¡Jefe, Mis Gemelos, Tu Problema! romance Capítulo 196

Se escuchó un fuerte "boom" y la puerta de la sala se cerró con tal fuerza que toda la habitación tembló.

Ella cayó al suelo, mareada por el impacto, sintiéndose como una vasija de barro rota en pedazos, incapaz de volver a unirse.

Olivia escuchó el ruido y salió corriendo de la habitación, al verla así se sorprendió y rápidamente la ayudó a levantarse.

"Abril, ¿otra vez has discutido con el patrón?" preguntó.

"Olivia, me siento cansada y ahora quiero dormir" Ella no quería dar explicaciones y no sabía qué decir.

Olivia suspiró y ayudó a Abril a acostarse en la cama.

En cuanto Olivia se fue, Abril se cubrió la cabeza con las mantas y comenzó a llorar. Las lágrimas fluían sin cesar, como una marea de tristeza y frustración.

…

Por la mañana, los ojos de Abril estaban hinchados y rojos. Pasó un rato aplicándose hielo antes de que se sintiera un poco mejor.

Lamentaba mucho haber golpeado a Filemón.

Debió ser las hormonas del embarazo, haciéndola actuar de manera impulsiva.

Filemón era un hombre poderoso, arrogante, y ella era probablemente la única persona en el mundo que se atrevería a golpearlo.

Si no estuviera embarazada de su hijo, seguramente la habría matado.

Sentada en la mesa del comedor, jugueteaba con su taza de leche, desconsolada.

Estaba segura de que esta vez se había peleado con Filemón de manera irremediable, probablemente nunca volvería a verlo.

Olivia trajo huevos revueltos.

"¿Sabes? Desde que el patrón está contigo, había cambiado mucho."

Abril se sobresaltó, "¿Cómo ha cambiado?"

Olivia se sentó a su lado y sonrió, "He visto crecer al patrón, siempre había tenido una cara fría e inescrutable. Nunca muestra sus emociones, y nadie puede adivinar qué estaba pensando. Incluso Blanca, a menudo no puede entenderlo."

Abril suspiró. Ella tampoco podía entenderlo.

Nunca era fácil adivinar lo que pensaba su jefe.

No tenía intención de disculparse con Filemón.

Si él no venía, su mundo sería tranquilo. ¡Y eso estaría bien!

Así que decidió dejarlo así.

Filemón no había dormido en toda la noche, había golpeado diez sacos de arena para liberar su frustración.

Estaba seguro de que esta mujer tenía la capacidad de enfurecerlo hasta la muerte.

Aunque era insignificante, siempre lograba afectar su estado de ánimo, hacerle sentir inquieto, perder el sueño, e incluso perder el control.

En la reunión, Abril se mantuvo callada, pero sus ojos rojos e hinchados no pasaron desapercibidos para Filemón. Sintió un tirón en el corazón, pero su ira no disminuyó.

Abril no se atrevió a mirarlo, temiendo que sus ojos lo mataran con una sola mirada.

Kevin notó algo extraño. Filemón tenía un corte en el labio, y Abril también tenía uno. ¡No había que ser un genio para saber qué había sucedido!

La alerta de tormenta se elevó, el índice de desastre se disparó.