¡Izan! Sé mi Cachorrito romance Capítulo 8

Pepe dijo con furia: "Es cierto que el señor estaba deprimido porque el joven heredero no tiene pareja y no puede ver a su bisnieto, pero no está tan débil como para desmayarse por eso. Seguramente, es porque Daniela no tiene destreza en la medicina. ¡Ella es la que está atentando contra la vida del señor!".

Amara cruzó los brazos y sus ojos brillaron con un destello burlón: "El paciente está inconsciente y tú ni siquiera sabes los métodos básicos de tratamiento. Que haya médicos como tú en el hospital es de mala suerte para todos".

Escobar frunció el ceño y dijo: "La muchacha tiene razón. Lino, ¿así de bajos son los estándares de tu hospital?".

Escobar tenía una buena opinión de Amara. A pesar de su juventud, era serena y centrada. ¡Qué buena semilla para la medicina! Además, dominaba la técnica de La Aguja de Renovación del Alma, ¡eso era tener un buen linaje! Él había ido también por curiosidad.

Lino, incapaz de salvar su prestigio, lanzó una mirada furiosa a Daniela: "¡Has arruinado mi reputación!".

Daniela, al borde de las lágrimas, dijo: "Tío, pues yo..."

"No me llames tío, desde hoy ya no eres médica en este hospital".

Daniela se quedó sin palabras, paralizada. Su carrera médica había llegado a su fin; quiso defenderse, pero Lino la amenazó con severidad: "Si te atreves a decir una palabra más, te arrepentirás".

Si no fuera por su sobrina, ¡ni siquiera se molestaría en ayudarla! En ese momento, despedida del hospital y con el asunto implicando a la familia Lemos, ningún otro hospital se atrevería a contratarla, ella caminó hacia adelante como un zombie, sin rumbo.

...

El silencio reinaba cuando Izan, con una mirada, hizo que su secretario presentara un cheque con ambas manos a Amara: "Esto es un pequeño detalle de parte del Sr. Lemos, esperamos que lo acepte".

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