Haciéndolo mío romance Capítulo 20

Molesta, le fruncí el ceño a Miguel.  

«¿Qué es lo que quiere? No es como que haya espiado su conversación a propósito. ¿Hay razón para que me castigue?». 

—¡Te deseo! 

Cuando oí esto, lo miré con ferocidad, pero esto no parecía molestarlo; al contrario, su cara impasible y atractiva me sonrió, lo que me cautivó al instante. Yo no era una dama que se desmayaba al contemplar a cada hombre atractivo, pero Miguel era tan apuesto y tenía un carácter muy noble; sin saberlo, me atraía. No fue hasta que me puso la mano en el pecho que recobré el sentido y, de inmediato, le hice una mueca desafiante. 

—¡Estás loco! ¡Déjame ir o gritaré por ayuda! 

Enfurecida por sus acciones, le lancé una mirada; después de todo, yo me consideraba una mujer cautelosa. 

—Andrea, ya te acostaste conmigo, pero ¡estás actuando modosita! ¿Cuál es el punto? 

Al notar que estaba intentando escapar, Miguel se enfureció y su mirada estaba llena de ira. Supuse que muchas mujeres querían acostarse con él, pero yo era diferente: a mí él no me interesaba, solo tuvimos una noche de pasión en un acto impulsivo que tuve cuando estaba ebria. 

—¡No tiene sentido! ¡Déjame ir! ¡Quiero irme a casa! 

Observé a Miguel y dejé de refutar. 

«Espera un minuto, ¡no me digas que quiere tener sexo conmigo al lado de este río!». 

Entrando en pánico, quería escapar por instinto. Sabía que, si me subía a su coche, no podría huir, así que, con fuerza, me logré soltar. 

—¡Bueno, ya que me obligaste a acostarme contigo aquella noche, solo sería justo que yo te hiciera lo mismo! 

Es cierto que era un hombre atractivo y carismático, peor no podía evitar sentirme nerviosa mientras se me acercaba con una sonrisa encantadora. 

—¿Qué? ¿Estás bromeando? 

Mientras consideraba sus palabras, lo miraba con una sonrisa rígida. 

«¿En serio quiere volverse a acostar conmigo?». 

—¿Parece que estoy bromeando? ¡Acabas de decir que me obligaste a tener sexo contigo, así que solo sería justo que yo te tratara igual!