumarlo a lo que ya debo pagarte.

Él la miró con una sonrisa traviesa y negó.

—No, amor, este es el tipo de cosas que hago por placer.

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: FAMILIA DE MENTIRA, AMOR DE VERDAD