Felicidad efímera romance Capítulo 76

Ivonne sintió que sus labios estaban a punto de sangrar por el áspero beso.

—¡Jonny! —Fuera de la puerta, Ximena seguía llamando, pero Jonathan parecía hacer oídos sordos en ese momento.

En cambio, parecía decidido a devorar a Ivonne. El dolor y los violentos movimientos del hombre la inundaron de malestar. Su cuerpo se resistía e incluso repelía su proximidad. De pronto, Jonathan dejó de sujetarla y la miró con frialdad.

—¿Y bien? ¿Tú también actúas igual con Sebastián?

Ivonne alargó la mano para darle una bofetada. Sin embargo, Jonathan la tomó del brazo. Al sentir su aversión, su furia se encendió aún más. Se preguntó si Sebastián también la habría visto antes en ese estado, pero ese mero pensamiento hizo que todas las células de su cuerpo protestaran.

Sus palabras eran demasiado exasperantes, pero tenía la mano de Ivonne sujetada con fuerza. De manera natural, ella no era rival para él.

—¡En todo el tiempo que llevo con él, nunca me ha obligado a nada! —Ella declaró a propósito.

—¡Fuera de aquí! —Jonathan no entendía por qué había perdido el control en ese momento.

Del mismo modo, Ivonne estaba tan furiosa que sus ojos escupían fuego. Ya no le importaba si había alguien al otro lado de la puerta. Abrió la puerta y salió corriendo. Ximena, que había dado vuelta en la esquina, escuchó el ruido. Al girar, vio a una mujer que salía de la habitación de Jonathan. Aquella figura dejó claro que no era otra que Ivonne. Sus manos se cerraron en puños.

«Entonces, ¿no abrió la puerta antes porque ella estaba en su habitación?».

Al mismo tiempo, oleadas de odio surgieron en su interior.

«¿De verdad Jonathan se enamoró de ella? Si no, ¿por qué no le abrió la puerta y la mantuvo escondida en su habitación?».

A continuación, la ansiedad la invadió.

«Antes me dijo que no iba a venir, ¡pero ahora rompió su regla de los últimos años por ella y vino a la reunión de equipo!».

Sus uñas se clavaron en su carne. En ese momento, lo único que quería era acercarse a Ivonne y abofetearla mientras le anunciaba que Jonathan era su hombre. Mientras tanto, Ivonne no se dio cuenta de que la mujer estaba detrás de ella. Corrió hacia sus aposentos, jadeando. Estaba tan furiosa que le entraron ganas de despedazarlo. Susana la vio regresar enfadada, con la cara roja como un tomate pasado.

—¿A dónde fuiste, Ivonne? Te busqué por todas partes, pero no vi señales tuyas.

La culpa inundó a Ivonne cuando recordó la serie de acontecimientos anteriores.

Capítulo 76 Olas de odio 1

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