La Chica Dhall © romance Capítulo 24

Capítulo veintitrés

Pov Abigail

Mantengo el silencio en la cima del pino junto a mi madre quien está lastimada, los lobos se esparcen en distintas direcciones buscandonos y por fin relajo mi cuerpo tenso, me sujeto de la rama con fuerza y camino hasta el tronco para ver el pedazo de tallo atravesado en forma diagonal por su pierna.

Manteniendo el equilibrio me inclino y examino la entrada y la salida y en que esta no tenga ninguna complicación en ser sacada, sin más la tomo por un extremo y mi madre abre sus ojos mostrándome lo rojo que están —Donde la saques te mato —alzo mi mano y dejo caer mi cuerpo con suavidad sobre la ramificación, mis ojos divisan el amanecer e inspiro el aire fresco de la mañana.

Ojalá estuviese con él...

Sacudo mi cabeza borrandolo totalmente de esta y recuerdo a Zuani y lo suave de sus labios al besarla, en un acto reflejo toco los míos y cierro mis ojos tratando de acordarme de la placentera situación, pero una imagen de mis dientes en su cuello revolotea como una mariposa.

Frunzo mi ceño y chasqueo la lengua. ¿Por qué tengo que acordarme de ese idiota en esta situación? Lo odio con toda mi vida y lo más profundo de mi ser, lo odio, por muchas cosas lo odio y una de esas es por Zuani.

¿Lo odias a él o la odias a ella?[

¿Por qué odiaría a Zuani? Es nuestra tua cantante.{

Solo piensa, Abigail.[

No estoy para tus acertijos, Neal.{

Me levanto—creo que es hora de que volvamos a casa —le tiendo mi mano, pero esta solo enfoca su mirada en el aclarar del sol.

—No crees que es un poco extraño que Len ahora quiera estar cerca de ella y no de nosotras.

—¿Te preocupa ese idiota?

Asiente —Antes nos pedía ayuda, manejaba de cerca a todos los grupos, estaba al pendiente de las solicitudes de entrada a nuevos miembros, sin embargo —flexiona sus piernas y posa la cabeza sobre sus rodillas —él sabía que en esta situación no podía solo, asique fue el único motivo por el cual nos busco.

Tuerzo mis labios y abro un poco mis ojos sin entender lo que está sucediendo. Es la primera vez que la veo así de desanimada en toda mi vida... Espera.

No quiero creer lo que estoy pensando.

Pensaré que no por la memoria de mi padre.

Por favor, Abigail, ni tú honras la memoria de tu padre.

—Es cierto que no hemos tenido mucha charla, pero es que ya él es así por naturaleza. No sé qué te extraña —niego con la mano abierta —¿acaso te hace falta que te diga que te va a matar por no obedecer sus órdenes o que me va a matar a mí? Es obvio que actúe de cierta forma cuando esté mi Zuani de por medio.

—No lo entiendes, verdad —levanta un poco su rostro y sonríe rodando sus ojos —y siento decirte esto, pero creo que no es tú Zuani.

—¿Cómo has dicho?

—Lo que oíste.

—No tienes ni idea de cómo son las cosas en realidad. Haces estipulaciones sin sentido.

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