¡Izan! Sé mi Cachorrito romance Capítulo 7

Amara miró a Daniela con una expresión de total asombro; la mujer estaba tergiversando la verdad descaradamente, pero ésta insistió: "Señor Lemos, ¡debería deshacerse de ella ya! Se hace pasar por doctora, pero tiene malas intenciones".

Izan Lemos, con una mirada afilada y penetrante, escudriñó a Daniela y le espetó: "¿Me estás diciendo cómo manejar mis cosas?", su voz, profunda y fría, resonó con autoridad, haciendo temblar a Daniela.

Izan dio dos pasos hacia adelante, quedándose frente a ella, el aroma de su masculinidad la envolvía. Entreabrió sus labios y con voz firme dijo: "Hablemos claro".

Amara confesó: "Fui yo quien salvó a su abuelo. Si hubiéramos seguido el método de ella, él habría muerto sin duda alguna".

Daniela elevó la voz, indignada: "Señor Lemos, ella miente. ¡Solo quiere acercarse a usted a través de su abuelo!".

Amara replicó con fuerza: "¿Estás loca? Si ni siquiera sé quién es él o cómo se llama, ¿por qué querría acercarme?".

¿Qué más daba que el hombre fuera atractivo? ¿Acaso Amara tenía que tomar la iniciativa para acercarse a él?

La expresión altiva de ella era como la de una flor de loto en la cima de una montaña nevada, misteriosa y orgullosa. Su belleza y su actitud desafiante parecían decir: ‘¡No me toques!’

En los ojos encantadores de Izan, bajo sus cejas de espada, brillaba una sonrisa sutil. Pero cuando volvió a mirar a Daniela, sus ojos se llenaron de frialdad y amenaza: "¿Te di permiso para hablar?".

La presión que emanaba de todas direcciones se cernía sobre Daniela, haciéndola temblar y sin poder articular palabra. En ese momento, Pepe, que había terminado de tramitar el ingreso hospitalario, llegó: "Joven maestro, por fin ha llegado. Menos mal que esta señorita salvó al patrón, si no yo...", con lágrimas en los ojos, no pudo continuar. Su mirada hacia Amara era más que elocuente.

Daniela se sintió helada, como si le hubieran cortado la garganta y no pudiera decir ni una palabra. Pepe, enfurecido, dijo: "Joven maestro, si hubiéramos seguido el consejo de la doctora Daniela, ¡usted no habría podido volver a ver a su abuelo!".

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